Las agencias de seguridad: de pifia en pifia

martes, 10 de septiembre de 2002 · 01:00
Washington -- El 10 de septiembre del 2001, un equipo de interceptación de comunicaciones de la ultrasecreta Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense logró detectar desde los cielos de Afganistán un mensaje difundido por un presunto miembro del grupo terrorista al Qaeda El individuo afirmaba, en idioma árabe, "mañana es la hora cero" "Mañana" era el 11 de septiembre, el día en que Estados Unidos, incrédulo, miró cómo dos aviones comerciales secuestrados por un grupo de fanáticos se estrellaban contra las torres gemelas de Nueva York y cómo otro avión se incrustaba y hacía arder el corazón de su sistema de defensa, el Pentágono Horas después, ya el 12 de septiembre, el mensaje del presunto miembro de Al Qaeda pudo ser traducido por los expertos en lingüística de la NSA, quienes descubrieron otra frase que, a esas alturas, ya había encontrado su significado: "el partido está por comenzar" Como a un reflejo del propio país, los terroristas encontraron a la NSA --que cuenta con ingentes recursos económicos y tecnológicos-- como a un gigante dormido, con la guardia baja Las revelaciones sobre la captación del mensaje se conocieron a fines de junio pasado, durante una de las tantas audiencias celebradas en el Congreso para saber qué pasó con las agencias de seguridad y de espionaje del país más poderoso del mundo, que en ese entonces tenían un presupuesto global de más de 30 mil millones de dólares anuales Y, sin embargo, no lograron prever lo que estaba planeando un grupo de 19 secuestradores que vivían desde hace meses en territorio norteamericano A principios del mismo junio, cuando la oposición demócrata había llegado al clímax de sus reclamos de investigación de las fallas de seguridad previas al 11 de septiembre, el presidente George W Bush conmociona al país al admitir que, antes de los atentados, "las sospechas y percepciones de algunos de nuestros agentes de primera línea no recibieron suficiente atención" Bush quería "saber cuándo se pasaron por alto las advertencias o no se prestó atención a las señales, no para indicar con el dedo de la acusación, sino para asegurarnos que corregiremos cualquier problema e impediremos que ocurran otra vez" Después de la ola de inquietantes revelaciones sobre la inoperancia de los agentes de la NSA, de los policías federales del FBI y los espías de la CIA, la Casa Blanca "resolvió" el asunto creando un millonario super ministerio de Seguridad que englobará las actividades y recursos de una veintena de agencias federales Después del caliente periodo de autocrítica que marcó la mitad de este año, la puesta en marcha de la nueva agencia y la disponibilidad de otros puntos débiles por donde atacar a la administración Bush --los escándalos financieros--, los demócratas dejaron de revisar los errores previos al 11 de setiembre En pocos meses, el gobierno y los grandes medios de comunicación estadounidenses --con el consenso de una opinión pública que sigue conmovida y asustada por los atentados-- construyeron una historia oficial de los ataques terroristas que incluye todas las "verdades" sobre la dinámica y las responsabilidades de la agresión, y también dedica un capítulo, que parece por ahora prácticamente cerrado, a los errores de sus servicios de inteligencia De la revisión quedaron flotando numerosas revelaciones que descubrieron huecos de ineptitud o desidia entre los organismos de seguridad norteamericano Del desfile de funcionarios ante las comisiones del Congreso se desprendió, entre otros puntos, que en diciembre de 1999 los espías estadounidenses supieron que en enero del año siguiente se celebraría en Kuala Lumpur una reunión de miembros de Al Qaeda, una organización que las autoridades de Washington tenían bajo la lupa desde hacía años La policía malaya vigiló el encuentro, del que habrían tomado parte Nawaf Alhzami y Khalid Almidhar, dos de los secuestradores del vuelo 77 de American Airlines que hicieron estrellar sobre el Pentágono La CIA habría recibido la lista de los nombres de los participantes de la reunión, pero la compartió hasta agosto del 2001 con otras agencias federales, como el servicio de migraciones, el INS Fue demasiado tarde para que los controladores fronterizos reconocieran las