MADRID. (EUROPA PRESS) - El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha anunciado el comienzo este lunes de la campaña nacional de vacunación contra la polio en Afganistán, la primera vez en tres años que la agencia prepara una iniciativa de alcance nacional con el valor añadido de ser la primera que tiene lugar tras la conquista talibán del país.

De hecho, Unicef espera llegar a más de tres millones de niños que se han quedado sin recibir la vacuna por encontrarse en lugares inaccesibles para los cooperantes por orden de los talibán o por las dificultades del conflicto.

En total, el fondo aspira a vacunar a casi 10 millones de niños menores de cinco años contra un virus todavía endémico en Afganistán, y que amenaza a los pequeños con la parálisis o la muerte.

La campaña ha sido negociada con los actuales líderes talibán, quienes ahora parecen haber dejado a un lado su desconfianza hacia los cooperantes, a quienes han impedido hacer su labor en muchas ocasiones por la sospecha de que podrían estar recabando información para el enemigo.

"La urgencia con la que los líderes talibán quieren que prosiga la campaña contra la poliomielitis demuestra un compromiso conjunto de mantener el sistema de salud y reiniciar el protocolo de vacunas esenciales para evitar nuevos brotes de enfermedades prevenibles", ha declarado el director regional de la Organización Mundial de la Salud para el Mediterráneo Oriental, Ahmed Al Mandhari.

El liderazgo talibán, según la OMS, ha expresado su "compromiso con la inclusión de trabajadoras de primera línea" y a la hora de "brindar y garantizar la seguridad de todos los trabajadores de la salud en todo el país".

Con todo, Unicef ha aprovechado para lamentar que al menos 460 niños han muerto en Afganistán durante los seis primeros meses del año por el repunte de la violencia en el país durante la ofensiva talibán que finalmente desemobocó en su conquista del país, el 15 de agosto.

El último balance, recogido por la cadena afgana Tolo News, lamenta casos como las muertes de "nueve miembros de una familia, incluidas cuatro niñas y dos niños", que según los informes fueron asesinados el jueves por la mañana, "cuando un remanente explosivo de guerra detonó dentro de una casa en Kunduz".

"Nos preocupa el número de niños muertos por artefactos explosivos en lo que va de año. La muerte de un niño es desgarradora", ha lamentado Samantha Mort, jefa de comunicación, promoción y participación cívica de Unicef.

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