No más cámaras de TV comercial en la Conchita

martes, 14 de mayo de 2013 · 14:44
MÉXICO, D.F. (apro).- Una vez que concluya la restauración integral de la Capilla de la Inmaculada Concepción, ubicada Coyoacán, y conjurado ya el riesgo de que se colapse --según el arquitecto Raúl Delgado Lamas, director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta)--, el inmueble volverá a ser utilizada para el culto religioso. La pregunta es si se permitirá también nuevamente que las dos cadenas de televisión (Televisa y TV Azteca) hagan uso indiscriminado del templo, más conocido como La Conchita, declarado monumento nacional el 12 de julio de 1932, como han denunciado vecinos de la zona. En el número 1802 del semanario Proceso, del 17 de mayo de 2011, grupos de colonos informaron que continuamente las televisoras llegan con sus camiones y trocas de producción para grabar escenas de telenovelas; rodean el edificio y hasta recargan en sus paredes los llamados cáterin’ o servicios de comida para actores y trabajadores, lo cual en su opinión ha agravado el deterioro que el inmueble del siglo XVII comenzó a tener desde los años ochenta del pasado. Entrevistado por Apro, Delgado Lamas descarta que el uso del templo para ese tipo de producciones haya podido causar algún daño. Indica, además, que la institución responsable de dar o no las licencias para su uso con esos fines es el área jurídica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Pero es determinante al señalar que si bien no se opone al aprovechamiento de los monumentos arqueológicos o históricos, e incluso piensa que La Conchita puede ser sede para conciertos de cámara, para presentar en su atrio funciones de cine o teatro, no recomienda que se haga un abuso del templo y su entorno. Y menciona una palabra clave para su uso: Respeto. Evoca entonces al historiador Efraín Castro Morales, especialista n monumentos históricos, quien fuera su maestro y decía a sus discípulos que los edificios históricos bien pueden “ganarse la vida” y mantenerse activos, como podría hacerlo la abuelita de una familia “pero no la podemos tener de piruja en la calle”. A decir suyo, a un monumento no le quita nada tener una actividad intensa “pero de acuerdo a su dignidad” y “a su presencia”. Puede haber un grupo de jóvenes o niños que quieran formar un coro en ese espacio o turistas que deseen visitarlo, y “sin embargo, yo sí prefiero que no haya líneas de alta tensión, que no se acerquen los camiones… Yo creo que el edificio se puede gozar pero si viene un convoy de 10 vehículos de Televisa a montarse en la plaza ahí sí ¡por favor, no! Siento que esto debe conservar su escala humana y está hecho para la sociedad, para ayudarnos a retejer socialmente.” Estas ruinas que ves El pasado jueves 2 de mayo, en el atrio del templo, en la Plaza de la Conchita, Delgado Lamas dio una conferencia de prensa para informar sobre la conclusión de la primera fase de rehabilitación de la capilla, construida originalmente, según algunas fuentes, por Hernán Cortés para que reposaran los restos de su primera esposa Catalina Juárez, La Marcaida, aunque la arqueóloga María de la Luz Moreno afirma que fue en honor de Malintzin (La Malinche). El inmueble presentaba evidentes daños desde hacía tiempo. Los vecinos indicaron en su momento que desde los años ochenta no se le realizan trabajos de preservación ni mantenimiento. En junio de 2010 tuvo que ser cerrado de plano, porque las grietas de su fachada e interior y sus condiciones estructurales en general, representaban ya una amenaza y se temía su desplome. A decir de Delgado, los trabajos de rescate del monumento no iniciaban porque no se sabía exactamente el problema que ocasionó el deterioro tan rápido. Aunque los vecinos aseguraron al semanario Proceso que desde hace más de cinco años han venido expresando su preocupación a diversas autoridades de los institutos nacionales de Antropología e Historia, de Bellas Artes, Conaculta, y la Delegación Coyoacán. Desde 2006 tienen en su poder un dictamen del arquitecto Alfonso Zamudio Castro, perito del INAH, el cual señala la necesidad urgente de intervenirlo. Los comités vecinales denunciaron que con la construcción de nuevas casas se ha dado la extracción excesiva de agua que aceleró los hundimientos diferenciales y por ende los daños a la estructura del templo. Especialista en ingeniería estructural e investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, Roberto Meli explicó en la conferencia de prensa que los daños en el inmueble se deben a que la zona de Coyoacán está en suelo arcilloso que se está asentando debido