Ante las amenazas del secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld hacia los gobiernos sirio e iraní de atacarlos en caso de que proporcionen armas a Irak, el primer ministro británico Tony Blair salió al paso de los temores de Damasco y Teherán y negó que los aliados piensen extender el conflicto “No hay plan alguno” en ese sentido, dijo Blair a una televisora de los Emiratos Arabes Unidos “Estamos en Irak por una razón particular y esta no es una guerra contra Irak sino contra Saddam (Hussein)”, abundó Respecto a los bombardeos en áreas donde conviven civiles iraquíes, Blair también se lavó las manos y deslindó a los aliados de un ataque con misil sobre un mercado de Bagdad donde murieron catorce personas El primer ministro pidió “tomar con cautela” la información que se da a conocer en ese sentido, aunque reconoció que hechos como este son atribuidos a la coalición porque “la gente ve la masacre y el desarramiento de sangre y se siente enfurecida” Las autoridades estadunidenses y británicas han negado en diversas ocasiones haber lanzado misiles contra la población civil Por el contrario, culpan a las fuerzas de resistencia iraquíes de atacar a su población para culpar de ello a la coalición 04/04/03