Fin a la impunidad

miércoles, 23 de noviembre de 2005 · 01:00
San Francisco,22 de noviembre (apro) -- Al contrario de lo que ocurre en México, donde las autoridades eclesiástica y judicial prefieren guardar un silencio cómplice en torno a los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en Estados Unidos las iglesias han puesto en marcha un programa dirigido a los fieles para prevenir, denunciar y castigar la pederastia practicada por clérigos Ante la magnitud de las 656 denuncias contra religiosos, la diócesis de Los Ángeles, encabezada por el cardenal Roger Mahony, se ha visto obligada a colaborar con la policía y creó el programa Virtus, que pretende prevenir ataques contra menores al dar a conocer las formas en que los pedófilos suelen perpetrar sus abusos Desde 1950, en Estados Unidos 4 mil 300 sacerdotes católicos estuvieron implicados en casos de abuso sexual contra menores Por ello, desde 2002 la Iglesia inició el plan nacional "Protegiendo a nuestros niños", un sistema psicológico y policial para generar conciencia entre la comunidad acerca de dicha conducta delictiva En la arquidiócesis de los Ángeles trabajan más de 355 personas como "facilitadores" del programa de prevención, quienes han organizado sesiones informativas para más de 26 mil padres de familia, diáconos, sacerdotes, obispos, profesores, personal parroquial y voluntarios Los comités diocesanos del programa "Protegiendo a nuestros niños" se han establecido en más de 90% de los templos de la arquidiócesis y cuentan con mil 200 sacerdotes que atienden a unos 5 millones de fieles, 75% de los cuales son de origen hispano En los últimos tres años se han intensificado las investigaciones policiales y judiciales contra los clérigos pedófilos; a partir de 2002, las personas que pretendan realizar labores eclesiásticas deberán pasar por la toma de huellas dactilares, investigación del currículum, examen psicológico, revisión de las fichas policiales y gubernamentales, así como presentar un certificado para demostrar que carecen de antecedentes penales "Para garantizar la seguridad de todos nuestros niños, la Arquidiócesis de Los Ángeles requiere tomar las huellas digitales de todos los sacerdotes, maestros, empleados de la parroquia y voluntarios que trabajan con los niños Las huellas son procesadas mediante una base de datos criminales, y cualquier persona con antecedentes de abuso sexual de menores está permanentemente excluida del ministerio de la Iglesia", señala el boletín parroquial Hasta ahora, más de 6 mil 500 maestros y otros trabajadores de las escuelas católicas han sido investigados y autorizados por las autoridades para trabajar con niños; también han sido indagadas las huellas dactilares de otros 7 mil empleados y voluntarios de las parroquias y escuelas de la arquidiócesis Todos los que trabajan con niños en las iglesias están obligados a asistir a los entrenamientos del programa Virtus En casi todas las parroquias existen los grupos de apoyo a las víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes: "La mayoría de los abusos a menores ocurre solamente después de que el perpetrador ha ganado la confianza del niño, sus padres y cuidadores con un proceso llamado ?preparación?", explica el boletín Añade que el perpetrador prepara física y psicológicamente a su víctima, y posteriormente a la comunidad: "El propósito es convencernos de que es alguien que realmente cuida de los niños y que se preocupa por su bienestar, de modo que no advertimos las señales de peligro o no las tomamos en cuenta porque no creemos que el perpetrador sea capaz de un crimen El proceso puede durar tan poco como algunos días o tanto como algunos meses, pero el perpetrador está dispuesto a ser paciente en un esfuerzo por ganar la confianza de cada uno de los involucrados" Errores aceptados ¿Qué hace un padre cuando descubre que su hijo ha sido víctima de un abuso sexual de un sacerdote? La misma arquidiócesis contesta: "Llame a nuestra oficina del Ministerio de Asistencia para reportar la mala conducta al teléfono gratuito 1-800-355-25-45 Nuestros sacerdotes, diáconos, facultad escolar y administradores escolares, y muchos otros empleados de nuestras parroquias y ministros, han sido designados como personas que bajo la ley del Estado de California tienen la obligación de reportar casos de abuso de niños" Si la persona lo reporta a personal de la iglesia, la parroquia está obligada a informar a las autoridades civiles, según lo especifica el Código Penal 11166 (c) La Arquidiócesis también recomienda que las personas se dirijan a las Agencias de Protección de Niños y proporciona todos los teléfonos gratuitos de las agencias en cada condado que abarca la arquidiócesis Además existe la línea directa de Abuso de Niños: 1-800-54-40-00, y (323) 283-19-60 para llamadas desde el extranjero La arquidiócesis de Los Ángeles recomienda que los abusos se denuncien a la policía, concretamente a la Unidad de Niños Explotados Sexualmente, al Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles y, por supuesto, al fiscal del Condado que está investigado en la Unidad de Crímenes Sexuales y de Abuso de Niños En este apartado el arzobispado ofrece más de 10 números telefónicos y direcciones de páginas web "El abuso sexual de cualquier modo degrada la dignidad que Dios le dio a los humanos, no importa quién es el perpetrador", dice el boletín parroquial El año pasado, el cardenal Roger Mahony, acosado por cientos de denuncias contra sus subordinados, publicó el primer reporte "Al Pueblo de Dios" sobre el abuso sexual de los sacerdotes y reconoció que fue errónea la manera en que la Iglesia afrontó estos casos en los años sesenta, setenta y principios de los ochenta "Mirando hacia atrás podemos decir que el cascarón protector del silencio fue dañino para algunas víctimas Aguantar en privado las memorias de su abuso no fue el camino adecuado para su recuperación personal (?) La Iglesia por años ha tenido disponible la consejería profesional para las víctimas, pero el clima general de "no declaración" no ha servido a las victimas Es por esta razón que queremos invitar a cualquier víctima que todavía no ha empezado a aliviarse de la carga del abuso, a que se presente e informe a la arquidiócesis o a las autoridades civiles de cualquier abuso sexual pasado por parte del clero", dijo Mahony También admitió que no denunció judicialmente a los curas pederastas, pero se justifica diciendo que antes de 1997 no había leyes que "obligaran a todos los miembros del clero a hacer tales reportes" En cambio, continúa, "ahora todas las acusaciones creíbles que se refieren a clérigos vivientes son reportadas por escrito y sometidas a la ley por la arquidiócesis, tanto si la víctima es o no un menor, o bien si la víctima o sus padres hicieron o no un reporte Ninguna ofensa será ocultada"

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