Un homenaje a Nellie Campobello
MÉXICO, D.F., 17 de noviembre (apro-cimac).- El pasado domingo 7 se cumplieron 110 años del nacimiento de una mujer excepcional: Francisca Ernestina Moya Luna, mejor conocida como Nellie Campobello.
Nellie –nació en Villa de Ocampo, Durango, el 7 de noviembre de 1900 y murió el 9 de julio de 1986 en Villa de Obregón, Hidalgo– fue una mujer que se adelantó a su época, debutando como bailarina, coreógrafa, historiadora de la danza, poeta, cronista, novelista y promotora cultural, entre otras actividades.
Ciertamente, cada una de sus facetas merece un texto aparte, pero en esta ocasión hablaré de Nellie Campobello como escritora de la Revolución.
En su libro Cartucho, relatos de la lucha en el norte de México, nos cuenta la historia una voz infantil, al parecer una niña de entre ocho y diez años, y eso es lo original de la novela: una voz que denota ingenuidad, inocencia, frescura.
Cito un fragmento de Cartucho (“Las tripas del general Sobrazo”):
Como a las tres de la tarde, por la calle de San Francisco, estábamos en la piedra grande. Al bajar el callejón de la Pila de don Cirilo Reyes, vimos venir unos soldados con una bandeja en alto; pasaron junto a nosotras, iban platicando y riéndose. “¿Oigan, qué es eso tan bonito que llevan?”. Desde arriba del callejón podíamos ver que dentro del lavamanos había algo color de rosa bastante bonito.
Ellos se sonrieron, bajaron la bandeja y nos mostraron aquello. “Son tripas”, dijo el más joven, clavando sus ojos sobre nosotras a ver si nos asustábamos; al oír son tripas, nos pusimos junto de ellos y las vimos; estaban enrolladitas como si no tuvieran punta.
“¡Tripitas, qué bonitas!, ¿y de quién son?”, dijimos con la curiosidad en el filo de los ojos. “De mi general Sobarzo –dijo el mismo soldado--, las llevamos a enterrar al camposanto”. Se alejaron con el mismo pie todos, sin decir nada más. Le contamos a mamá que habíamos visto las tripas de Sobarzo. Ella también las vio por el puente de fierro…
En la novela de Campobello aparece lo que en todas las novelas del género: muertos, fusilados, ahorcados… Sin embargo, la mirada femenina hace la diferencia.
Hay un capítulo donde habla de un muerto que cayó frente a su casa. Y la narradora habla con cariño sobre los días que permaneció ahí el cuerpo. Pasó a ser parte de su vida. Cuenta que al levantarse, lo primero que hacía era asomarse a ver si todavía estaba el muerto, y antes de irse a dormir hacía lo mismo.
El día que despertó y el muerto ya no estaba, ella sintió una sensación de abandono, pues aquel cadáver se había convertido en parte de su paisaje.
Cronista de Francisco Villa
Nellie se declaró ferviente admiradora de Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa. Lo reconoció como un gran estratega militar, y en su honor escribió Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa, México, Ediapsa, 1940.
Cito un fragmento en el que elogia al gran estratega:
(…) Pero la tenaza está cerrándose inflexiblemente. Hubo un momento en que los federales, en un supremo esfuerzo de defensa, intentan mover hacia atrás sus baterías, con ánimo de emplazarlas en posición más adecuada al desarrollo de la acción; pero no habían concluido la maniobra, cuando fueron sorprendidos por el anteojo de Villa, y tuvo este tiempo de concentrar el movimiento combinado de sus dos alas y de lanzarse a la carga con sus brigadas de caballería.
Los tres sectores se unían en maniobra envolvente completando el círculo. La tenaza de hierro se ejecutaba así con rara limpieza y ahogaba al enemigo. Villa, ignorante de la teoría, acaba de lograr el efecto con exactitud matemática. (…) Esta batalla, una de las más limpias, le ha dado a Villa renombre entre los militares de las grandes escuelas del mundo. Aparece en todo momento de estudio, la batalla clásica y el guerrero clásico. Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa, p. 412.
Realmente los “Apuntes” son una magnífica crónica de las actividades militares de Francisco Villa. Y sorprende el lenguaje preciso y eficaz que utiliza Nellie en el libro. Antes de conocerlo, creí que sería un libro árido, pero realmente es de lectura amena.
La muerte de Nellie
Lamentablemente, la vida de esta mujer valiosa en la historia de la danza y la literatura en México tuvo un final trágico. Ella estuvo desaparecida desde 1986 hasta 1999.
Después de una exhaustiva investigación digna de una novela policíaca, se supo la verdad: Nellie murió el 9 de julio de 1986 en el poblado Villa de Obregón, estado de Hidalgo.
Las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) exhumaron sus restos, le organizaron un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes, el 27 de junio de 1999, y trasladaron su restos a su ciudad natal, Villa de Ocampo, Durango, donde el gobierno estatal hizo un monumento en su honor y la declaró hija distinguida de la localidad que la vio nacer.
El Fondo de Cultura Económica editó en 2007 el libro Campobello, Nellie, obra reunida que incluye toda su obra literaria, los Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa y el “Prólogo a mis libros”, que apareció en la primera edición de sus obras, en 1960.
Conocer mejor la vida y obra de Nellie Campobello sería una extraordinaria manera de homenajear a esta mujer polifacética y protagonista de la historia artística del siglo XX en México.
cvb
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