Las publicaciones periódicas de ajedrez
MÉXICO, D.F. (apro).- Desde que el ajedrez existe, se han publicado diversas obras sobre el juego ciencia. Más aún, dese hace quizás un par de siglos, las columnas de ajedrez en diarios e incluso, revistas especializadas, ha sido el denominador común.
Por ejemplo en Argentina, una de las instituciones más importantes de ese país, "el club argentino de ajedrez", con 109 años de historia, es un ejemplo de la continuidad que requiere el ajedrez.
Argentina fue en los años de la posguerra, un ejemplo de ello. Quizás apoyado porque muchos jugadores en 1939 fueron a jugar el Torneo de las Naciones y con el comienzo de la guerra, tuvieron que quedarse a vivir en el país sudamericano. Por ello de pronto con estrellas como Najdorf, Pilnik, o Stahlberg, entre otros, inyectaron una enorme motivación que incluso llevó a Argentina a ser uno de los cinco mejores países en lo que se refiere al ajedrez.
En nuestro país sin embargo, son escasas las columnas de ajedrez. En Apro llevamos muchos años y hay un par de periódicos que siempre publican alguna nota sobre este fascinante juego, pero no pasa de ahí. Las noticias de ajedrez, lo eventos internacionales, pocas veces pasan a las primeras páginas de los diarios. Por ello no somos un gran país en términos de ajedrez, aunque las condiciones han mejorado sustancialmente de hace unos 40 años a la fecha, no es aún suficiente. Los ajedrecistas queremos siempre más ajedrez.
Tal vez lo que se necesite no es crear nuevas publicaciones, sino el establecerlas ahora en Internet, porque de alguna manera, todo está yéndose a la red de redes. Hay muchísimos portales de ajedrez en donde se puede jugar con enemigos en cualquier parte del planeta a cualquier hora. Se puede tener acceso a problemas, partidas en línea, comentarios en vivo de los torneos más importantes, etcétera.
El casamiento del ajedrez con el cómputo es perfecto. Vamos, hasta Kasparov indicó en su última visita a México que claramente hasta en un teléfono celular se pueden seguir los grandes torneos. A diferencia de otros deportes, no se requiere de una pantalla enorme para disfrutarlo. 4.5 pulgadas son suficientes para seguir las luchas encarnizadas de los mejores del mundo.
Por ello las revistas más importantes, que por años se publicaron, han decidido incursionar en el ámbito digital. New in Chess es quizás la publicación más importante y profesional que tiene el juego ciencia. Aparece unas ocho veces al año y la suscripción no es barata (unos 99 euros por año). Cada revista tiene más de 100 páginas y los mejores jugadores del mundo comentan sus propios encuentros.
Hay revisión de libros, análisis de finales complejos, secciones de ajedrez artístico y hasta datos triviales de algún jugador reconocido. Vale mucho la pena y sin duda quien busque dedicarse en serio al ajedrez, está más o menos obligado a hacerse de esta publicación.
Pues bien, ahora New in Chess se va a la parte digital y no es meramente un archivo PDF electrónico para verlo en el iPad o en la Tablet Android. No, ahora la idea es que gracias a la tecnología digital, quien la lea pueda seguir las partidas sin tener que poner un tablero.
Dentro de la aplicación del dispositivo móvil, podremos hallar un tablerito electrónico para seguir los encuentros, leer los comentarios y aprender. Sin duda la tecnología en estos aparatitos móviles hace que uno no tenga que sentarse frente a un tablero. Obviemos las dificultades normales y mejoraremos incluso en la sala de espera del dentista, por poner un ejemplo burdo.
El costo de la versión digital + papel, es de 99 euros, pero si se quiere -ya sea la versión impresa o la versión digital- cada una de ellas por separado valen 80 euros. Vamos, que por 19 euros más se tiene lo mejor de los dos mundos.
En mi opinión, éste será el derrotero de estas revistas y demás publicaciones asociadas con el ajedrez. Más allá de las páginas web que exigen conexión a Internet), las publicaciones periódicas de ajedrez han hallado un nicho estupendo. Ya hay aplicaciones para estudiar de libros populares. Las revistas era el siguiente paso. Bueno, pues ha llegado. Hay que aprovecharlo.