irak: la guerra que viene

sábado, 3 de agosto de 2002 · 01:00
Irak: La guerra que viene J Jesús Esquivel El ataque militar de Estados Unidos contra Irak será rápido, efectivo y sumamente letal, pronostican expertos estadunidenses Sin embargo –advierten–, nada garantiza que se cumpla uno de los principales objetivos: capturar o matar al presidente iraquí Saddam Hussein El Pentágono ya diseñó a detalle el plan de ataque y los escenarios de la guerra son previsibles Sólo falta que el presidente George W Bush dé la orden Washington, DC- Sucesivas oleadas de misiles de precisión guiados por sistemas computarizados de aviones no tripulados atacarían a Bagdad y Basora al menos durante tres días para destruir los puntos militares estratégicos de la Guardia Republicana de Irak Al mismo tiempo, desde las aguas del Golfo Pérsico, submarinos nucleares, buques de guerra y portaviones lanzarían otros ataques para destruir los almacenes de armas de destrucción masiva y las baterías de misiles Escud que apuntan hacia Israel Para ese entonces, los sistemas de radar del Pentágono y los informes de la CIA y del FBI tendrían bien localizado al presidente iraquí Saddam Hussein, cuya muerte o captura, sin embargo, es difícil de asegurar Por tierra y desde el lado oeste, fuerzas especiales H-3 y H-4 del Ejército estadunidense iniciarían después un ataque terrestre con apoyo de los aviones F-16, F-15 y F-14 y de helicópteros Black Hawk Será un ataque rápido, efectivo y sumamente letal En su primera fase puede durar 72 horas y no más de una semana; y de 40 a 60 días para cumplir la totalidad de la misión: derrocar al régimen de Hussein Tal es uno de los escenarios probables que pronostican para Proceso dos expertos estadunidenses que, de manera independiente, asesoran al Pentágono: El doctor Robert J Lieber, catedrático de la Universidad de Georgetown y autor de varios libros y estudios sobre las relaciones de Estados Unidos con los países de Europa y del Medio Oriente, y James A Phillips, académico e investigador de la Heritage Foundation en temas sobre el Medio Oriente, el norte de África, el sudoeste asiático, terrorismo internacional y seguridad energética El día “D” En entrevistas por separado, los expertos comentan que al presidente Bush y a los estrategas del Pentágono sólo les falta encontrar el momento preciso para iniciar el ataque contra Irak El plan ya está perfectamente diseñado y prevé hasta el más mínimo detalle Su objetivo: eliminar al presidente Saddam Hussein Y es que el ataque terrorista contra las Torres Gemelas y el Pentágono, ofreció a Bush la oportunidad que esperaba para terminar con Hussein, misión que dejó inconclusa su padre George Bush, cuando fue presidente, en la Guerra del Golfo Pérsico de 1991 “El ataque puede empezar en cualquier momento, el Pentágono ya está listo y preparado para ganar Aunque es muy difícil pronosticar una fecha exacta, creo que las tropas de Estados Unidos serán desplegadas a finales de este año o principios de 2003, pero será antes del informe (sobre el estado de la nación) del presidente al Congreso (en febrero)”, pronostica Lieber Explica que el posible escenario de ataque a Irak involucraría como máximo a unos 50 mil soldados de las Fuerzas Armadas estadunidenses, más el respaldo de otros 20 mil de países aliados, entre ellos Gran Bretaña, Turquía y, posiblemente, Francia Se utilizarían básicamente las armas más modernas y efectivas del arsenal del Pentágono: sistemas de bombas y misiles de aire-tierra de precisión y guiados por computadoras Como en la Guerra del Golfo, se requerirán tropas terrestres y el uso de bases militares en países aliados para lanzar bombardeos aéreos, desde mar y tierra, y así “acabar rápidamente con las Fuerzas Armadas de Hussein” Lieber sostiene que el ataque se enfocaría básicamente por dos frentes: en el norte, aprovechando la frontera de Irak con Turquía, y en el sur, por Kuwait Con los misiles de precisión de los aviones F-16, F-15 y F-14, Estados Unidos empezaría por atacar a la Guardia Republicana de Hussein, cuya mayoría de efectivos se encuentra ubicada en la ciudad de Basora Mientras que, desde el Golfo Pérsico, submarinos nucleares, buques de guerra y portaviones lanzarían otro ataque para destruir puestos militares, los almacenes de armas de destrucción masiva y las baterías con misiles Escud que tiene Hussein apuntando hacia Israel “Con esto se lograría que las fuerzas especiales de los marines y del Ejército lleguen rápidamente, controlen y destruyan el lugar donde se encuentre