La última frontera africana

lunes, 10 de octubre de 2005 · 01:00
México, D F, 10 de octubre (apro)- "África empieza en los Pirineos", rezaba una frase despectiva de los europeos para referirse a España hasta que murió Franco Eran también los tiempos en que muchos españoles emigraban como "trabajadores huéspedes" hacia el territorio de sus vecinos más ricos y afortunados del norte Ahí realizaban trabajos humildes y ganaban salarios modestos, pero tenían la oportunidad de suplir las carencias que sufrían en casa y, en general, eran bien aceptados Ahora el rol de España ha cambiado Está plenamente integrada a Europa, juega un importante papel político a nivel continental y, mientras otras economías europeas trastabillean, la española tiene un desempeño aceptable Su papel de expulsora de población también se ha invertido, para convertirse en receptora de una variopinta migración proveniente de muy diversas latitudes Pero, a diferencia de los españoles migrantes de antaño, se trata de una migración masiva y llena de conflictos Según los últimos registros estadísticos del gobierno español, más de dos millones de inmigrantes tienen legalizada su situación, pero se calcula que, por lo menos otro millón y medio ?entre los que ya están y los que siguen llegando?, está en situación ilegal Es decir, que casi 10 por ciento de los habitantes de España (43 millones) es extranjero, con todas las presiones que una sobrecarga repentina de este tipo implica Por afinidad histórica y cultural, el grupo más numeroso de inmigrantes es el latinoamericano También son muchos los provenientes de los países árabes del norte de África (no casualmente los moros dominaron España durante ocho siglos) Pero en los últimos años se ha sumado una copiosa migración de los atribulados países de la Europa del Este y, la más desesperada y conflictiva de todas: la de los pobladores negros del África subsahariana El tumultuario y más dramático capítulo de esta última está en curso Avisados de que, ante la creciente presión migratoria las autoridades españolas pretendían elevar de tres a seis metros la valla que separa sus enclaves norafricanos de Ceuta y Melilla de territorio marroquí, miles de coordinados indocumentados se lanzaron a su asalto sin importarles los riesgos Pasar era la consigna, y muchos lo lograron, si bien varios con las extremidades rotas y la carne desgarrada por las púas Por lo menos 10 murieron, algunos por balas de las que nadie se responsabiliza, y los que no pasaron, se reorganizan para volverlo a intentar Su desesperación no es gratuita La mayoría llegó a esta última frontera después de meses, si no de años, de penoso tránsito por varios países Esquilmados por traficantes de personas, detenidos y maltratados por guardias fronterizos, ocultos por largas temporadas en condiciones infrahumanas, sujetos a agotadoras jornadas de traslado a pie o en transportes destartalados, casi siempre en condiciones climáticas adversas; hambrientos, sedientos y hasta enfermos, su aliciente era precisamente llegar hasta ahí para "dar el salto" La escalada migratoria terrestre se ha dado en buena medida debido a los enormes riesgos que implica el cruce marítimo tanto de la escasa decena de kilómetros que separa a África de Europa por el estrecho de Gibraltar, como de la centena que, por aguas del Atlántico, lleva hasta las Islas Canarias Amontonados casi siempre en precarias embarcaciones llamadas "pateras", decenas de miles de africanos han intentado ya esta vía Muchos han sido rescatados a la deriva y no pocos han sucumbido en el intento Ubicadas en la costa norte de Marruecos, las ciudades españolas de Ceuta y Melilla no implican estos peligros Hay otros, como la guardia fronteriza marroquí, pero en ella la corrupción puede abrir muchos huecos El mayor reto, en realidad, es "saltar", y hasta ahora tenía un estímulo adicional: quien lograba vencer el obstáculo de la valla podía darse por ingresado a España, porque Marruecos no aceptaba la deportación de quienes no fueran sus ciudadanos, y repatriarlos a sus países de origen resulta casi imposible por trabas legales y humanitarias Momentáneamente, esto al parecer se acabó porque, ante el alud de inmigrantes ilegales, Madrid reavivó las "medidas especiales" de un acuerdo firmado en 1992 con Rabat, por el cual Marruecos se obliga a aceptar la devolución de los indocumentados que crucen desde su territorio Pero es previsible que ni el endurecimiento de la seguridad fronteriza, ni las deportaciones masivas, ni el levantamiento de muros, ni la intercepción marítima frenarán las ansias de migración de los africanos y sólo harán más dramática su ejecución Aunque los marroquíes se encuentran directamente entre los principales grupos de migrantes a España, la creciente ola de indocumentados proveniente de los países subsaharianos, tiene buenos motivos para no cesar Con casi una decena de conflictos armados todavía en curso, violaciones masivas a los derechos humanos, desplazamientos cíclicos por la sequía y la hambruna, la pandemia del sida que ha diezmado a países enteros y una miseria generalizada que no tiene visos cercanos de ser superada, Africa es sin duda un continente al borde de la catástrofe De nada prácticamente han servido