Intoxicación mediática y debate

miércoles, 7 de junio de 2006 · 01:00
México, D F, 6 de junio (apro)- El amago de un nuevo videoescándalo diluido en un sospechoso atentado, un intenso y multimillonario bombardeo de spots negativos ?mismos que generaron seis sesiones de condena en el IFE, más una resolución del Tribunal Electoral--, la profusión de encuestas para acreditar una contienda cerrada entre Calderón y López Obrador, más la feria de renuncias de cuadros priistas que llaman ahora al "voto útil" ante el descenso de Madrazo, constituyen el contexto del segundo debate, el evento más importante de esta larga y tortuosa campaña presidencial El votante mexicano se enfrenta así a una intensa intoxicación mediática, donde priva la estridencia por encima de la polémica, el escándalo circular con efectos boomerang contra sus promotores y la reproducción de los peores métodos de la telecracia, el gobierno de la pantalla, que pretende modular y regular el estado de ánimo de la opinión pública forzando a todos los contendientes a gastar más de 2 mil millones de pesos, según los cálculos más conservadores, para alimentar este círculo vicioso de la desinformación a costa del rating Sorprende la celeridad con que la incipiente democracia mexicana reproduce ya los peores vicios de la hipermediatización de las contiendas electorales, en medio de una frágil institucionalidad que se pondrá a prueba este 2 de julio Por si fuera poco, el propio presidente Vicente Fox y muchos otros servidores públicos ?como el caso reciente del gobernador yucateco, el panista Patricio Patrón Laviada--, en lugar de una actitud proactiva a favor de la descontaminación partidista, alientan con su activismo político la intoxicación mediática Los propios mercadólogos reflejan en sus sondeos que el ruido generado por las campañas negativas de poco o nada sirven para guiar el voto del ciudadano Según una encuesta telefónica realizada por la empresa Mitofsky, una amplia mayoría, más de 80 por ciento de los consultados, prefieren los programas de análisis políticos, las entrevistas y los debates entre los candidatos por encima de los anuncios de los candidatos, los videos o grabaciones de escándalos y los pleitos entre políticos En otras palabras, la deliberación es más importante que el ataque, los electores reclaman análisis y contraste de propuestas por encima de publicidad pagada para inducir el voto Los debates presidenciales tienen poco de haberse convertido en instrumentos esenciales de las contiendas electorales El primero se realizó el 12 de mayo de 1994 entre Diego Fernández de Cevallos, Ernesto Zedillo y Cuauhtémoc Cárdenas Los partidos minoritarios fueron excluidos de ese primer ensayo El ganador entonces de ese debate, el jefe Diego, ganó con sus artes de polemista parlamentario, pero desapareció de la contienda para darle paso a la imagen de Zedillo En el 2000, Vicente Fox transformó su terquedad en el segundo debate en un spot favorable para continuar su campaña intensamente mediática (recuérdese el "hoy, hoy, hoy") En el 2006, el primer debate de abril pasó sin pena ni gloria Si bien permitió elevar a Felipe Calderón ante la ausencia de Andrés Manuel, la auténtica ganadora ?la candidata Patricia Mercado-- simplemente no tiene ninguna posibilidad de rivalizar con los tres principales candidatos Según la encuesta de Mitofsky, los debates generan un interés medio El 46 por ciento muestra "mucho interés", mientras que 44 por ciento opina que les interesa poco o nada, sobre todo entre aquellos ciudadanos que no tienen ninguna preferencia partidista clara El 58 por ciento piensa que sirven para conocer las propuestas de los candidatos, mientras que 41 por ciento opina que "sólo generan discusiones y pleitos" El 68 por ciento de los ciudadanos prefiere un solo debate presidencial El 88 por ciento piensa que un debate sí sirve para modificar la intención de voto de las personas, y 3 de cada 5 cree que al ver un debate sí cambiará su decisión de voto actual El sondeo revela que la percepción en torno a la importancia del debate televisivo es muy alta aunque, en términos reales, el rating o nivel de audiencia sea apenas superior al de un noticiario en horario estelar A pesar de estas contradicciones, no deja de llamar la atención que los distintos actores políticos pretendan convertir el debate en una coyuntura para demostrar los peores métodos de la intoxicación mediática Esto explica el último intento de Carlos Ahumada, el empresario corruptor que hizo de su cinismo como "videoasta" su principal arma para inaugurar la era de la teleguerra sucia, quien amenazó con presentar cuatro videos que "ahora sí" demostrarían la corrupción de López Obrador La burbuja generada por ese escándalo se diluyó más rápido de lo esperado A pesar de esto, la intoxicación mediática es algo que acompañará hasta el final de la contienda a los expectantes ciudadanos El PAN ya inauguró una nueva generación de spots negativos para atacar la propuesta económica de López Obrador y Roberto Madrazo; y el priista, en la etapa final, apoyado por Carlos Alazraki, ahora sí nos quiere recordar que él no es un nice guy sino un hombre de mano fuerte Y todavía nos falta la intoxicación mayor: aquella que deriva de la utilización de la fiebre futbolera para promover mediáticamente a los candidatos Comentarios: jenarovi@yahoocommx

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