Arte, sustentabilidad museística y mercado
MÉXICO, D.F., 19 de enero.- Conformada con numerosas obras procedentes de galerías mexicanas de presencia internacional, la exposición Hecho en casa, que exhibe el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México (MAM), evidencia no sólo la dependencia que existe entre éste y el mercado, sino la necesidad de reestructurar la gestión y las políticas museísticas que promueve el gobierno panista del presidente Felipe Calderón.
Diseñada a partir de un modelo curatorial didáctico que no exige justificar la selección autoral, la muestra “busca ofrecer al espectador un acceso (…) al ámbito del arte contemporáneo en México, caracterizado por la producción objetual desde mediados de los ochenta al presente”. Objetivo o intención que no se cumple, ya que la selección, al basarse en la percepción visual de las piezas y no en la trayectoria y esencia creativa de los artistas, deriva en una enumeración arbitraria en la que sobran y faltan autores.
Atractiva en el emplazamiento museográfico y acertada en la clasificación temática, la muestra ejemplifica las derivaciones conceptuales y esculturales que ha tenido la relación arte-objeto en el contexto del arte moderno y contemporáneo, a partir de categorías que inciden en el objeto encontrado, el ensamblaje, el objeto como forma-escultura, el documento fotográfico, la instalación y el arte procesual. Aproximación teórica que, lamentablemente, se debilita tanto por la presencia de artistas que no se caracterizan por su trabajo objetual –Irma Palacios, Pablo Vargas Lugo–, como también por la ausencia de productores objetuales tan interesantes como Damian Ortega, Melquíades Herrera, Diego Toledo, Lucero Isaac, Pedro Reyes, Abraham Cruzvillegas y Gabriel Kuri.
Desde una perspectiva general, Hecho en casa es un proyecto que incide más en la gestión museística que en el producto artístico. Realizada gracias al apoyo de las galerías Charro Negro, Arte Mexicano, EDS, Enrique Guerrero, Hilario Galguera, López Quiroga, Myto, Nina Menocal, OMR, Pecanins y Proyectos Monclava, la muestra pone en la mesa de discusión la relación entre el mercado, la sustentabilidad museística, el profesionalismo curatorial y la administración gubernamental de las artes visuales.
¿Cuáles son las causas por las que un museo como el MAM establece vínculos con el mercado: falta de conocimiento artístico, inseguridad ante el riesgo curatorial, carencia de presupuesto, compromisos institucionales para obtener apoyos financieros?
Con base en que actualmente las cotizaciones artísticas se fortalecen con las legitimaciones museísticas, ¿cuánto dinero recibe o debería recibir un museo por prestar sus instalaciones a las galerías?
Y por último, una pregunta a los nueve curadores responsables de la muestra –entre ellos el director del MAM, Osvaldo Sánchez–: considerando que la galería Kurimanzutto prestó piezas de varios autores, ¿por qué no se expuso la excelente escultura colgante realizada con herramientas que presentó Damian Ortega de noviembre de 2008 a marzo de 2009 en el Centro Pompidou de París y por qué no hay ninguna pieza de Gabriel Orozco?