'Sobre y tras de la educación”

martes, 2 de febrero de 2016 · 17:52
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Respetables vivientes, lectores de la presente: Considero que estarán de acuerdo con servidor en esto de que, por principio, la educación, es deseada por la mayoría e incluso reclamada y hasta exigida por la misma… me refiero a los adultos, los infantes y jóvenes son otro cuento que no voy a tratar aquí… Repito, la educación es vista y deseada por tantos por juzgarla como remedio universal de los problemas del vivir del humano tanto como individuo y ciudadano… ¿pero es eso cierto?... desafortunadamente no es así; aunque sea de manera sumaria, examinemos el por qué, de ese hecho. Recordemos que, por definición, la palabra educación, se propone, en lo fundamental, transmitir a las nuevas generaciones una determinada cultura y unos conocimientos específicos y prepararlos, además, para la asimilación de nuevas técnicas, frutos, generalmente, de los cambios tecnológicos, para así, como siempre se ha dicho, cumpla con el fin que persigue: el beneficio de los educandos… Esa es la retórica que le ha dado y da prestigio permanente a la palabra educación… desafortunadamente, no pocas veces ha quedado en eso, en palabras, en expresión de buenas intenciones que, como dijo Dante, son el empedrado del camino que lleva al infierno… Por ese motivo, por no cristalizar en hechos, no le han faltado críticos en todos los tiempos… entre ellos servidor… pues sin negar que puede ser lo mejor del mundo… lo mismo puede ser lo peor… como la lengua, según Esopo… y lo demuestran las continuas reformas y contrarreformas a que ha sido sometida la educación por el poder en turno, desde la formación de los primeros grupos humanos hasta esos sus días en que viven… Formas, reformas, contrarreformas, cambios, que si bien pueden por base las variaciones sufridas por las sociedades humanas en su historia, siempre se han dado por una constante… que la educación ha sido… y es… una actividad dada y hasta impuesta a la mayoría por parte de una minoría… que retóricamente siempre ha afirmado y afirma… que la educación es una actividad, un proceso para transmitir el bagaje cultural de una comunidad o grupo social… a fin de perpetuar su propia existencia, su desarrollo… y beneficiar y hacer felices a los educandos… Buenas pretensiones que no se han cumplido ni se cumplen, en primer lugar, porque no se ha resuelto, en la práctica, si la educación se debe impartir para crear o afirmar la individualidad o buenos ciudadanos respetuosos de las leyes y hasta sumisos a las mismas… y luego está que la educación que se ofrece… o se impone en no pocas ocasiones… a pesar de toda su retórica sobre la igualdad… se aplica en sociedades profundamente clasistas… a pesar que se niegue… ¿Pues es lo mismo ser rico que pobre?... ¿hijo de un capitalista que hijo de un empleado mal pagado o que ni trabajo encuentra?... esas desigualdades fácilmente originan desencanto, frustración, rencores, desesperación, que pueden llevar a en no pocas ocasiones a reacciones incontrolables… Y todo ello, según servidor, ocurre porque las minorías del poder que decretan y hasta imponen en casos la forma, reformas o contrarreformas en la educación… ¿por ignorancia, ineptitud… o por calculada perversidad?... hacen imposible que las mismas sean un instrumento para el bien y la felicidad de todos… y más bien sirvan como elementos para manipular a los más, a la masa… en beneficio de sus muy particulares intereses y privilegios de que gozan… y hasta aumentarlos si eso es posible. Todo lo anterior, en opinión de servidor, explica el porqué, ese su mundo en que viven, está tan fregado… mundo en que el individuo se ve y se siente como un sujeto que vive en solitario… con muchedumbre de solitarios como él… y tan desorientados, desencantados, temerosos, frustrados y llenos de rencores y desesperados también como él… ¿debido tal vez a que lo ven y sienten que está regido por la competencia en vez de la solidaridad?... Servidor nada más hace la pregunta… y les recuerda que es autor de un libro titulado La educación y el mundo moderno, el cual considera que debería ser leído por todo aquel que, de una u otra manera, intervenga en la educación, les será de utilidad, pues creo que les orientará para estructurar y conseguir una educación basada en la moral, en la benevolencia y el sentido de justicia. Sin más por el momento. Bertrand Russell

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