"Poseídos", un historia de miedo y angustia
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Historias de miedo llevadas al teatro, son pocas, y Poseídos, dirigida por Marta Luna, es una de ellas. Provocar miedo, incertidumbre y angustia, son elementos fundamentales que esta puesta en escena consigue transmitir.
Poseídos, protagonizada por Ángeles Marín, es una adaptación a la novela de Henry James Otra vuelta de tuerca, realizada por Luis Terán, también productor asociado. La adaptación logra la tensión dramática que se necesita para captar la atención del público en una obra de teatro con sus propios recursos.
La novela se ubica en la Inglaterra de finales del siglo XIX y es la historia de una institutriz primeriza contratada por el tío de dos niños huérfanos para que los atienda en una vieja mansión. En ella suceden cosas extrañas, y las apariciones, la posesión y los fantasmas de dos habitantes anteriores se hacen presentes.
Marta Luna hace una propuesta escénica interesante donde las velas y la semioscuridad permiten el misterio. Utiliza diversos espacios del Teatro del Círculo Teatral, y el espectador se ve rodeado por lo que acontece: atrás de las butacas, en el pasillo superior, en las escaleras, en el escenario colocado lateralmente donde se ubica la sala, y en el extremo derecho donde la protagonista se llega a bañar en una tina de época. En este espacio múltiple, diseñado eficazmente por Mónica Kubli, la directora resuelve el tránsito ágil por todos estos espacios, y recrea una historia de fantasmas. El vestuario de época diseñado por Cristina Sauza es parte fundamental para la ambientación.
Para la institutriz, hija de un pastor anglicano, es el primer empleo en el que se aventura. Su ingenuidad primero, su enamoramiento utópico del tío de los niños huérfanos y su progresiva transformación, es interpretada por Ángeles Marín, logrando diferentes estados emocionales que llegan a momentos de desesperación, terror y arrebato. Las expectativas de la institutriz van cambiando a medida que los acontecimientos se le imponen. Quiere ser una buena maestra para estos niños, pero la mezcla de candidez y perversión en ellos la van llevando a una duda que se convierte en determinación por salvarlos de ese mundo fantasmagórico.
Los niños son interpretados por niños, lo cual da un realce a la propuesta escénica: Matilde Lunas y Fede Porras, que aun a su edad ya tienen experiencias en los tablados y se mueven con soltura. Los acompañan otros actores como Claudia Frías y Alejandra de la Rosa.
El estilo naturalista en la actuación se mezcla, por momentos, con una ligera estilización en el movimiento, y hay imágenes que se proyectan en un video sobre la pared del fondo. El video de Antonia Fritche contiene acercamientos a rostros expresando terror, atmósferas sugerentes que envuelven lo que sucede en el escenario y también algunas escenas en blanco y negro de la película.
La música y sonorización de Alejandro Castaños es estupenda y se apega al género de la música de terror, efectista, provocadora y estridente.
Poseídos es una obra que se estrenó en el Lunario y ahora está en temporada en el Círculo Teatral. En esta versión teatral se remarca la imaginación desbordada de la institutriz y las fantasías que se crea, abriendo la ambigüedad entre qué es ficción y qué es realidad. Nos sumergimos en un universo gótico del siglo XIX que, iluminado por infinidad de velas, nos transmite ese misterio que Henry James creó en su novela.