Ruanda, el nuevo genocidio...

lunes, 4 de julio de 2005 · 01:00
Madrid, 4 de julio (apro) - El genocidio ocurrido en Ruanda en 1994 que acabó con la vida de 800 mil personas en cien días, puede repetirse debido al odio racial que perdura en el país, nuevamente instigado desde el poder político y comercial El gobierno ruandés ha legalizado los llamados "gacaca" (tribunales populares), que han provocado la huida de 8 mil hutus al vecino Burundi, donde automáticamente adquieren el estatuto de refugiados Esta medida ilegal ante la comunidad internacional ha ocasionado el suicidio de, al menos, 35 personas en cuatro meses; mismas que fueron acusadas ante estos tribunales tribales Los "gacaca" iniciaron oficialmente en enero de este año Están inspirados en las antiguas asambleas del país y pueden juzgar a todos los presuntos autores del genocidio con excepción de los planificadores y los violadores, que en este momento están siendo juzgados por los tribunales convencionales o por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, bajo jurisdicción de la ONU Un tribunal de Bruselas condenó, el pasado 29 de junio, a 10 y 12 años de cárcel a dos comerciantes ruandeses culpables de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por su participación en la matanza de 50 mil tutsis, mientras el Tribunal Internacional, ubicado en Arusha, Tanzania, está juzgando a los líderes responsables de las matanzas El problema principal del pequeño país africano es que la división étnica que dio lugar al terrible conflicto continúa: una mayoría hutu es gobernada por una minoría tutsi supuestamente integradora en un remedo de democracia que no convence a las ONG internacionales que denuncian graves abusos de los derechos humanos El otro gran problema no es ruandés: es internacional, afecta a toda la región de los Grandes Lagos y resume la tragedia del corazón de Africa: los líderes hutus no son los únicos culpables, pero sí los únicos sometidos a juicio En el enfrentamiento de 1994, la mayoría hutu masacró a los tutsis, pero en los años siguientes se revertió la situación, y fue el ejército tutsi el que, con el argumento de perseguir a los genocidaires, invadió en la vecina República Democrática del Congo un territorio dieciocho veces superior al suyo, en el que persiguió con saña a los hutus, causando 3 millones muertos, según los expertos de la ONU ¿Por qué persigue el Tribunal Internacional a los criminales hutus pero no al presidente tutsi Paul Kagame, responsable junto con el ugandés Yoweri Museveni de la muerte de millones de inocentes en la llamada "guerra mundial africana"? La respuesta está en los enormes recursos naturales de la región: oro, coltan y diamantes, que los ejércitos ruandés y ugandés han estado extrayendo ilegalmente del Congo y exportando de contrabando durante todos estos años Las adquirientes últimas de esas materias primas esenciales son multinacionales poderosas del Primer Mundo Como las que han producido la película "Hotel Rwanda", que refleja fielmente la "verdad oficial", pero esconde bajo el paraguas de Hollywood y sus grandes actores, la verdadera historia de Ruanda El azaroso camino de la justicia internacional ha sido tan lento, y sobre todo, tan desigual, que el odio racial en contra de la convivencia ha vuelto a surgir No hay razón para afirmar que los hutus fueran los únicos responsables y los tutsis las únicas víctimas de los crímenes; pero es obvio que los hutus fueron los únicos perdedores de la guerra, y por eso son los únicos a los que se exigen responsabilidades La celebración de los "gacaca" ha sembrado nuevamente el pánico entre la población hutu, que huyó en desbandada hacia Burundi El problema es que el gobierno de Burundi, en colaboración con el de Ruanda, obligó a los refugiados a agruparse en el campamento de Songore el pasado 29 de mayo Hace tan sólo unos días, las autoridades de Burundi los repatriaron a la fuerza a Ruanda a pesar que todos ellos solicitaron asilo político: "Nada justifica la presencia de esa gente en Burundi Ruanda es un país en paz y no hay persecuciones", dijo el ministro del Interior ruandés, Jean Marie Ngendahayo a la cadena británica BBC Sin embargo, la repatriación forzosa de estos refugiados ha sido denunciada por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que considera que la decisión de Ruanda y Burundi de recalificar a los refugiados como "inmigrantes indocumentados" es ilegal, ya que "contraviene de manera absoluta el derecho internacional" Las autoridades de ambos países se justifican diciendo que la repatriación "fue voluntaria", pero hay testimonios que dicen lo contrario: "Entre gritos y llantos, la gente fue acomodada en el camión La escena tenía poco de voluntaria", dijo un testigo a la agencia misionera de noticias Misna El peligro de otro genocidio subsiste, sobre todo porque los tribunales "gacaca" son solamente un "ajuste de cuentas", una "cacería de brujas" que puede imponer penas máximas de reclusión de hasta 30 años Funcionan de manera primitiva y sin garantía alguna para los acusados que no tienen el derecho a un juicio justo Actualmente operan 12 mil "gacacas" en el país El método consiste en que las víctimas tutsis identifican a quienes consideran sus atacantes: "En realidad todos los hutus son culpables para los tutsis", dijo un hutu refugiado en el campo de Songore La pasividad de la comunidad internacional permitió el genocidio ruandés de 1994 ocurrido ante los ojos de los organismos internacionales ubicados en la zona que nada hicieron para evitarlo En los años siguientes, se mantuvo la misma actitud y las matanzas siguieron cometiéndose en la República Democrática del Congo Actualmente la misma pasividad ante las violaciones de derechos humanos de las dos etnias en Ruanda puede ser una actitud fatal para millones de hutus y después para la etnia tutsi Los expertos de la ONU denunciaron en 2001 a las multinacionales europeas y norteamericanas que hacen negocios ilegales en la región financiando de esa manera la guerra inacabable, pero el Consejo de Seguridad de la ONU no adopto ninguna medida contra aquellas empresas y sus gobiernos tampoco Kagame, a quien los Informes involucran personalmente en el trafico de recursos naturales, tiene poderosos valedores en la comunidad internacional Confiado en la protección que le brindan, ha decidido dar otra vuelta de tuerca a los hutus con la "gacaca" La convivencia es una quimera, ya que once años después del genocidio no se han colocado los suficientes mecanismos para lograrla a través de los organismos internacionales dedicados a esta tarea que ven desde hace seis meses el funcionamiento de los "gacaca": "Los tribunales populares hieren la unidad de Ruanda y no serán todo lo justos que deberían ser porque falta unidad para la Justicia", dice monseñor Thadeé Ntihinyurwa, arzobispo de Kigali quien visitó hace unos días la capital española Para la Iglesia católica ubicada en Ruanda que ha visto como los "gacaca" han estado más de dos años en "fase experimental" funcionando a diestra y siniestra, la estabilidad política y social de Ruanda es solo "un decorado" Una de las pruebas es que en las últimas elecciones la participación oficial fue del 96 por ciento, una cifra que los hechos desmienten rotundamente Ruanda es un polvorín a punto de estallar, con claros culpables

Comentarios