identidades de los activistas de Al Qaeda e impidieran su ingreso al país: Alhzami y Almidhar ya habían entrado a territorio norteamericano con parte de los planes del 11 de septiembre bajo el brazo La presencia de los terroristas en Estados Unidos durante varios meses hizo que el foco de las críticas se centrara especialmente en el FBI Peor aún: dos despiertos agentes federales no pudieron lograr que sus advertencias fueran escuchadas a tiempo Ken Williams, del cuartel del FBI en Phoenix, Arizona, había elaborado en el mes de julio previo a la tragedia el ahora famoso documento en el que recomendaba seguir de cerca a un grupo de estudiantes árabes que estaban tomando lecciones de vuelo en escuelas de aviación norteamericanas La otra agente, Coleen Rowley había elevado una carta directamente a la cúpula de la policía federal quejándose por los obstáculos que encontraba para seguir investigando los pasos del franco-marroquí Zacharias Moussaoui, luego conocido como "el vigésimo secuestrador" Por aquellos meses, mientras la célula de Al Qaeda actuaba sin problemas dentro de Estados Unidos, las pistas que lograban juntar el FBI y la CIA por separado eran "demasiado vagas", intentó justificar la consejera para la Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice Sin embargo, desde las propias filas republicanas, un legislador que viene tomando parte activa en las pesquisas parlamentarias, el senador Richard Shelby, retrucó que "los errores cometidos por las agencias de seguridad fueron enormes" Es que la lista de pifias sigue y sigue En mayo último, el vocero presidencial, Ari Fleischer, admitió que Bush fue informado, durante un "briefing" de rutina con los jefes de los servicios de espionaje, que Al Qaeda estaba planeando secuestrar aviones comerciales estadounidenses "Teníamos informes de amenazas generales", explicó entonces Fleischer, en sintonía con Rice Al mismo tiempo que Bush era informado sobre los entonces presuntos planes de Al Qaeda, los miembros del grupo terrorista ya habían realizado una veintena de "vuelos de ensayo" para conocer los puntos débiles de los controles aéreos estadounidenses, según revelaron documentos secretos dados a conocer durante la ola de revelaciones de mediados de año Ahora ?en el primer aniversario de los ataques-- los legisladores estadounidenses están regresando de su receso veraniego y planeando la campaña para las elecciones de noviembre, en las que muchos de ellos se juegan el puesto en el Congreso El tema central del debate político ya dejó de ser el FBI, la CIA y Al Qaeda Incluso Afganistán ya está en el olvido Con el ataque sobre Irak a plazo fijo hasta después de los comicios, el eje de la polémica es actualmente la caída de WorldCom, la crisis en la industria de la aviación y la economía que dejó de desacelerar pero que no se reactiva Está por verse si el Congreso seguirá interesado en revisar los errores y omisiones cometidos antes de los ataques terroristas, más aun cuando el super Ministerio de Seguridad Interior ya está en marcha y promete devorar las polémicas con su paso de gigante, alimentado con miles de millones de dólares y leyes que recortan numerosos derechos civiles y aumentan los poderes de la policía En su momento, Bush se resignó: afirmó que de lo que se trata es de lograr que las fuerzas de seguridad "puedan hacer un mejor trabajo" en el futuro El FBI y la CIA "está claro que no se comunicaban adecuadamente", dijo el presidente cuando recrudecían las críticas contra esas agencias "Pero ahora lo hacen estrechamente", completó con optimismo Para los voceros del gobierno de Bush y de su partido, se trata de asimilar las "enseñanzas" que dejaron los ataques de septiembre "Nuestro objetivo es mejorar nuestras capacidades para que, de ahora en adelante, podamos concentrarnos en las amenazas existentes", señaló el presidente de la comisión de Inteligencia de la cámara de diputados, el republicano Porter Goss, él mismo un exagente de los servicios clandestinos de la CIA Para la "historia oficial" de los atentados del 11 de septiembre, los errores previos cometidos por sus agencias de seguridad parecen destinados a convertirse en una lección, un ensayo de ineptitud que costó la vida de más de 3 mil personas y embarcó al mundo en una nueva guerra

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