"One of a kind", de Ji?í Kylián
LYON (apro).- En 1999, el mítico Nederlands Dance Theater (NDT) fue parte de los grupos invitados al Festival Internacional Cervantino. Traían la obra One of a kind, de Ji?í Kylián, que en aquella época recién había dejado la dirección artística de la compañía que encumbró para ser solamente coreógrafo de ella.
En homenaje al artista, al que se le considera una de las más grandes figuras de la danza contemporánea mundial, el Ballet de la Ópera de Lyon repone la coreografía, con escenografía del arquitecto japonés Atsushi Kitagawara. Es un esfuerzo por mantener viva la fuerza de sus obras y la calidad de sus creaciones que para algunos es inalcanzable.
Director de Danza de la Ópera de Lyon ,Yorgos Loukos, declaró que la decisión de reponer la obra creada en 1997 respondió a la necesidad de que la gente “redescubra a Kylián, quien hizo de ella un manifiesto de belleza.
Interpretada con otro tipo de bailarines y sin la corrección segundo a segundo que hacía el creador de ella, la obra no parece ser la misma, aunque las características fundamentales de estructura y vocabulario son iguales.
Kylián declaró a la reportera durante una entrevista con Proceso en 1999, que la obra en tres actos no era en nada sencilla para el público.
Estructurada en tres actos, tiene durante todo el tiempo a una bailarina bajo un haz de luz.
Su inicio a la danza es desde el públicó, por lo que es parte de él de alguna forma. La bailarina permanece en el foro durante todo el tiempo e incluso baila durante los dos intermedios.
Para el artista de origen checo la analogía perfecta era como encontrar a una persona en la calle y decidir que se le va a seguir y averiguar cómo es su vida y qué es de ella. Esta guía deberá de serlo durante todo el espectáculo y a través de ella se encontrará un sendero pacífico de belleza.
En el inicio la obra no fue muy bien recibida por el público que la vio en su estreno en 1997. La obra de Kylián por más seria que fuera, siempre tenía algún momento simpático o de de alternancia ante un hecho muy dramático pero no es el caso de One of a kind. De manera simultánea existen espacios de improvisación que permiten que tenga una personalidad diferente cada una de las noches que se baila.
Y si bien es interesante la recuperación de la pieza bajo la interpretación del Ballet de la Ópera de Lyon, de alguna forma el recuerdo de la perfección que le daba la revisión permanente de su creador la hacía virtuosa y perfecta. Al mismo tiempo los cuerpos no son los mismos que el arquetípico que Kilyán buscaba de belleza y se resiente, además, el entrenamiento rigurosísimo del NDT en el que no cabían ni siquiera los titubeos. Lo que proveía un estilo único y por desgracia, irrepetible.