Restauran vasijas funerarias de más de 600 años halladas en Sonora

domingo, 31 de julio de 2016 · 20:20
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Especialistas en restauración de cerámica devolvieron su forma a 19 vasijas elaboradas hace más de 600 años por los pueblos del desierto de Sonora, las cuales fueron utilizadas para guardar y honrar las cenizas de sus muertos. En un comunicado el INAH informó que los recipientes se descubrieron en buen estado de conservación pero fragmentados, en la zona arqueológica Cerro de Trincheras, pueblo prehispánico de primer orden y centro rector regional que tuvo la misma importancia que Paquimé en Chihuahua. El trabajo de restauración tomó año y medio, tiempo en el que los recipientes funerarios se trataron en la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ollas de diferentes dimensiones, tecomates característicos por su cuerpo esférico, cuencos y una vasija fitomorfa con aspecto de una calabaza, elaborados en arcilla por los pobladores de Trincheras, ingresaron al taller de conservación arqueológica en diciembre de 2014 cubiertos con vendas de yeso que los protegieron durante el hallazgo, el proceso de microexcavación —con el que se extrajeron sus contenidos para ser estudiados— y el traslado de Sonora a la Ciudad de México. Las vasijas presentaban diferentes niveles de  fragmentación, en algunos casos con fisuras; una de ellas, la mejor conservada, sólo tenía una grieta. El tratamiento comenzó los primeros días de enero de 2015 con minuciosa revisión, pieza por pieza. Cuatro restauradoras especialistas en cerámica, dirigidas por Teresa López, analizaron el estado de conservación y con base en los resultados elaboraron un tratamiento para atender cada caso particular. El diagnóstico del estado de las vasijas y el tratamiento a seguir se definieron conjuntamente con la arqueóloga Elisa Villalpando Canchola, directora del Proyecto Institucional Trincheras, quien con su equipo de investigación, formado por los arqueólogos Silvia Nava y Carlos Cruz, hizo el registro del cementerio de cremaciones en el que se hallaron los antiguos recipientes entre 2008 y 2011, en las faldas de la ladera norte del sitio prehispánico que está asentado en un cerro de 170 metros de altura. Dentro del área de enterramiento recuperaron un total de 137 vasijas que contenían las cenizas de por lo menos 139 personas, las cuales se estima fueron cremadas entre los años 1300 y 1450 d.C., junto con objetos ornamentales de concha, lapidaria y herramientas de hueso de venado. Del área de las piras funerarias proceden otras 30 vasijas, cuyo contenido está en proceso de estudio. Con la finalidad de recuperar la forma exacta de los tipos cerámicos, se eligió una muestra representativa de sus variantes para ser tratadas por especialistas en conservación. Una vez hechos los 19 diagnósticos se retiraron las vendas de yeso de los cuerpos de cerámica y en seguida se realizó un proceso de limpieza para eliminar la tierra de contexto y la gran cantidad de sales que se les habían depositado durante los cientos de años de permanecer en el  contexto funerario: un trabajo complejo, lento y frágil para no dañar ningún fragmento, sobre todo aquellos de superficie porosa porque las sales se adhieren más en estas áreas, dio a conocer el INAH.

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