MÉXICO, D.F. (apro).- Belcebú para sus detractores, El Divino, para sus seguidores, el siete veces primer ministro de Italia, Giulio Andreotti, murió hoy en Roma a los 94 años de edad, a causa de una crisis respiratoria.
Por su sagacidad era considerado el maestro de las artes de la política, aunque también fue acusado de colaborar con la Cosa Nostra, la mafia siciliana a finales de los 70.
"El poder desgasta sólo a quien no lo tiene", fue uno de sus célebres aforismos, y poder tuvo. En su larga y fructífera carrera política sólo le faltó la presidencia de su país.
Fue siete veces primer ministro, ocho veces ministro de Defensa, cinco veces ministro de Exteriores, tres veces ministro de Administraciones Públicas, dos veces ministro de Finanzas y de Industria; una vez ministro de Economía, de Interior, de Cultura y de Políticas Comunitarias y senador vitalicio.
Su padre, un maestro de escuela, murió cuando tenía apenas año y medio de edad y desde muy pequeño, según decía, tuvo gusto por la lectura. Leía los diarios Il Messagero y L'Osservatore Romano para estar al tanto de lo que sucedía afuera y "así alargar el horizonte".
Su madre y el padre Severino Tamburrini le inculcaron la religión católica y mantuvo un fuerte vínculo con ella hasta su muerte. Prácticamente todos los días asistía a la iglesia de Gesu, jesuita, o a la iglesia parroquial Nuova.
Fue considerado como el "enviado papal" por sus estrechas relaciones con todos los pontífices.
"La fe es un regalo de Dios, que no la merece el que no la conserva", decía y cuando de combinar política y religión se trataba, respondía: "La vida no me exige, la religión sí y yo soy religioso".
Inició su carrera política a los 20 años, en 1939, cuando empezó a frecuentar la Biblioteca Vaticana con el fin de realizar un estudio sobre la marina pontificia, eso le permitió conocer al fundador de la Democracia Cristiana italiana, Alcide de Gasperi.
Hizo un doctorado en Derecho y se desempeñó como periodista desde el 1 de diciembre de 1945 pero su verdadera pasión la encontró en la política.
"Me empujó mi curiosidad, mi pasión por las cosas prohibidas y empecé a entender la política, me apasionó y decidí colaborar con el partido" Demócrata Cristiano, explicó.
También en 1945 contrajo matrimonio con Livia Danese, y tuvieron cuatro hijos: Stefano, Serena, Marilena y Lamberto, su “confidente".
Unos 10 años después inició su meteórica carrera, primero como Ministro de Finanzas, cargo que ocupó de 1955 a 1958, de ahí ocupó las carteras del Tesoro (1958-1959), Defensa (1959-1960, 1960-1966 y en 1974), Industria y Comercio (1966-1968), Balance y Desarrollo del Sur de Italia (1974-1976).
De agosto de 1983 a julio de 1989 ocupó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores y luego fue siete veces primer ministro, aunque nunca llegó a ocupar el cargo de presidente de la República. De ese cargo decía: “es un prisionero y no puede dar paseos como yo".
El peor momento de su carrera lo vivió a finales de los años 70 cuando fue juzgado de colaborar con Cosa Nostra, y por su posible implicación en el asesinato de Mino Pecorelli, en 1979.
Libró el primero de los cargos porque prescribió el delito. La sentencia fue emitida en 2003 por el Tribunal de Apelaciones de Palermo, y confirmada luego por el Tribunal Supremo y señalaba que Giulio Andreotti mantuvo "una auténtica, estable y amigable disponibilidad hacia los mafiosos hasta la primavera de 1980".
Según un testigo que estuvo presente en el famoso juicio Andreotti besó en la mejilla, gesto característico de la mafia, al jefe de la Cosa Nostra, Salvatore Totó Rina.
Respecto al cargo de complicidad en el asesinato de Pecorelli, el senador vitalicio fue absuelto en primera instancia, condenado a 24 años de cárcel en segunda instancia y absuelto en la tercera y definitiva sentencia.
También fu señalado cuando se negó a negociar con el grupo terrorista de extrema izquierda “Brigadas Rojas” cuando estas secuestraron a Aldo Moro y terminaron asesinándolo. Se le relacionaba además con grupos de poder como la logia masónica P2 y el Banco Vaticano.
"No me arrepiento de nada de lo que hecho. Errores muy graves creo que no he cometido. Curvas y giros bruscos no he dado. Quizás lo único es que como soy un poco vago y bastante meditativo, algunas cosas las podría haber hecho mejor", dijo en una de las varias entrevistas que concedió al cumplir 90 años.
Andreotti padecía una permanente jaqueca, le gustaba caminar solo por las calles de Roma, especialmente de noche.
En abril de 2012 permaneció 13 días hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una crisis cardiaca ocasionada por una infección respiratoria.
Desde hace meses el exlíder de la Democracia Cristiana (DC) retiró de la vida pública, ya no acudió al Parlamento para votar la elección del Presidente de la República ni para la investidura del nuevo Gobierno.
Según medios italianos el funeral de Andreotti se celebrará este martes 7 pero no será de Estado por petición suya.
Dejó instrucciones para que se celebre una misa en su parroquia con sus más cercanos familiares.