Dios bendiga señores con gusto este día de placer tan dichoso (Parte III)

miércoles, 20 de noviembre de 2002 · 01:00
¡Qué bueno que mi compadre murió como un hombre, mentándome la madre! Todo ha ido cambiando menos lo esencial: la certeza deque el PRI es un sistema de alianzas locales, regionales y nacionales; la seguridad de que la CTM es el centro vital del PRI; la confianza de que a los campesinos los mantiene leales su incapacidad de organizarse autónomamente; la fe en que todo disidente es un solicitante envalentonado y que, para variar la detonante imagen de los cañonazos de cincuenta milpesos, el Hombre Incorruptible no tenía chequera El PRI atravesó el maximato (donde se le concibió como vanguardia beligerante) y la conflagración cardenista(que la convirtió en partido de masas) y vivió la Primera estabilidad con el decoro de los itos constitutivos Su imagen la fueron modificando la holgura, el tedio sabatino, el hartazgo Al alemanismo llegó un partido que había creado la nación del modo en que los muy hombres dominan a las mujeres, un partido poblado de seres hoy calificados de pintorescos pero entonces de viriles, miradas broncas, sombreros stetson, revólver al cinto, cuatrapeados al hablar, capaces de lo que fuese y, sobre todas las cosas, nacionalistas El PRI a partir de los cuarenta, acudió al nacionalismo con pasión doble: creí genuinamente en él y lo necesitaba para singularizarse ante sus enemigos No son gratuitos los colores de la bandera en el escudo El PRI ha negado y pospuesto la lucha de clases, ha carecido de programas y ha ido gastando y disolviendo su proyecto de nación, eliminó a los caudillos para beneficiar a los burócratas Lo que se quiera, pero en toda su larga etapa de erosión se ha guiado por una fórmula salvadoreña: su nacionalismo a ultranza, la confiscación y el monopolio de los héroes, la liquidación de las ideologías("ni izquierda ni derecha: México!") que favorece a una creencia tan rudimentaria como inflexible: hemos salvado a este país del caos y la dictadura unipersonal, hemos garantizado con la práctica de los sexenios las oportunidades políticas para todos, hemos satisfecho las necesidades más perentorias de nuestros amados obreros y campesinos, hemos compensado nuestra intransigencia con flexibilidad ("por presión no se concede pero si las viudas lo piden las indemnizamos)" Justo es que se nos identifique con la nación entera Centralizar y monopolizar el sentimiento nacionalista ha sido el error del PRI que, en última instancia, le ha costado su capacidad de movilización de masas, su paulatina e inconmovible soledad en el poder (otro error considerable es su ignorancia o su desprecio de la tecnología, traducidos en la indiferencia ante los medios masivos que, casi íntegramente, han sido acaparados por los empresarios)De los caudillos a los caciques a las caricaturas A partir de los cuarenta el PRI, ya partidos de masas, asume el autoritarismo en medio de una orgía ritual que practica con entusiasmo progresivamente disminuido Una sola regla de juego (el presidente manda y tiene la última palabra) se distribuye y fracciona en múltiples reglas de juego que describen paciencia, vanidades controladas, antesalas, méritos en las patrias chicas, silencio en la derrota, murmuración atemperada por la admiración Lealtad hasta lo último: el PRI se fue tornando en Invencible, el prestigio sustentado en el desprestigio, el sujeto de burla que le evitaba burlas y ataques al Ejecutivo Los diputados se volvieron un gran tema humorístico de la imaginación popular y la despolitización se impuso primero como asepsia, privilegio final de los seres decentes: ellos, los del PRI, son poderosos pero son políticos Y la palabra política flotó en el ambiente como lo temido y reverenciado, lo incomprensible y lo fatal, lo anhelado y lo distante, lo vulgar y lo sórdido Los jóvenes brillantes de todos los pueblos y ciudades partieron hacia la política (como si hubiesen ido al lugar más enigmático del extranjero) y a su regreso sus paisanos y amigos no los reconocieron: la mirada se alojaba en el cielo de la Patria y se cargaba de sarcasmos mientras las posesiones iban en aumento: el rancho, la casota en Las Lomas, las cuentas de banco, los jarrones chinos, los tapetes persas, la buena pintura, los maestros de golf, los ademanes que se barnizaban de refinamiento Eso fueron los sexenios acumulativos de una madurez y una honra: Avila Camacho, Alemán, Ruiz Cortines, López Mateos, Díaz Ordaz El PRI mantuvo la estabilidad, le halló a la acumulación del capital un nombre formidable(desarrollismo), prometió no por interés de cumplir sino por el recuerdo agradecido a su primera clientela, creó los mitos instantáneos del Acarreo y la Barbacoa y el Abrazo Ceñido y el Chisme Significativo y el Madruguete ,convirtió en logros los actos represivos, incorporó las docilidades cotidianas al dominio omnímodo Y, sin esfuerzo, impuso la Visión Anecdótica como propia y óptima para entender y asimilar y gustar de la política: ¿qué cómo estuvo la sucesión de Ruiz Cortines? Verás Y la intriga palaciega devino sabiduría profunda y fue evitando conocer la otra política, las tomas de decisión que no afectaban alcaldías o gubernaturas o la Primera Magistratura del país, pero que afectan igualmente el destino nacional: de allí, de la Visión Anecdótica que todo se lo explica en función de un solo centro de poder, deriva al incomprensión generalizada de los años recientes, la desubicación frente al papel político de los medios masivos y la iniciativa privada, la lentitud