Hussein” Las bombas y misiles más modernos serían la clave para la victoria estadunidense Estas armas ya mostraron su efectividad en la guerra en Afganistán Lieber recuerda que durante la Guerra del Golfo, Estados Unidos acabó con el Ejército de Irak usando solamente 5% de las armas de precisión y de guía por computadora, frente a 90% utilizado en Afganistán “para destruir las cuevas más profundas en las montañas de Tora Bora” El asesinato o “desaparición” de Hussein podría ser también el resultado de los intensos bombardeos sobre las fortalezas donde se encuentra, aunque —advierte— existe la “casi imposible probabilidad” de que sea atrapado por los grupos especiales La labor de las tropas terrestres resguardadas desde el cielo por los aviones caza y bombarderos, los barcos y submarinos desde el Golfo, sería atacar a las tropas iraquíes que no pertenecen a la Guardia Republicana, encargada de la seguridad personal de Hussein, y de los lugares donde presuntamente se ocultan las armas de destrucción masiva “El Ejército de Irak ya no es nada poderoso Con su derrota en el desierto hace 11 años se acabó la imagen de que eran soldados feroces, sanguinarios y temibles Hay una alta probabilidad de que en las primeras 20 horas de enfrentamiento se rindan y empiecen a traicionar a Hussein dando información confidencial sobre su paradero”, adelanta Lieber Los 50 mil soldados estadunidenses y los 20 mil que aportaría Gran Bretaña y Turquía se enfrentarían a unos 200 mil de Irak, 120 mil de la Guardia Republicana, que seguramente “tendrían que ser acabados con una tormenta de las bombas y de los misiles del arsenal del Pentágono, o con el fuego de tanques y helicópteros de la clase Black Hawk (halcón negro) de los grupos especiales H-3 y H-4 que estarían invadiendo por la zona oeste del territorio iraquí” Otro de los aspectos más importantes de la misión: matar a Hussein lo más pronto posible, “durante los primeros tres días de bombardeos sin tregua”, señala el experto “El impacto psicológico sería muy fuerte para el Ejército y la Guardia Republicana, los cuales, en consecuencia, se empezarían a desmembrar inmediatamente” Subraya que este escenario se hace todavía más viable por el argumento que se menciona con tanta regularidad en Washington, en varias capitales de Europa y del centro de Asia: “La presunta relación de Hussein con Bin Laden y las células de operación que tiene Al Qaeda fuera de Afganistán” Leiber menciona otro posible escenario que Bush puede utilizar para acabar con el régimen de Hussein Es el menos probable y, además, de largo plazo: armar y financiar una guerra de las fuerzas opositoras a Hussein, pero entrenadas y dirigidas por la CIA En el norte empezaría la guerra con los kurdos al frente; en el sur, con los shiitas “Puede dar resultado, pero llevaría mucho tiempo armar a las fuerzas de oposición e iniciar la batalla Aunque —señala— diplomáticamente es la estrategia perfecta para evitar las críticas de la comunidad internacional” Estima, sin embargo, que con una guerra rápida y letal las críticas también desaparecerían en el corto plazo, “una vez que las imágenes de televisión muestren a los iraquíes en las calles de Bagdad saludando a los soldados estadunidenses por haberlos liberado de su opresor” Bomba de tiempo Por su parte, James A Phillips compara con una bomba de tiempo la orden de Bush para empezar la guerra contra Irak Para este especialista —mencionado como asesor de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa— “es mejor acabar ahora con Hussein” y no esperar a que en tres años tenga en sus manos una bomba nuclear que “él sí no dudaría en usar contra Estados Unidos” Coincide también con Lieber en que la victoria sería fácil y rápida Pronostica, además, la “muerte o exilio” de Hussein Todo ello, señala, tendría que ocurrir antes de la primavera de 2003 En el otoño, el propio Hussein podría dar pie para justificar el ataque: la expulsión de los inspectores de armas nucleares de las Naciones Unidas (ONU) Bagdad los acusaría de “inventar” que en su territorio se fabrican armas de destrucción masiva “Técnicamente, esto sería una violación al cese del fuego con el que la ONU en 1991 declaró el fin de la Guerra del Golfo Pérsico”, señala “Lamentablemente —dice—, el ataque debe ser muy intenso Como en toda guerra, podrían perderse las vidas de personas inocentes, ya que el Pentágono tendría que apoyarse en los bombardeos aéreos usando exclusivamente bombas de precisión guiadas por computadora Con 96 horas continuas de bombardeos