Homenaje a los malditos, de Calonge

lunes, 1 de agosto de 2005 · 01:00
México, D F, 01 de agosto (apro)- Con más de 25 años de trayectoria caracterizada por la producción de un teatro honesto y riguroso que busca algo más que la propuesta de "éxito" y las modas generacionales, La Zaranda, Teatro inestable de Andalucía la baja, realizó una breve temporada en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes con su más reciente montaje: Homenaje a los malditos, de Eusebio Calonge En su característico estilo teatral cuyas claves se encuentran las más de las veces en lo no dicho, en las preguntas y respuestas que provoca en el espectador, Homenaje a los malditos hace una fuerte y ácida crítica a la mitificación de los "héroes" que a través de sus discípulos siguen recorriendo los márgenes de la historia como insepultos que buscan una salida a tanto olvido La Zaranda parte de una concepción colectiva del quehacer teatral, en la que si bien existen funciones específicas de autor, director, actor, iluminador, el sentido de creación se concreta grupalmente A lo largo de los años de trabajo conjunto, algunos de sus integrantes han ido logrando rasgos que traducen en una poética del escenario De esta forma Francisco Sánchez (fundador del grupo), es la energía que expresa el dolor; Gaspar Campuzano es la voz siempre cansada; Enrique Bustos la sombra y el eco musical, Carmen Zámpalo es la ternura y la luz en lo oscuro, y Fernando Hernández la ausencia y el silencio trágico, como los define el investigador colombiano Wilson Escobar Homenaje a los malditos, como su nombre lo indica, es un "reconocimiento" a los que nos precedieron en el éxodo de los días, dejando esquirlas abrasadoras, rescoldos de memoria, huellas de sangre en el libro de sus destinos A los derrotados, los que pasaron dando tumbos de la miseria al desengaño, prefiriendo el camino del calvario al vertedero de los opulentos, según la descripción de los propios integrantes de la compañía Al mismo tiempo es una severa sátira de aquellos que se apropian del legado de vidas amordazadas por la mediocridad de cada época para hacerles reconocimientos tardíos, muchas veces sin sentido, ignorantes de la verdad que siempre persiguieron esos personajes jalonados por las tragedias y los sacrificios, y que en la propuesta de La Zaranda llega a extremos patéticos, muchas veces no tan lejanos de la realidad "Cuando nosotros llegamos, el teatro en nuestro país ya había muerto y nadie fue al entierro", afirmó alguna vez en forma lapidaria Paco Sánchez respecto de este grupo surgido en 1978, en un periodo fundamental para la historia moderna de España, una España que buscaba romper con un pasado de injusticia, represión y miseria, mientras acariciaba con ilusión y desenfado el encuentro con nuevos valores más próximos a la libertad ciudadana Estas fueron las circunstancias que alimentaron el trabajo de La Zaranda, grupo independiente alejado del teatro anecdótico, en permanente reelaboración de su andamiaje metafísico-simbólico, con puestas en escena que, como Homenaje a los malditos, combinan la poesía, la tradición y el mito para reelaborarlos en escena y generar nuevas preguntas De esta forma los integrantes de La Zaranda escancian sus copas rebosantes de amargura para alzarlas en honor de quienes fueron empujados al abismo de la desesperación y el silencio, en honor de todos aquellos que llevamos dentro

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