principalmente a la extracción de agua. El fenómeno tiene años pero se ha acentuado en los últimos cinco, “no se saben las razones, seguramente hay algunos pozos en las cercanías explotados recientemente”. Ello provocó que el templo se inclinara hacia el surponiente y la bóveda central se agrietó con el riesgo de colapsar el edificio. La restauración comenzó, de manera urgente, en junio de 2011. Meli, quien colaboró en el equipo encabezado por del arquitecto Sergio Zaldívar Guerra, en el proyecto de corrección geométrica de la Catedral Metropolitana (en el cual se revirtió en casi un metro su hundimiento diferencial), agregó que la primera etapa recién concluida consistió en darle solidez a la estructura de moto tal que aunque persistan las causas de los hundimientos y el terreno se siga asentando el inmueble “se mueva como una unidad y no se parta en distintos pedazos que lo puedan llevar al colapso”. Para la segunda etapa de restauración se va a reforzar la estructura del templo, se consolidarán muros, cerrarán grietas, impermeabilizarán techos y se colocará un cincho metálico en la cúpula del templo para evitar que la nave se siga agrietando. La rehabilitación comprenderá también la recuperación de elementos ornamentales tanto en el interior, como en el exterior. La fachada sobresale por sus lacerías de influencia mudéjar (ajaracas) y se considera “uno de los más bellos ejemplos del estilo barroco popular religioso”, aunque el paso del tiempo ha desgastado las piedras y borrado su carácter artístico. Durante la rueda de prensa, un reportero preguntó a Delgado si el rescate de La Conchita es resultado de una negociación con los vecinos de Coyoacán que se opusieron a la construcción del Centro Cultural Elena Garro y Librería Educal, ubicado en la calle de Fernández de Leal, a unos pasos del templo. Cabe recordar que en su denuncia con Proceso deploraron que se estuviera invirtiendo en ese proyecto más de 120 millones de pesos y nada en el inmueble histórico. El arquitecto dijo que los problemas de La Conchita son anteriores a la idea misma del Centro Cultural y además, éste último lo realizó una dependencia distinta que es Educal, “una S.A. (Sociedad Anónima), es una agencia privada con capital mayoritario público, pero es otra oficina”. Se intervino en el templo, agregó, por el riesgo real de colapso y “no tengo más qué decir, si fue un intercambio político, no soy político, soy técnico”. En la entrevista con Apro insiste en que él formó parte de ninguna negociación. Pero se le pregunta por qué si Educal es una S.A., como dijo, se le invirtieron tantos recursos públicos para el Centro Cultural: “No, sí tiene recursos mayoritariamente públicos. Es una S.A. y está coordinada por el Conaculta igual el Fondo de Cultura Económica.” La restauración integral del La Conchita tendrá un costo total de alrededor de ocho y medio millones de pesos. Y se espera esté concluida antes del 8 de diciembre de este año, día en el cual se celebra a la Inmaculada Concepción. Ruina sobre ruina Durante las obras intervinieron los arqueólogos María de la Luz Moreno y Juan Cervantes Rosado, del área de Salvamento Arqueológico del INAH, quienes hicieron diversos hallazgos de materiales cerámicos, pétreos y restos humanos. Encontraron las ruinas de lo que pudo ser un oratorio y afirman podría afirmarse que Coyoacán ha estado ocupada desde los años 600 o 650 d.C. por grupos como los tolteca coyotlalteco y no a raíz de la caída de Tenochtitlán, como se pensaba. La arqueóloga dijo que los vestigios encontrados al interior de la capilla permiten hablan de un relleno de bloques de tepetate y arcilla. “Si nos vamos a los documentos históricos, por ejemplo, del siglo XVI las cartas de relación de Hernán Cortés dicen que por la cantidad de agua las construcciones prehispánicas se hacían rellenando y subiendo el nivel del suelo, en el sentido de un cerro artificial hecho con tierra. Eso significa que lo que tenemos al interior de la capilla, que son bloques de arcilla, confirma lo dicho en estas fuentes. Si nos vamos al Centro Histórico se verá este tipo de técnicas en el Templo Mayor.” Los arqueólogos suponen que al realizar excavaciones al exterior del templo, en la siguiente etapa de intervención, encontrarán más hallazgos. Ya tienen indicios de la existencia de un adoratorio que fue destruido totalmente. No saben aún a que deidad estaría dedicado; pero por la época podría ser Huitzilopochtli, y han tanto en la capilla como en la cercana iglesia de San Juan Bautista piedras que pudieron ser de este adoratorio.

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