Ucrania: Ocupaciones y proclamaciones

viernes, 11 de abril de 2014 · 22:07
MÉXICO D.F. (apro).- En una réplica al revés de la “Euromaidán”, en Lugansk, Jarkov y Donetsk los opositores al actual gobierno surgido de la revolución de febrero, ocuparon –con los rostros cubiertos con pañuelos y pasamontañas y montando barricadas-- las sedes de los gobiernos regionales. En Jarkov, la segunda ciudad del país, se creó un cuerpo de diputados de 136 voluntarios “al servicio del pueblo” que fundó la “República Popular de Jarkov”, la cual “sostendrá relaciones con otros estados de acuerdo con el derecho internacional”. En Donetsk los manifestantes declararon la independencia y nombraron un gobierno provisional que propuso realizar un referéndum el próximo 11 de mayo sobre el estatus de Donetsk. Y en Lugansk ocuparon la sede del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). El martes 8 en  la Rada de Kiev los diputados del Partido de las Regiones del expresidente Víctor Yanukovich y los del Partido Comunista abandonaron la sesión después de un enfrentamiento con los miembros del partido de derecha “Libertad”. La Rada aprobó reformas al Código Penal para aumentar las penas por delitos contra la integridad territorial y la seguridad nacional, la ocupación de edificios y estaciones de transporte, la traición a la patria, la ayuda a un estado extranjero en acciones contra Ucrania, el espionaje, los actos de terrorismo y la interrupción de la actividad legal o de las acciones de las fuerzas de seguridad. La semana anterior, el parlamento aprobó que la OTAN pueda realizar ejercicios militares con la participación de 17 países en territorio ucraniano desde mayo hasta noviembre. Cuando parecía que se estaba al borde de un enfrentamiento armado para sacar a los atrincherados en la sede regional de Donetsk, el primer ministro Arseni Yatseniuk visitó personalmente la ciudad y anunció concesiones a las regiones. Señaló que el 25 de mayo, coincidiendo con las elecciones presidenciales, se debe realizar un referéndum constitucional que establezca el estatus oficial de la lengua rusa y la descentralización de poderes a las regiones. “El gobierno está dispuesto no sólo al diálogo sino al cumplimiento de las exigencias legales de los ciudadanos”, dijo Yatseniuk, prometiendo incorporar en la nueva Carta Magna los mayores poderes a las regiones.   Los pasos de Crimea La cuestión es si el suroriente de Ucrania seguirá los pasos de Crimea: declaraciones de independencia seguidas de anexión a Rusia, invasión militar rusa, u otra variante parecida. A favor de un escenario separatista actúa la crisis económica, las medidas adoptadas por la Rada como prohibir el idioma ruso y el hecho de que el gobierno de Kiev no tiene ningún representante de estas regiones. Sin embargo, para el conocido intelectual ruso Boris Kagarlitsky, los movimientos de Donetsk y Jarkov son “nacionalistas regionales. En Donetsk tomaron la bandera tricolor rusa blanca, amarilla y azul, pero cambiaron el blanco por el negro del carbón, que es el principal recurso de la zona. Es un nacionalismo ruso ucraniano: no se consideran rusos aunque hablen ruso, no quieren unirse a Rusia, quieren que el Kremlin los defienda de los nacionalistas ucranianos radicales como el Sector de Derecha. Pero una cosa es Crimea, con su tradición y su población mayoritariamente a favor de Moscú  y otra cosa es Jarkov, que siempre fue ucraniana”, dice a Apro desde Moscú. Kagarlitsky señala que, a diferencia de las movilizaciones en la plaza Maidan de Kiev, en el sur y el oriente las protestas recogen demandas económicas y sociales. “Jarkov sin nazistas y oligarcas”, se lee en algunas de las pancartas de los que protestan en la segunda ciudad de Ucrania. El analista ruso Evgueni Kiselev escribió en Ezhednievnaya Gazeta del 9 de abril que “por más fuertes que sean las tendencias pro rusas, la mayoría de los habitantes de estas regiones defienden la independencia y soberanía de Ucrania y el separatismo sólo es apoyado por una minoría. Por eso, la posibilidad de un referéndum exitoso para separarse o para unirse a Rusia no es grande”. Lo fundamental es que los empresarios de la región sur oriental no juegan al separatismo. El Partido de las Regiones se encuentra dividido: el depuesto Yanukovich pueden soñar con su retorno como presidente de algún tipo de república independiente de Donetsk, pero los empresarios de la región tienen otros intereses: no se ven como parte de Rusia ni quieren ser cabezas de ratón de pequeños países independientes, sino de una Ucrania unida. Por ello, Rinat Ajmetov, el hombre más rico del país, llamado El patrón de Donetsk,  que antes apoyaba a Yanukovich, intervino decididamente para convencer a los manifestantes que terminaran la ocupación