'Morriña septembrina” (Vacilón Opus No. 3)
CIUDAD DE MEXICO (apro).- En este poema de 1932, la nostalgia del célebre poeta exiliado en Estados Unidos es, para algunos ortodoxos, la rebeldía que trastoca un símbolo sagrado. Fue tomado del libro 100 poemas mexicanos en papel revolución” (Secretaría de Educación Ciudad de México, 2008).
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Hoy he teñido a Nueva York
de verde, blanco y colorado,
los rascacielos decorado
con flecos de tiñe y sotol
y banderolas de papel picado!
Y en lugar de Wall Street
oro se México, oro de Sol,
el sidereo de Tonatiuh,
colgué por gala en su cenit
que de pardo volvióse azul.
Quite a su águila nacional
de la garra el rayo y el trueno
y la hice asir un nopal
para que sepa lo que es bueno,
penca espinosa y tuna cordial.
Deshoje amapolas en todo
Broadway y la Quinta Avenida,
perfumada lluvia florida
sobre oro, mármol, nieve y lodo...
Pintoresca sobre un retablo
De júbilo y colores llena
fue Nueva York una verbena
del cacahuatal de San Pablo.
Ah mis chinampas sobre el Hudson,
sabinos de Chapultepec
en búcaros de rascacielos,
mis volcanes en el Subway!
Se acabó... la Ciudad Imperio,
y en sus murallas arrasadas
ya en el hogar por refrigerio
y donaire y brujo misterio
me guisé un plato de enchiladas.
De tal suculenta bondad,
de tal aroma y tal cariz
que hincho con gula su nariz
la Estatua de la Libertad.
Golosa rechinó las muelas
y adulando mi patrio amor
robó astros y rojas telas
al crepúsculo... Y se hizo un castor
tachonado de lentejuelas!