La ópera cómica El empresario, de Mozart
MÉXICO, D.F. (apro).- Compuesta en sólo dos semanas y por encargo de la corte imperial, Wolfgang Amadeus Mozart escribió en 1786 El empresario para ser representada en la Orangerie del Palacio de Schönbrunn, residencia estival del emperador, con ocasión de la visita del gobernador de los Países Bajos, el duque de Sajonia-Teschen, de su mujer María Cristina, hermana del emperador José II de Habsburgo y de Estanislao Poniatowsky, sobrino del rey de Polonia.
Para la ocasión, el emperador José II mandó a crear, tanto a Mozart como a Antonio Salieri, una ópera de carácter ligero basado en el tema del montaje teatral. En medio de una gran rivalidad entre ambos compositores, la crítica premió a Salieri: si bien la obra de Mozart cuenta con una obertura mucho más apropiada, con ese aire despreocupado y festivo y unos números mejor construidos vocalmente, no se debe olvidar que Salieri era el Compositor de Corte de aquellos años, y como tal, contaba con más medios.
Ahora, El empresario, que se representa poco, se montará en el Teatro de la Ciudad México el 7 y el 8 de junio próximo, con diálogos en español y bajo la dirección de Óscar Tapia, quien resalta que la intención es que la gente asista con su familia a divertirse con una puesta accesible a cualquier persona.
Además explica que “esta pieza muestra todo el esplendor de la ópera y siguiendo el propio espíritu de Mozart de hacer divertidas sus obras”.
En El empresario se parodian los problemas de relaciones públicas en el teatro vienés. Un empresario teatral debe formar una compañía para un espectáculo en Salzburgo, comprobando lo difícil que resulta contratar actores y, aún más, cantantes, debido a las rivalidades profesionales de éstos.
En particular, surge la rivalidad entre las dos sopranos, Frau Herz y Fräulein Silberklang, pues las dos quieren el papel principal. La Herz canta una arieta para consolidarse como “reina de las sopranos”. Su rival, la señora Silberklang, le responde cantando un rondó de bravura. Mientras, el tenor Vogelsang trata en vano de apaciguar los antagonismos de las divas.
Finalmente, todos ellos llegan al acuerdo de que lo que prima por encima de todo es el arte, y no les importa sacrificar su personalidad a los intereses de éste. Buff, que parodia a los restantes cantantes, se propone ser el primer bufo de la compañía añadiendo una “o” a su apellido y la obra acaba en un vaudeville final interpretado por los cuatro cantantes.
Esta obra también es conocida como “El director de teatro” y es una comedia con música en un solo acto, basado en el libreto de Gottlieb Stephanie. Actualmente se conserva únicamente un fragmento de la obra, estrenada el 7 de febrero de 1786 en Viena.
La obra se divide en dos partes, una hablada y otra cantada, con cinco números musicales: una sinfonía-obertura, una arieta y rondó para soprano, un terceto y un vodevil-final.
Es un destacado elenco: Don Escrúpulos: Carlos Felipe López (actor), Buff: Armando Gama (barítono), Don Ángel: Mauricio Esquivel (tenor), Madame Corazón: Karla Muñoz (soprano) y Trino de Plata: Citlali Carrillo (soprano), quienes destacan por su capacidad de interpretar las demandantes exigencias musicales de Mozart, sin descuidar la actuación y el compromiso escénico.
El empresario es una producción de Marivés Villalobos, fundadora de Concertistas Internacionales , S. C. ; Agencia Cultural, que desde 1989 es especialista en la realización de eventos en el ámbito musical, educativo, teatral y operístico en México y otros países, y Sergio Vázquez, destacado pianista de la Compañía de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre otras instituciones.
Tapia inició su carrera como director de escena de ópera en 2003 y hasta la fecha ha realizado más de 35 estrenos abarcando ópera clásica, bufa, contemporánea e incluso exitosas adaptaciones para niños.
Ha estrenado en México títulos, como Prima la Musica poi le Parole, de Antonio Salieri (2005 Chihuahua, Chi), y Albert Herring, de Benjamín Britten (2008 Solistas Ensamble INBA.)
También ha destacado por sus adaptaciones de libretos operísticos al español, entre los que se encuentran La Flauta Mágica según Papageno, de Mozart (2010, ópera para niños Centro Nacional de las Artes), Rita, de Donizetti (2007, Ciudad Juárez.) y El empresario.
En el 2000 comenzó como asistente de dirección escénico con Enrique Rodríguez y después de José Caballero. Consumando su primer estreno profesional en 2003, en Chihuahua, Chihuahua, con el director de orquesta Carlos García Ruiz.
Recordando al compositor y pianista
Mozart fue un compositor y pianista austriaco, maestro del Clasicismo, considerado como uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia.
La obra mozartiana abarca todos los géneros musicales de su época y alcanza más de seiscientas creaciones, en su mayoría reconocidas como obras maestras de la música sinfónica, concertante, de cámara, para piano, operística y coral, logrando una popularidad y difusión universales.
En palabras de críticos de música como Nicholas Till, Mozart siempre aprendía vorazmente de otros músicos y desarrolló un esplendor y una madurez de estilo que abarcó desde la luz y la elegancia, a la oscuridad y la pasión, todo bien fundado por una visión de la humanidad. Su influencia en toda la música occidental posterior es profunda.
Cabe recordar que hacia el final de la década de 1780, la situación económica de Mozart empeoró. Alrededor de 1786 dejó de aparecer frecuentemente en conciertos públicos, justo cuando hace El empresario, por lo que sus ingresos se redujeron. []Esa época fue de grandes dificultades para todos los músicos de Viena a causa de la guerra entre Austria y Turquía, y el nivel de prosperidad y estatus económico de la aristocracia, que los financiaba, se había reducido.
La ciudad de Viena iría perdiendo el interés musical por Mozart debido al advenimiento de otros pianistas con una técnica mucho más aguerrida, como en el caso de Muzio Clementi, con escalas en terceras y acordes más sonoros, ideales para los pianos de construcción inglesa de una sonoridad más robusta, al contrario de los de sonoridad delicada vienesa, aptos para las escalas y sutilezas del panismo mozartiano. Sus Academias o conciertos por suscripción, que habían sido en toda su estadía en Viena una de las mejores fuentes de ingreso (además de inspiración y motivo de composición de sus conciertos para piano y orquesta a partir del número 11, KV 413), comenzaron a perder audiencia, por lo que ya no le reportaban beneficios económicos.
A mediados de 1788, Mozart y su familia se trasladaron desde el centro de Viena a un alojamiento más barato en el barrio periférico de Alsergrund. Mozart comenzó a pedir prestado dinero, cada vez más frecuentemente a Johann Michael Puchberg, un amigo y hermano de la misma logia masónica, documentados por una lamentable secuencia de cartas suplicando préstamos.
Maynard Solomon y otros autores han sugerido que Mozart estaba sufriendo una depresión y que parecía que ralentizaba su recuperación económica. Las principales obras de este periodo incluyen las tres últimas sinfonías Número 39 en mi bemol mayor, Número 40 en sol menor y Número 41 en re mayor, todas ellas de 1788, y la última de las tres óperas escritas en colaboración con Da Ponte, Casi fan tutte, estrenada hacia 1790.
En esa época, Mozart realizó una serie de largos viajes con la esperanza de incrementar sus ingresos: a Leipzig, Dresde y Berlín en la primavera de 1789 y a Francfort, Mannheim y otras ciudades alemanas en 1790. Estos viajes sólo produjeron éxitos aislados y no mitigaron los sufrimientos económicos de la familia.