MORELIA, Mich. (apro).- Justo cuando se recuerdan los 500 años de la llegada del conquistador Hernán Cortés a México, Arturo Pimentel y James Ramey se enfocan en la cultura y tradiciones del pueblo indígena purépecha, de Michoacán, en el documental El emperador de Michoacán.
El filme, con varios testimonios de especialistas y gente de esa comunidad, pone sobre la mesa cómo recuperaron en 1983 el encendido del fuego nuevo para celebrar el año nuevo purépecha cada 1 de febrero, una fiesta que los ha redimido, unido y fortalecido.
La cinta, con dinamismo, lleva al espectador por una caminata que efectúan los distintos pueblos de Michoacán para llevar a un pueblo el fuego que debe permanecer encendido un año.
“Al principio la ceremonia convocó a doce personas, ahora, después de treinta y cinco años, son seis mil las que celebran el encendido”, se menciona en la pantalla.
Todos los entrevistados reiteran que la finalidad es recobrar el conocimiento indígena prehispánico purépecha. “El año nuevo purépecha se dejó de hacer en 1530, con la muerte de Tangaxoan II”, según Néstor Dimas Huacuz, etnolingüística de Santa Fe de la Laguna, Michoacán. Este gobernador enfrentó a los españoles que coordinaba Cristóbal de Olid.
En varias escenas se ve cómo con alegría festejan, con música y baile, mujeres y varones, de todas las edades.
El emperador de Michoacán, de 77 minutos, cobra más importancia porque incita a reflexionar sobre la perdida de la lengua purépecha y la discriminación racial hacia la gente nativa. Igual se habla de las zonas arqueológicas en Pátzcuaro y el Día de Muertos.
Además, la cinta aborda la restauración de un cine de 1936 dedicado al último emperador de Michoacán, Tangoxoan (quien aún es muy querido), llamado Cine-Teatro Emperador Caltzontzin, el cual se ha convertido en el foro cultural más grande de Pátzcuaro. Es de estilo neobarroco. Se habla de su importancia arquitectónica y de cómo se proyectó lo mejor del séptimo arte nacional.
El filme El emperador de Michoacán, que se estrenó en la 17 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, ofrece cómo era y es Michoacán, más lo que perdió y recuperó con la llegada de los españoles. Además, destaca la manera en que todos los pueblos de ahí luchan por preservar, contra viento y marea, la cultura, el conocimiento de los originarios de ese estado y sus raíces, con una fotografía muy bien lograda de Henochhiram Cabrera, Uriel Flores, Aldo Caballero García y Rocío Ortiz Aguilar.
“Es una riqueza cultural muy fuerte, debemos conservarla”, subraya en la cinta Juan José Morales Hernández, director de Asuntos Indígenas de Pátzcuaro.