Blanca Nieves

lunes, 7 de mayo de 2012 · 22:42
MÉXICO, D.F. (apro).- El Festival del Centro Histórico inició fuerte en la danza con Blanca Nieves del coreógrafo Angelin Preljocaj interpretada por su propia compañía. El creador de 50 años es parte de la vanguardia francesa y lo mismo crea obras absolutamente vanguardistas que incursiona en el ballet contemporáneo, como es el caso de Blanca Nieves pieza que paradójicamente ha encumbrado a Elisa Carrillo en el Ballet de la Ópera de Berlín. El personaje sensual, bello y romántico es interpretado allí por Carrillo con gran belleza y perfección y, según las propias palabras de la bailarina mexicana, “le costó mucho trabajo por tener que ser ejecutado descalza y porque Preljocaj busca un estilo de interpretación sin manierismos y con cierta rudeza”. Preljocaj estrenó la obra en el 2008 en la Bienal de Lyon con éxito absoluto, venía de una larga época de obras conceptuales y abstractas y decidió que el clásico de los hermanos Grimm le daba la oportunidad de entrar a una historia de “provocativo erotismo, llena de misterios y encantos.” Así que, a diferencia de sus colegas como Mats Eks, Jean Christhope Maillot, decidió hacer su propia versión del cuento en lugar de crear una analogía moderna de la historia de la princesa que sufre de los celos de su madre --o su madrastra según la versión-- por el exacerbado narcisismo y su obsesión esquizofrénica de ser siempre la mujer más bella y admirada por todo su reino y más allá. Preljocaj creó estrictamente un argumento para hacer exacta la narrativa de la historia y fijo su mirada en el erotismo de ambas mujeres hacia la figura del rey, y de alguna u otra forma le dio un tinte entre la iniciación sexual de una joven que se descubre bella ante los ojos de un hombre que su padre elige para ella y una madre-madrastra que no soporta envejecer ni ser menos deseada que la joven. En el terreno plástico, la obra es perfecta, el diseño coreográfico, el vocabulario y el lenguaje de Preljocaj avanzan y ascienden a medida que la obra transcurre y a pesar de que todo lo que sucede lo sabemos todos desde siempre, lo sorpresivo es centrar la pieza en la voluptuosa madrastra que es mucho más bella que Blanca Nieves, baila excepcionalmente bien y el rey la adora locamente. Curiosamente, para algunos creadores mexicanos la coreografía les resultó un pastelazo lleno de cursilería con un final absurdo”. Esto bien puede deberse al desconocimiento de la historia original de los Grimm o porque tal vez nunca se han detenido a analizar la psicología que los cuentos infantiles entrañan y la sabiduría que los ha hecho permanecer en nuestras vidas. Más allá de la filtrada versión de Disney, aquí los enanos desean a Blanca Nieves, ella es coqueta con ellos y el amor de ella y el príncipe va más allá de un sencillo flechazo. Nada es gratuito ni superficial. Con música de Mahler y el extraordinario diseño de vestuario de Jean PaulGaultier, Blanca Nieves es un acierto de curaduría para el Festival del Centro Histórico.

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