para explicarse el año 1976 mucho más en función de Monterrey que del PRI La maldición centuplicada de una institución partidaria: que cada acto de tuv ida se te vuelva un acto de corrupción política Al PRI le tocó el poder real (en buena medida) y el poder aparente (en forma casi absoluta) y al PRI por lo mismo le ha correspondido encarnar de modo total la corrupción política, agregándose incluso las funciones de empresarios y banqueros Detente oh diatriba, eres tan elocuente Casi unánimemente se ha ido identificando al PRI con la demagogia, el soborno, el chantaje, la simulación, la gesticulación Tradúzcase al PRI como sistemas de influencias, ordenación de complicidad, engaños y autoengaños con el fin de adquirir o retener el poder Aparte de sus otras muchas virtudes, el PRI resultó -por identificación popular no verbalizada pero igualmente sólida-el gran instrumento moldeador de la vida íntima, esa distancia interesada y ventajosa frente a los demás que no pueden liquidarse porque es la garantía e ser que resarce a nuestra vanidad de cualquier fracaso, por ejemplo el haber nacido en un país marginal o pobre o subdesarrollado (el PRI o la apoteosis de la teoría de la cabeza de Ratón) Así por ejemplo, ¿quién es capaz de prescindir socialmente de ese tono de adhesión o búsqueda de amparo, evidente o subrepticio, que señala el encuentro de un priísta con otro? Al PRI lo ha ido venciendo y desgastando la modernización Todo empezó por el choteo del lenguaje redentorista y Cantinflas o Palillo acreditaron su calidad de cómicos uno con la dislalia y otro con la perorata enardecida Pero del choteo nadie se ha muerto todavía, y ni otro millón de caricaturas podría disminuir la modernidad de Fidel Velázquez que deriva de su racionalidad política y de un control largamente ejercido a cambio de apoyos y prestaciones sabiamente dosificadas La otra modernidad, la que depende de lecturas, viajes, posgrados, contagios atmosféricos, críticas, necesidades de vida democrática, irrumpió y dejó al PRI sin prestigio social, un poder aislado y ridiculizado Y pues contáis con todo, falta una cosa: status Tómese el lenguaje por ejemplo, los primeros años del PNR, lanzado para el consumo de un país fundamentalmente de campesinos, ese discurso donde lo que importaba eran las palabras encandiladoras (Revolución, Justicia Social, Miseria, Reivindicación) y la sonoridad desafiante, se fue quedando sin público posible, kitsch verbal, galope acústico O tómese otro sueño priístas, que se llamó "don de mando" o "arrastre entre las masas" y que hoy se conoce vulgarmente como carisma, esa fascinación incontrolable de las masas que será la señal del Gran Cambio Imaginen el milagro; ante el micrófono una voz recia exalta, conforma, conmueve, le da contenido a las grandes fechas y va trazando una era, la de la Transformación de las Estructuras, que los priístas, acometerán como si asediaran Torreón o derrotaran al ejército huertista Y si acaso yo muero en el cambio Un postrer aspirante al carisma fue Carlos A Madrazo que, en sesiones casi tormentosas en el PRI, se encrespó, se conmovió, alzó la voz, se atropelló y se contradijo Un estilo, si se quiere cerril u bronco, demasiado nervio y fogocidad pero, según sus oyentes, más real, más ¿cómo decirlo? Más, hubiesen dicho, de acuerdo con el temperamento del mexicano, esa mezcla de trópico, desierto y llanura que siempre resulta tan entrona Ya Carlos Madrazo lo sucedió Lauro Ortega Para el PRI, el Movimiento Estudiantil de 1968 es un hecho límite Lo despoja de su último ascendiente sobre la clase media ilustrada, revela la extensión de su anacronismo y de su autoritarismo y le bloquea en buena medida el acceso a las universidades, su fuente natural desaprovisionamiento Como respuesta, el PRI, en la etapa presidencial de Luis Echeverría, acepta cualquier transformación legitimadora, se adhiere al Tercer Mundo, va enmudeciendo a la Revolución mexicana, se deshace de gran parte de su retórica esdrújula, desea que se le tome como organismo tecnocrático, aspira tímidamente a la autocrítica, acepta ser gobernado por intelectuales Demasiado tarde o demasiado temprano: transcurren las asambleas rectificadoras, las promesas de contención y reforma interna se disipan y, en 1976, el PRI es un testigo más de la crisis, inerme y despavorido Carlos Sansores al frente del partido no es anomalía o inconsecuencia es resultado último y primero de una organización incapaz de responder a la creciente complejidad del país pero, otra vez, insustituible Habla, cansinamente, Sansores: "Fortalezcamos en la conciencia nacional la confianza en la vía histórica de la Revolución Mexicana Reagrupemos a las fuerzas fundamentales del pueblo, revitalicemos su fe nacionalista y acrecentemos su capacidad de autodeterminación en lo interno y lo externo" Nadie lo escucha pero sus palabras son comprendidas A cualquier cambio, el PRI (ese estilo de vida de los políticos mexicanos, no un partido o un programa sino un aferramiento a los métodos probados) opondrá su decisión inmovilista Véanse las listas de candidatos priístas de 1979 En su cincuentenario, rodeado de halagos, regalos y abrazos del poder, el PRI niega con la reciedumbre del caso cualquier manipulatoria Es el Partido Revolucionario Institucional, don de México al mundo, la arrogancia y el abandono cristalizados de un poder que, clásicamente, sólo advierte resentimiento en la crítica y sólo ve el futuro como continuidad inmaculada (Proceso 0122/ 5 de marzo de 1979)

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