México, D F, 13 de noviembre (apro)- Es claro que la comercialización nos invade cotidianamente Todo tiene un costo Nada es gratis (aunque quiero creer que nunca nada lo fue), pero es evidente que el comercio abarca cada vez más y los reductos gratuitos o sin costos son cada vez menos El asunto es evidente en la red de redes, en Internet, porque de ser muchas veces de acceso gratuito, ahora resulta que todo tiene un costo Me explico mejor: Cuando empezaron a aparecer los servicios de la www, muchos de ellos eran gratuitos (y muchos aún lo son) Por ejemplo, los periódicos en línea Se podían leer noticias diariamente, ver la caricatura del monero en turno y disfrutar quizás a alguno de nuestros columnistas favoritos Sin embargo, algunas empresas dedicadas a este negocio hallaron que debían los internautas dar algo a cambio Algunos pensaron que podían usar a estos lectores virtuales para hacer estadísticas o para generar bases de datos de correo electrónico, sin entender aún con qué afán Otros decidieron que para leer sus respectivos periódicos en línea, los lectores debían registrarse (sin costo), pero registrarse Esto podría dar, bien que mal, información relevante a los editores Pero las cosas se están poniendo difíciles Siguiendo con el tema de los periódicos en línea, el periódico Reforma, que antes era gratis ahora tiene un costo Si uno es suscriptor de dicho periódico tiene acceso a la versión virtual del mismo En caso contrario, hay que pagar por dicha suscripción para, de nuevo, poder tener acceso En otros rubros pasa lo mismo Uno muy manoseado es el de la pornografía Esta industria en la red es de las más beneficiadas por muchas razones: hay anonimato, se puede pagar por tarjeta de crédito y así tener acceso a todo género de actos sexuales Sin embargo, es claro que estas empresas buscan mantener cautivos a sus clientes, y si uno le entra a estas cosas, bien vale ser precavido porque si no, le pueden bajar sistemáticamente, de su tarjeta de crédito, una buena cantidad de dólares al mes Los libros son otro producto que se ha comercializado de manera inteligente en Internet Amazoncom es un ejemplo de cómo vender una millonada de libros sin necesidad siquiera de poner tienda o de tener un almacén en donde guardar todos estos volúmenes Lo que hace la gente de Amazon es mantener un grupo reducido que toma las órdenes de los usuarios (compradores) y adquiere los libros, para después mandarlos El servicio es bueno, aunque caro a veces, y los libros llegan Amazon conserva un sistema que lleva registros de los libros que uno ha comprado y con relativa frecuencia manda mensajes promocionales con las nuevas adquisiciones, de acuerdo con los gustos y temas que a cada lector le interesan Pero el tema de Amazon es en realidad una excepción Mucha gente ha creído que se puede hacer mucho dinero por la red y se han inventado absurdos sistemas Por ejemplo, la página de bigbrother en México, bb2tv lleva un registro de lo que ahí acontece Se supone que dicho show televisivo tiene éxito porque la gente es morbosa y quiere ver qué pasa allá adentro La gente de producción de la página en Internet pone accesible “candentes videos” entre Karla y el Burro, entre la Madow y quien se deje, etcétera Lo simpático pero ridículo en el fondo es que acceder a esos videos cuesta 2 pesos Sí, 2 pesos Es decir, los televisos están dispuestos a sacarle a la gente peso sobre peso Me parece verdaderamente insólito Como sea, esta es la tendencia Comercializar al máximo El comercio sólo compra y vende y la red se ha convertido en un vehículo extraordinario para semejante asunto Como hay una libertad de expresión inaudita, los comerciantes de todo se han ido a la grande, a tratar de vender todo género de productos por la red Está en los cibernautas saber elegir si hacer caso o bien ignorarlos Si tomáramos una postura menos consumista, Internet podría regresar a lo que realmente debía ser: un lugar de acceso e intercambio de información notable No lo es más Ahora es una mera tienda gigantesca