El Metropólitan se entregó a la salsa de Willie Colón; la altura de la CDMX jugó en su contra (Video)

sábado, 1 de junio de 2019 · 16:44
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Bastó una hora y media para que los asistentes al Teatro Metropolitan cantaran y bailaran al ritmo que marcó Willie Colón, quien tal y como había dicho a Apro realizó complacencias acompañadas de un repertorio variado como parte de su tour  del año “La Rumba del Siglo”. Cerca de las 21 horas dio inicio el espectáculo que tuvo lleno total –el cual el mismo Willie Colón agradeció unas horas antes a través de las redes sociales--, fue “Talento de televisión”, una de las canciones más reproducidas en Spotify y Youtube, la que puso el ambiente al público desde los primeros segundos del show, algunos bailando desde sus lugares, otros en los pasillos, y otros más capturando el momento con el celular. [video width="848" height="480" mp4="https://cdn.proceso.com.mx/media/2019/06/WhatsApp-Video-2019-06-01-at-2.29.35-PM.mp4"][/video] Video: Niza Rivera La producción del espectáculo conformada por una pantalla de fondo e iluminación inteligente siguieron al músico en todo momento, así como la banda integrada por saxofón, percusiones, bajo, piano y trombones, así como dos coristas. Todo era un show completo en el escenario. Tras el primer tema Colón expresó su agradecimiento al público por la asistencia, al tiempo que expresó: “Tantas cosas que están pasando en el mundo, hay muchas cosas buenas en medio de otras malas”, y en seguida sonó “Oh ¿que será?”, misma que fue coreada por el público. Le siguieron “Barrunto”, “Te conozco bacalao”, “Casanova” y entre corte y corte de canción el público le pedía temas:  “¡Idilio!, ¡El gran varón!, ¡Gitana!, Quítate tú!” le gritaban, las peticiones eran muchas y Colón respondía: “Vamos por partes, ya llegarán, como pueden ver es un repertorio distinto”. El diálogo con el público fue continuo. Así llegó “Guerrero de corazón”, cuya letra dice: Extranjero en mi propia tierra, seré del mundo. El planeta es muy viejo, en cada sitio, ha tenido mil banderas. Si todos sabemos que somos, hermanos y hermanas. ¿Por qué formamos barreras y guerras? Nadie es bueno. Nadie es malo, completamente… Cuando tocó el turno de “Bohemia” el músico se ausentó hacia el final del tema, dejando a su banda que sin problema sostuvo al público con algunos solos en el piano y las percusiones, mismos que fueron aplaudidos. Así el trombonista y producto regresó para “Sin poderte hablar”, pero de nuevo hacia el final salió del escenario y regresó para “Asia”, y después explicó al público: [video width="848" height="480" mp4="https://cdn.proceso.com.mx/media/2019/06/WhatsApp-Video-2019-06-01-at-2.16.37-PM.mp4"][/video] Video: Niza Rivera “La altura me está haciendo una mala jugada, disculpen, pero salí a tomar oxígeno, o es eso o cambiamos el nombre del tour a ‘Me morí’”, lo que el público entendió sin mayor problema. Después los coristas apoyaron con un par de canciones entre ellas “Todo poderoso”. Así llegó lo que muchos esperaban: “Idilio”, canción en la cual Colón mostró el poder de su trombón, y levantó el ambiente y el baile en los pasillos. Después, la banda empezó a tocar el inicio de “El gran varón” y el músico juguetonamente empezó la primera línea entonando “Las mañanitas”, lo que arrancó la risa del público. Y después, finalmente se escuchó:  En la sala de un hospital a las nueve y cuarenta y tres, nació Simón,  es el verano del sesenta y tres  el orgullo de don Andrés por ser varón… Y tras terminar el tema Colón se dirigió una última vez al público: “Gracias, gracias por las oportunidades y el cariño”, y salió del escenario, los músicos y coristas lo siguieron en seguida a las bambalinas. “¡Otra, otra, otra, otra, otra!, pero no hubo respuesta. El público se quedó ambientado un par de minutos más sin moverse de sus lugares esperando que los músicos y el trombonista salieran para una más, hasta que se encendieron las luces del Metropólitan y no les quedó de más que entender que había sido el final, y poco a poco empezaron a salir, “¿y ahora dónde seguimos, me dejó prendido?-- se escuchó decir a alguno de los asistentes--. Los 2250 metros de la Ciudad de México sobre el nivel del mal le “jugaron” en contra al salsero en esta ocasión. Afuera los comerciantes aprovecharon para vender playeras, tazas, plumas, sudaderas, gorras y encendedores con el nombre “La rumba del Siglo”.

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