Un falso Cabaret
México, D F, 27 de febrero (apro)? Remake del famoso musical de Broadway el musical Cabaret que se presenta en el Teatro de los Insurgentes no tiene nada que ver con los objetivos de la obra que le dio origen
El espectáculo que interpreta Itati Cantoral está cimentado en una serie de novelas escritas en los años treinta por Christopher Isherwood En una de ellas aparecÃa el peculiar personaje de Sally Bowles Entusiasmado con ella, John Van Druten escribió la obra de teatro Soy una cámara en 1951
Fue Julie Harris protagonizó a Sally en Broadway e interpretó el mismo papel en la pelÃcula de 1955 junto a Laurence Harvey Años más tarde Harold Prince revolucionó la historia ubicando a Sally en un cabaret, con canciones y música compuestas especialmente para crear un cabaret de mala muerte
El verdadero éxito de la pieza fue logrado gracias a la pelÃcula que el genial coreógrafo y director de escena Bob Fosse hizo con la cantante estadunidense Liza Minnelli en el papel de Sally Fosse enriqueció los números musicales con su peculiar estilo contenido y con su afortunada dirección de escena que buscaba reproducir de forma sórdida y hasta extravagante el BerlÃn previo a la ascensión del partido nazi
Pero como lo señala el profesor Abraham Sylberman, experto en el Holocausto, "Cabaret explora el mismo terreno que La caÃda de los dioses de Luchino Visconti En ambas obras se plantea que el ascenso del partido nazi fue acompañado por un ascenso simultáneo en la manifestación de la bisexualidad, homosexualidad, sadomasoquismo y otras actividades
"Aunque esta apreciación parezca una simplificación aplicada a un movimiento nacional, tomándola respecto del nazismo tiene cierto sentido, especialmente por tratarse de un movimiento en el cual se resalta el cuidado del cuerpo en búsqueda de la perfección y la concepción de la superioridad racial El cabaret KitKat muestra personas cuya decadencia y ambigüedad sexual eran parte de del BerlÃn de los años treinta"
Fue en 1998 que Sam Mendes rehizo la pieza y modificó algunas de sus partes para llevarla de nuevo al foro
AsÃ, la pieza que se presenta en el Teatro de los Insurgentes es un champurrado de todas las versiones pero llevada a lo light En la tamizada versión mexicana los conflictos raciales y la brutal y sórdida presencia del nazismo no se ve por ningún lado Mucho menos la ambigüedad sexual o lo promiscuo que es el ambiente que rodea a todos ?judÃos, nazis, artistas y la gente misma
Sin estos elementos, no tiene sentido alguno el espectáculo, y queda sólo el intento de que los números musicales lleven la carga dramática y que gracias a ellos los espectadores concedan alaridos
Pero con excepción de Lorena Glinz y otros cantantes ni Cantoral ni Damián Bichir salen bien parados del intento