Timbuktú: La violencia de una fe mal entendida

lunes, 30 de marzo de 2015 · 22:51
MÉXICO, D.F. (apro).- Dirigida por Abderrrahmane Sissako, Timbuktú (Timbuktu, Mauritania-2014) es una cinta que duele. Sus maneras de transmitir el dolor son discretas y contundentes, es decir, no hay acciones violentas aparatosas o cargadas de morbo, pero sirven para impactar al espectador, o bien se trata de desplantes de melodrama que llevan al chantaje. La cinta narra la tragedia que viven los habitantes de la ciudad de Timbuktú cuando los jihadistas llegan a imponer su ley. La historia principal gira en torno a una familia de pastores integrada por Kidane (Ibrahim Ahmed), su esposa Satima (Toulou Kiki), su hija Toya (Layla Walet Mohamed) y un niño llamado Issan (Mehdi Ag Mohamed). Cuando los cambios llegan, Kidanne y su familia parecen estar a salvo, sin embargo, una disputa con un pescador de la zona cambiará su suerte. La historia de Kidanne y su familia sólo funciona para decirnos que la violencia, la irracionalidad y el fanatismo alcanza a todo el mundo; que una vez que se presentan, si no son detenidos, crecen como un monstruo que devora a todos a su paso. A través de la cinta vamos viendo cómo un grupo de personas sin el suficiente grado de conciencia ultraja a los habitantes de una ciudad, y desvirtúa el concepto de Dios y de lo que es sagrado. En una escena, un grupo de jihadistas conversa sobre futbol, sobre Zidane y Messi, sobre el Barcelona y el Real Madrid… Escenas después, nos damos cuenta de que esas mismas personas son las que han prohibido el futbol. También se ha prohibido la música y se ha prohibido que la gente fume, con argumentos inexistentes. Estupendas actuaciones y una fotografía maravillosa, Timbuktú es una cinta reflexiva que no sólo expone los horrores del fanatismo, sino también nos lleva a pensar sobre el papel de la religión y su sentido, y el deber que tenemos ante los hechos de ese tipo: ¿debemos ser meros espectadores?, ¿rebelarnos?, ¿tomar la armas? Al terminar la cinta está claro que nos tomará un tiempo encontrar las respuestas…

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