Lujos de Marta Sahagún

martes, 26 de julio de 2005 · 01:00
México, D F, 25 de julio (apro-cimac)- El dicho popular nos dice que el amor y el dinero no se pueden ocultar, y que ni pintado le viene a la pareja presidencial el refrán Todos nos acordamos de Marta en Guanajuato, en la campaña, en la vocería, y ahora en palacio, es decir, en La Cabaña Presidencial Para nadie es un secreto que la señora de Fox no repite un atuendo y que ahora se la ve luciendo joyas, sobre todo relojes, pulseras y aretes con brillantes Existe la opinión de estar bien presentados y representados ante el mundo, en una palabra, que los esposos presidentes no lleguen hechos una facha a las ceremonias en el extranjero Sin embargo, vale la pena puntualizar que, en las monarquías, las "joyas de la Corona" son de la nación y nadie, por muy rey o reina que sea, se las puede llevar a su casa (es un decir, ya que el cargo es a cadena perpetua, a menos que abdiquen) En México, las mujeres de nuestros presidentes han cargado hasta con la cama de Maximiliano, y no se llevaron las cobijas porque ya estarían picadas y pulgosas Otra mujer que nos costó muy cara a la nación, fue la de López Portillo para quien la ambición no tenía límites, aunque no tuviera buen gusto para la ropa y las joyas En la actualidad, el presidente Vicente Fox ha dicho que desde enero de 2004 hasta la fecha no se ha ejercido gasto alguno para vestimenta y accesorios personales? "pese a tratarse de una prerrogativa legal" De resultar cierto lo expresado por el presidente, sería mejor que los señores legisladores quiten el presupuesto que otorga el pueblo a esa partida que, según la senadora priista Yolanda González, en el 2005 llegó a 96 millones de pesos, y que nos responda el propio presidente en qué lleva gastada semejante fortuna Cuentas claras, no valen los dichos, queremos una auditoría y la fiscalización de todos y cada uno de los gastos de esa partida, aunque no lo exija la ley, lo pedimos los ciudadanos Queremos que el mandatario mexicano vista a su esposa decorosamente, pero de su bolsillo (como cualquier esposo), o de menos que nos explique cuánto pueden costar unos zapatos de marca, un buen traje sastre, un vestido de noche y su chalina Bueno hasta un abrigo de mink diamante aceptaríamos, y puede que surjan consejos que nos ahorren algunos miles de pesos (sitios de ofertas y descuentos) Pero de ninguna manera es posible gastar 96 millones de pesos, más de 8 millones de dólares, sin dar una real y pronta explicación a los dueños del erario (pueblo-sociedad) La pobreza en su máxima expresión, y la monarquía demócrata-cristiana, no sólo nos despilfarra, encima nos tilda de idiotas Está bueno el cambio, pero no por quince veces al día Mejor ni hablamos de la tintorería

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