Análisis político: Gordillo-Chuayffet, visiones de poder en pugna

jueves, 4 de diciembre de 2003 · 01:00
México, D F, 3 de diciembre (apro)- La todopoderosa Elba Esther Gordillo Morales, “líder moral” del SNTE, favorita de Palacio y principal operadora de Vicente Fox en la Cámara baja --y en algunas secretarías de Estado--, se aferra a una de las posiciones de poder que le quedan: la secretaría general del PRI a cambio de la coordinación de la bancada del tricolor en San Lázaro Atrincherada en las oficinas de la Cámara, con una opinión pública en su contra, “la maestra” parece negociar, hasta el último minuto, sus espacios de poder Desde la sede nacional priista, su principal opositor, Emilio Chuayffet Chemor, y también desde la propia Cámara de Diputados, se dice coordinador parlamentario Lo mismo ocurre con Gordillo, la mujer que parecía inamovible y quien, en apariencia, mantenía el control de todo La lucha entre ambos personajes --detrás de Chuayffet, Roberto Madrazo, y de Gordillo, Carlos Salinas de Gortari-- parece reeditar el viejo pleito provocado por el mismo expresidente de la República cuando, en la XIV Asamblea Nacional del PRI, apadrinó el llamado “liberalismo social”, el cual a la postre serviría para denostar a Salinas y familia Término que se acuñaría a la par del de “neoliberalismo”, y que sería utilizado por el gobierno de Ernesto Zedillo para ponerlo a discusión dentro del propio PRI, bajo el pretexto de una búsqueda del llamado “nacionalismo revolucionario” Aquel viejo pleito ideológico parece ser una de las tesis que gira alrededor de este pleito entre Madrazo y Gordillo, y de quienes están detrás de ambos Gordillo representa la ruptura con el pasado revolucionario que, desde su llegada al poder, ha buscado el mismo Fox, de ahí la identificación de ambos, además de algunos beneficios personales para la ‘maestra’ Madrazo, por otro lado, pareciera servir de instrumento al propio Chauyffet quien, junto con Manlio Fabio Beltrones, busca rescatar la esencia del priismo, ese nacionalismo revolucionario al cual también le puso su semilla Álvaro Obregón Las tesis de ambos tienen como eje no sólo el “nacionalismo revolucionario”, sino también parece ser aquel “proyecto regional” que tanto propugnaba Obregón Actualizado ese nacionalismo revolucionario y proyecto regional, ambos personajes parece que lo aplican con una visión de poder distinta a la de Gordillo, quien sostiene que el partido debe cambiar, modernizarse e impulsar la “segunda generación de reformas” Léxico al cual le gusta recurrir a Carlos Salinas, de ahí que se le señale como una extensión del expresidente de la República que puso en entredicho la ideología revolucionaria del PRI La segunda tesis, y más cómoda, destacaría que la caída de Gordillo no obedece más que al propio interés de Salinas, quien vio a la maestra como inoperante y carente de control político Se comenta, pues, que a Salinas le resultó estorbosa la presencia de Gordillo, por lo que inició su caída ayudado por el mismo Madrazo Ambas tesis no resultan fáciles de descartar, pero lo cierto es que una de las mujeres más poderosas del país, Elba Esther Gordillo, está a punto de perder, no sólo su posición como interlocutora ante el presidente de la República y los demás partidos, sino también --si es que es expulsada de la secretaría general del PRI-- su poder político en otros ámbitos no menos importantes para ella, como el control del sindicato más grande de América Latina y el segundo más rico del país, el SNTE De ahí su empecinamiento en mantener por lo menos una de las posiciones que le ayudaron a escalar hasta la posición donde ahora se encuentra: cerca del presidente de la República y lejos del priismo nacional

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