de los edificios públicos de la ciudad. “Ajmetov necesita una Ucrania unida y estable”, y por ello actúa como “un intermediario fundamental entre el gobierno central y el suroriente del país, a cambio de lo cual exige que sus negocios no sean afectados. Ajmetov no está en contra de la zona de libre comercio con la Unión Europea, está por su propia tranquilidad y prosperidad”, señaló el politólogo Serguei Taran en Nezavisimaya Gazeta en su edición del pasado 9 de abril. Para  Aleksandr Ojrimenko, presidente del Centro de Análisis Ucranianos, “el objetivo fundamental de los oligarcas ucranianos, a través de los separatistas del oriente del país, es obligar a Kiev a compartir el poder”, y por eso, según su opinión, las concesiones prometidas por Yatseniuk el viernes 11 satisfacen las exigencias de los hombres de negocios de Donetsk. “Ahora, el poder estará en manos de las elites locales, y Rinat Ajmetov puede cantar victoria, porque, en realidad, ninguno quería ser parte de Rusia”, señala. Habrá que ver, sin embargo, qué se entiende por “descentralización”, según la palabra usada en Kiev, o por “federalización”, según la palabra usada en Moscú: ambas implican un grado diferente de reparto de poder, de manejo de impuestos y recursos regionales, y de relaciones con otros países, en especial, con Rusia.   Negociaciones El futuro de Ucrania se discutirá esta semana  entre Estados Unidos, la Unión Europea, Ucrania y Rusia, en un clima agitado por la decisión del Consejo de Europa de suspender la participación de los diputados rusos hasta el final de 2014, y cuando la  OTAN revelaba fotografías que confirmarían movimientos militares rusos en las fronteras con Ucrania, imágenes que, según el Kremlin, fueron tomadas durante ejercicios de entrenamiento en 2013. “Cualquier nuevo paso de Moscú para desestabilizar Ucrania” puede llevar a mayores sanciones, advirtió el Secretario de Estado John Kerry al canciller ruso Serguei Lavrov en una conversación telefónica. A su vez, Lavrov, en un artículo publicado el 7 de abril en The Guardian de Londres, planteó las condiciones de Rusia para la estabilización de Ucrania: “Una verdadera reforma constitucional que garantice los derechos legítimos de todas las regiones ucranianas y responda a las demandas del suroriente para que el ruso sea el segundo idioma oficial, firmes garantías del estatus no alineado de Ucrania, asegurando su papel como vínculo conector en una arquitectura de seguridad europea indivisible, y medidas urgentes para frenar la actividad de formaciones ilegales armadas del Sector de Derecha y otros grupos ultranacionalistas”. Lavrov exigió que, en las negociaciones a realizarse esta semana, “el sur y el oriente estén representados, no por los gobernadores nombrados por Kiev, sino por los candidatos más importantes para las próximas elecciones, para iniciar un diálogo nacional con Kiev”. Y advirtió en una conferencia de prensa el 8 de abril que Rusia no quiere ser una invitada de piedra: “¿Se proponen realizar una reunión multipartidaria cuando la Rada haya adoptado el proyecto de la Constitución y todas las regiones que no confían en el actual gobierno sean puestas frente a hechos consumados, y  nos invitan a esa reunión para que con nuestra presencia legitimemos el proyecto que nadie vio?” Las negociaciones serán difíciles, porque Kiev no acepta representantes del suroriente y Estados Unidos, que está de acuerdo con una cierta federalización o mayor autonomía, se opone dar mucho poder a las regiones pro-rusas.   Elecciones Las elecciones del 25 de mayo serán decisivas para estabilizar Ucrania, pero si no hay un acuerdo antes de esa fecha, corren el riesgo de no realizarse, o de que la votación en las regiones surorientales sea muy baja, lo cual hará que los comicios pierdan legitimidad y aumentarán las pretensiones separatistas, en medio del caos económico. Hay 23 candidatos inscritos, pero los fundamentales son tres: El empresario  Petro Poroshenko, del partido Udar (Golpe), propietario de la fábrica de chocolates Roshen y séptimo hombre más rico de Ucrania, quien aparece en el primer lugar de las encuestas con un 25%. La exprimer ministro Yulia Timoshenko, que perdió las elecciones de 2010 frente a Yanukovich, y quiénfue detenida desde 2010 acusada de turbias negociaciones con Rusia por el gas, ocupa el segundo lugar  con 9% Y en tercer lugar está Mijail Dobkin, exgobernador de Jarkov, candidato del Partido de las Regiones. Este mes será, pues, decisivo para el futuro de Ucrania en función de si el gobierno de Kiev logra un acuerdo con las regiones para repartir el poder y mantener la unidad del país y si las elecciones presidenciales se realizan y son reconocidas… O si, por el contrario, la fractura se profundiza.  

Comentarios