aéreos, desde bases militares en Kuwait, Katar y Bahréin, y los misiles disparados por los acorazados y submarinos estadunidenses en el Golfo Pérsico, la primera fase de la misión quedará cumplida Si Hussein logra salvarse, entonces tendrían que entrar a cazarlo los grupos especiales: los Seals o Green Berets, por ejemplo” Según Phillips, lo más importante para el presidente Bush es tener la certeza de la muerte de Hussein o su exilio en Libia, pero—advierte— “es posible que en el próximo ataque a Irak nunca se le encuentre, aunque en realidad haya muerto” Un ataque así tendría que contar, además, con el apoyo de entre 20 mil y 50 mil soldados de Estados Unidos, los cuales —sostiene— no necesitarían la ayuda de tropas terrestres de los países aliados Gran Bretaña y Turquía podrían aportar aviones caza y buques de guerra o bases militares, en ese orden Con cientos de aviones caza o de ataque de la clase F-16, F-15, F-14 y bombarderos B-1, B-2 y Stealth I y II, en el primer día de bombardeo podría quedar liquidado Hussein, quien previamente deberá estar perfectamente localizado por el Pentágono Sostiene que los otros blancos del ataque tienen que ser destruidos al mismo tiempo: los almacenes de armas de destrucción masiva, las bases de la Fuerza Aérea, del Ejército, de la Guardia Republicana, las plantas de energía y de agua y todo tipo de centros de comunicación Solo así se podría paralizar, en un plazo no mayor de una semana, cualquier sistema de ataque de Irak También reaparecerían los viejos “héroes” de la Guerra del Golfo Pérsico: los misiles Crucero y Patriota, que estarían encargados de interceptar a los Escud Y es que, sostiene el especialista, con toda seguridad una docena, al menos, lograrían ser disparados contra Israel La tarea de destruir Escuds en el aire estaría en manos de los acorazados, de los submarinos estadunidenses y de las baterías antimisiles ubicadas en las bases militares, “posiblemente de Turquía”, aunque con una modificación: ahora se usaría la clase más moderna de los Patriota, del tipo III, y el sistema antibalístico Arrow, desarrollado de manera conjunta por Estados Unidos e Israel En tierra, la invasión por el norte y sur de Irak sería responsabilidad de los marines y del Ejército de Estados Unidos Su misión: inutilizar a las tropas iraquíes, “un ejército que se rendiría en los primeros 10 días de guerra, incluyendo a la Guardia Republicana, compuesta por cinco divisiones de entre 80 mil y100 mil efectivos dispersos en ciudades aledañas a Bagdad” Phillips agrega que en un plazo de 30 a 40 días, Irak estaría totalmente rendido Se daría paso a la etapa de la postguerra Para entonces, se “necesitaría de la presencia de entre 50 mil a 70 mil soldados de tropas extranjeras, que deberán quedarse un año o año y medio para garantizar la estabilidad de ese país y la permanencia de un nuevo gobierno respaldado y reconocido por los países miembros de la ONU” Para el académico e investigador de Heritage Foundation, no existe otro escenario que no sea el del ataque estadunidense La oposición shiita y kurda podría ser opción sólo sí se utiliza como refuerzo de las tropas terrestres de Estados Unidos La cercanía de una inminente guerra contra Irak y los escenarios de ataque —que están perfectamente bien estructurados— preocupan al Congreso estadunidense: Teme quedar en ridículo por ser informado de los detalles después de que Bush ordene el ataque El Comité de Relaciones Exteriores del Senado y el de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes programaron audiencias públicas a finales de agosto y principios de septiembre para que el Pentágono informe —aunque no con precisión—sobre los objetivos del eventual ataque Los legisladores demócratas advirtieron a Bush que antes de atacar a Irak, tendrá que conseguir la aprobación del Capitolio Pero la Casa Blanca respondió que, bajo la Resolución de Poderes de Guerra, el presidente no necesita el permiso del Congreso Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa, ha viajado en varias ocasiones durante este año a Turquía, Kuwait, Katar, Bahréin y los Emiratos Arabes Busca su respaldo para la guerra contra Hussein Además, desde junio Bush empezó a recibir lineamientos conceptuales de una invasión a Irak por parte del general Tommy R Franks, jefe del Comando de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el Golfo Pérsico, a quien se le señala como el arquitecto de la eventual destrucción del régimen de Hussein

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