iniciativas como la Unión Africana o la Nueva Sociedad para el Desarrollo de África integradas con el objetivo de contar con instancias de mediación interregional y de gestión ante los países desarrollados y los organismos financieros internacionales Y las inversiones privadas, como históricamente, han continuado con el saqueo de los recursos naturales y la explotación de mano de obra barata por parte de consorcios extranjeros Así, para muchos, la única alternativa sigue siendo huir No es, por lo demás, un fenómeno privativo de los africanos Según el Fondo de Población de Naciones Unidas, en el mundo se contabilizan alrededor de 150 millones de migrantes (legales e ilegales) Es decir, que 25 por ciento de la población total se encuentra fuera de su país de origen debido a causas económicas o políticas, conflictos armados, desastres naturales o dos o más de estos factores combinados, situación que la ONU ha alertado, puede convertirse en "la crisis humanitaria de nuestra era" Poco ha hecho, sin embargo, la comunidad internacional para eliminar las causas profundas de esta migración masiva De derecha, de izquierda o de centro, la mayoría de los gobiernos de los países receptores ?que son sintomáticamente los más desarrollados? ha optado por reforzar o construir barreras materiales, legales o militares que sólo han servido para ejercer más presión explosiva sobre este fenómeno Es el actual caso del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien tanto criticó a su antecesor derechista, José María Aznar, por levantar la valla divisoria con Marruecos y por amenazar al país magrebí con sanciones por no hacer esfuerzos suficientes para frenar el flujo de indocumentados y las redes criminales que los estafan Por lo pronto, el gobierno del PSOE ya ordenó la elevación de esa pared divisoria y, aunque Madrid aseguró que las relaciones con Rabat son "dulces", es evidente que hubo presiones para que cumpla con la parte de control que le corresponde Por lo demás, las relaciones entre España y Marruecos son sensibles y simbólicas Si bien al final Marruecos se independizó de Francia y no de España, la permanencia de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla en el territorio marroquí dan testimonio de un pasado colonial todavía no superado y que tiende a reavivarse con facilidad Por lo menos, pese a todos los convenios de amistad y cooperación entre ambos países, desde 1956 la monarquía alauita no ha ocultado su deseo de recuperar algún día esos dos puntos de su costa que, por geografía e historia, considera le corresponden Prueba de ello fue apenas hace tres años la peculiar incursión de fuerzas marroquíes a la isleta de Perejil y la desmesurada reacción militar española, que llevó a ambos países casi a la ruptura diplomática Y no precisamente por su valor estratégico Ubicado a escasos 200 metros de la costa y en aguas patrimoniales marroquíes, Perejil es apenas un promontorio rocoso de unas 13 hectáreas de dimensión y poblado sólo por cabras Pero políticamente pertenece a Ceuta y Ceuta pertenece a España Apenas coronado Mohamed VI tras la muerte de su padre Hassan II, y aunque la cancillería aseguró oficialmente que no se trataba de ninguna reivindicación de soberanía, su titular, Mohamed Benaisa, luego de firmar los acuerdos que ponían fin a la escaramuza, repitió en tres ocasiones diferentes que "tarde o temprano" habría que abrir un diálogo más amplio en el que "deberá incluirse a Ceuta y Melilla" Y, por si había duda, agregó que los estatutos de ocupación vigentes sobre las dos ciudades "no son intocables" Otro diferendo con resabios coloniales que mantienen Madrid y Rabat, es el de la ocupación por Marruecos del Sahara Occidental, antes conocido como el Sahara Español, y que se encuentra estancado en Naciones Unidas desde hace más de 20 años Zona rica en minerales y fosfatos, los marroquíes consideran que debe ser suya Pero los saharauíes que ahí viven reivindican su propia independencia y soberanía De hecho, la República Árabe Saharauí Democrática está reconocida como el miembro pleno número 51 de la ONU La alternativa propuesta e impedida hasta con las armas por los marroquíes, es la de un referédum en que los saharauíes decidan si quieren mantenerse autónomos o anexarse a Marruecos Aunque España ya no tiene ninguna participación directa en esta disputa territorial, la iniciativa ha sido apoyada también por los sucesivos gobiernos españoles, para gran disgusto de la monarquía alauita Y, para coronar la suspicacia entre ambos países, se ha agregado el factor del terrorismo Primero, en una serie de bombazos dentro del propio Marruecos fueron atacados intereses españoles y, luego, las investigaciones de los atentados del 11 de marzo en Madrid llevaron claramente a la pista de una célula de extremistas marroquíes, unos avecindados en territorio español y otros en su país de origen Con ello se redondeó ejemplarmente el círculo entre historia, economía, política, migración ilegal y seguridad Hoy, España levanta un muro en su minúscula frontera africana para protegerse por igual de los terroristas que de los hambrientos Como en otras partes, aquí también ambos habrán de saltarlo

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