La inevitable escisión chavista

lunes, 8 de agosto de 2016 · 08:30
BOGOTÁ, (apro).- La crisis política, económica y social que registra Venezuela está precipitando las divisiones al interior del chavismo. Tan es así, que cada vez son más los exministros, ideólogos, dirigentes y militares chavistas que acusan al presidente Nicolás Maduro de “traicionar” el legado de su antecesor y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, quien murió de cáncer en marzo de 2013. Y esta inevitable escisión en la cúpula cívico-militar que ha detentado el poder en Venezuela desde hace 17 años puede convertirse en un factor que acelere la caída de Maduro. El presidente está asediado por una hiperinflación que se come cada mes cerca de la tercera parte del poder adquisitivo, por la aguda escasez de alimentos y medicinas, por la irritación social que esto produce y por una oposición que exige en las calles un referendo para revocarle el mandato. La fractura interna en el chavismo no sólo abre un frente de batalla más a Maduro sino que debilita su andamiaje político, que hoy luce muy desquebrajado. El 80% de los venezolanos quiere que deje el poder, según todas las encuestas. Y en ese porcentaje hay muchos chavistas. Exministros de Hugo Chávez como Héctor Navarro y Jorge Giordani, tildan a Maduro de “incompetente”, “usurpador” y responsable de la crisis “por la corrupción y la impunidad” que ha propiciado durante los dos años y cuatro meses que ha gobernado Venezuela. Ambos exfuncionarios, quienes se reivindican como socialistas y fueron muy cercanos a Chávez, estiman en unos 300 mil millones de dólares el desfalco a las arcas públicas por parte de funcionarios corruptos que se coludieron con empresarios para traficar con divisas subsidiadas entre 2004 y 2014. Los también exministros Ramón Rosales, Ana Elisa Osorio, Oly Millán y Gustavo Márquez, hacen abierto activismo contra Maduro y a favor de que el Consejo Nacional Electoral (CNE), que le es incondicional al presidente, convoque a un referendo revocatorio y deje de poner trabas a esa consulta. Intelectuales del chavismo agrupados en la corriente Marea Socialista, como Gonzalo Gómez y Nicmer Evans, que fueron expulsados del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) por sus críticas a la conducción del país, sostienen que el proyecto de Hugo Chávez fue distorsionado por Maduro. “Tenemos una adaptación al capitalismo administrado por la burocracia estatal y el escamoteo de la democracia”, de acuerdo con Gonzalo Gómez. Un referente de izquierda Pero el chavismo disidente y crítico quiere ir más allá y dar la pelea por su ideario desde en el escenario político. De ese tamaño es el quiebre en el gobierno y en el PSUV, el partido fundado por Hugo Chávez. “Estamos haciendo todo lo posible para la construcción de un referente político de izquierda y alternativo que se distancie claramente del PSUV”, dice a Proceso Nicmer Evans. Los exministros cercanos a Hugo Chávez, dirigentes de Marea Socialista e intelectuales de izquierda como Esteban Emilio Monsonyi y Edgardo Lander trabajan en torno a una iniciativa denominada Plataforma para la Defensa de la Constitución Bolivariana, la cual busca una salida democrática y constitucional a la crisis venezolana. Esto pasa, de acuerdo con los chavistas críticos, por la convocatoria a un referendo para revocar (o no) el mandato presidencial a Maduro. En esto coinciden con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición opositora que impulsa esta consulta pero que se ha topado con todo tipo de trabas por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE). La Plataforma ya entregó al CNE un documento en el que sostiene que el referendo “es impostergable para evitar graves desenlaces” y pide respetar “el ejercicio del derecho constitucional de los ciudadanos a participar y protagonizar la acción confirmatoria o revocatoria del presidente de la República”. Este grupo chavista que repudia la gestión de Maduro y la resistencia del mandatario a admitir que la mayoría de los ciudadanos le ha dado la espalda cuenta con el respaldo de militares como el general Cliver Alcalá, un exedecán de Chávez que ha dicho votaría contra el presidente en un referendo revocatorio. En el contexto de crisis que vive Venezuela, esta coalición de chavistas críticos emerge como un grupo político que puede jugar un papel clave en el proceso de transición que registra el país desde el pasado 6 de diciembre, cuando Maduro y sus candidatos a diputados sufrieron una estrepitosa derrota electoral en la que la MUD les arrebató el control de la Asamblea Nacional. Los dirigentes de la Plataforma para la Defensa de la Constitución Bolivariana figuran como los interlocutores naturales de la MUD para realizar una transición incluyente y sin sobresaltos en la que participen los chavistas democráticos que reivindican un proyecto socialista. Esto, desde luego, si la opositora MUD, que registra su propia lucha interna por el liderazgo, tiene la lucidez y visión política para tender puentes con ese chavismo moderado, el cual, sin duda, puede aportar a la gobernabilidad del país en un escenario en el que Maduro y el grupo que lo rodea se aferren a toda costa al poder. O incluso, en caso de que lo pierdan. El chavismo encabezado por Maduro y por el capitán Diosdado Cabello es un proyecto político en descomposición que según el economista marxista Manuel Sutherland ni es de izquierda ni es socialista porque privilegió las importaciones –por ahora colapsadas por la caída de los precios del petróleo-- sobre la producción nacional. “Esto es un capitalismo de Estado dirigido por una cúpula que usa la demagogia pseudo revolucionaria para legitimarse pero que ha incurrido en la corrupción más faraónica y espectacular de nuestra historia”, asegura Sutherland, quien es investigador de la Asociación Latinoamericana de Economía Marxista. Maduro, en los hechos, cada día se está quedando más solo. Lo sostienen, “por ahora” –como dijo Chávez al rendirse en la fallida intentona golpista de 1992— las Fuerzas Armadas. A cambio, claro, de una enorme cuota de poder. De los 31 ministros, 12 son militares, al igual que 13 de los 20 gobernadores. Y el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, es el virtual jefe de gabinete. Pero esto de poco le servirá al mandatario en una situación de crisis terminal. Aunque el general Padrino se ha declarado chavista y bolivariano, en Venezuela cada vez son más los chavistas que no son maduristas.

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