Música: Ensamble intercontemporáneo

jueves, 6 de noviembre de 2014 · 22:36
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El Ensamble Intercontemporáneo de Francia, actualmente dirigido por Julien Leroy, es considerado como el mejor ensamble en el mundo para la ejecución de música contemporánea. Fundado por el compositor y director de orquesta Pierre Boulez en 1976, está integrado por músicos solistas dedicados a la interpretación no sólo del presente sino de siglos pasados. El la sala principal del Palacio de Bellas Artes, el grupo galo se presentó recientemente con un repertorio de cinco obras de diferentes compositores contemporáneos. Comenzaron con Octandre, escrita en 1923 por Edgar Varèse (1883-1965), precursor de la música concreta. Siguió la obra Introducción all'oscuro del italiano Salvatore Sciarrino (1947), quien según sus propias palabras, esta pieza se distingue por “la imitación, la transferencia de ciertos sonidos fisiológicos”. Una obra difícil para la escucha acostumbrada a sonidos seguidos uno de otro. El público se inquietó a lo largo de los dieciséis minutos de duración, pues como otras de sus piezas contiene largos espacios de silencio. En seguida el ensamble ejecutó Rincontri, de Arturo Fuentes (1975), compositor mexicano que ha trabajado y se ha presentado en diversos escenarios de todo el mundo. Pese a que en el texto incluido en el programa del Instituto Nacional de Bellas Artes, no parece tener la misma claridad teórica de los demás compositores interpretados, su trabajo sí resulta legible y queda claro que es “como una ciudad”. Fuentes escribió está pieza en el 2011 y la modificó este año presentando la nueva versión por primera vez, días antes, en el Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato, con el Ensamble Intercontemporáneo. Al terminar continuó el intermedio y se reanudó la presentación con Fifth Station, de un compositor japonés, Dai Fujikura (1977). La creó de manera tal que los músicos la ejecuten en forma dispersa en el escenario donde se realice. El director, acompañado por la trompeta y el violonchelo en el escenario, se encuentra de cara al público para que los músicos puedan verle, pues estos se instalan en los laterales de las butacas y detrás de ellas. Según el texto del programa, en el estreno se le preguntó el porqué del nombre (Quinta Estación), a lo que Fujikura contestó: “Pregúnteme después del concierto.” Y es que la quinta estación es el público. La noche cerró con el Concierto de cámara para trece instrumentos, escrita entre 1969-1970 por el húngaro György Ligeti (1923-2006). Pese a ser reconocido por el público ajeno a la música académica, gracias a su colaboración en varias películas del director Stanley Kubrick, la falta de interés en el mercado, como bien relata Juan Arturo Brennan en el programa, el Proyecto Ligeti iniciado por la disquera Sony y continuado por los sellos Teletec y Erato (comprados finalmente por Time-Warner), quedó inconcluso por la falta de interés comercial. Por ello resulta relevante que el Ensamble Intercontemporáneo se haya presentado en nuestro país incluyendo a Ligeti en su repertorio. Por cierto, en su columna de música de esta semana en Proceso, Ricardo Jacob rememora a este maestro. Un texto que no puede dejar de leer.

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