Krauze disiente de Calderón y Solares propone vender la droga en farmacias

miércoles, 24 de noviembre de 2010 · 01:00

MÉXICO, DF, 24 de noviembre (apro).- En contraste con el discurso del presidente Felipe Calderón, que aseguró que México vive en tranquilidad, con democracia y libertad, el historiador Enrique Krauze hizo un llamado a alcanzar acuerdos políticos que, subrayó, lleven a la reconstrucción de la paz que ya no tiene el país.

Pero no fue todo: El escritor Ignacio Solares se pronunció a favor de la legalización de las drogas y planteó que deberían encontrarse a precios bajos en las farmacias y permitir su paso hacia Estados Unidos.

Krauze y Solares fueron galardonados hoy con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010 en el Salón de la Tesorería de Palacio Nacional, en una ceremonia encabezada por Calderón, quien estuvo acompañado de su esposa Margarita Zavala, y el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio.

Recibieron el reconocimiento instituido hace 65 años, Gonzalo Celorio, Ignacio Solares y María (Maruxa) Villalta Soteras, en la categoría de Lingüística y Literatura; Martha Palau y Luis López Loza, en Bellas Artes; Krauze y Soledad Loaeza Tovar, en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.

Además de Gerardo Gama Ayala y Marcelo Lozada y Cassou, en Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales; Sergio Revah Moiseev, en Tecnología y Diseño; Pascuala Ruiz Ruiz, en representación del Grupo de Artesanas Tejedoras de San Andrés Larráinzar, Chiapas, y Rico López Topete, en nombre del Grupo de Artesanos Indígenas Nativos de Baja California, ambos grupos de la categoría de Artes y Tradiciones Populares.

A Krauze correspondió hablar por parte de los premiados.

Trajo a la memoria una reflexión en torno a la paz hecha hace unas décadas por el también historiador Daniel Cosío Villegas para plantear que hoy “vivimos perplejos ante un fenómeno que no esperamos… que ha venido fraguándose por fatalidad geográfica e irresponsabilidad política desde hace mucho tiempo: la pérdida de la paz”.

Indicó que urge retomar la ruta del crecimiento económico con vocación social y volver a cavilar sobre la paz.

Debe --enfatizó-- recobrarse la paz civil, la seguridad sobre la vida y para ello no bastará con que un personaje venga a declararse como el artífice del proceso o se piense en la restauración “imposible” del antiguo régimen de partido único; tampoco será resultado de un “acto mágico” ni de “pactos con el crimen organizado”.

Se requieren, según Krauze, de “medidas arduas y costosas, sostenidas por largo tiempo”, pero deben construirse “sin detrimento del orden constitucional” y con los instrumentos de la democracia, que son el diálogo y el acuerdo, por ello hizo el llamado a que las instituciones políticas lleguen a un acuerdo histórico para lograr las reformas económicas necesarias.

Calderón habló enseguida del historiador, y destacó los que considera algunos logros en materia cultural, como el incremento presupuestal para el 2011, así como los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

Sin embargo, más adelante Calderón admitió que hay problemas, pero que según él “no se afrontan desde el autoritarismo, ya que hay libertad de prensa y de expresión, algo que nunca se había visto”.

De acuerdo con el presidente, la “enorme problemática de criminalidad que vivimos” no es mayor, e incluso es “significativamente menor” que la que registran la mayoría de los países en América Latina, aunque ello no ha sido obstáculo para articular las diferencias de este país “libre y democrático”.

Hay, insistió Calderón, una democracia y “una relación entre los mexicanos que nos permite estar hoy aquí reunidos en el corazón político del país y en paz”.

En entrevista, Solares dijo no compartir la idea de que los acuerdos van a contribuir a alcanzar nuevamente la paz. Sin embargo, coincidió en que deben irse construyendo consensos en todos los sentidos, pues sin ellos va a ser más difícil recuperar la tranquilidad en el país.

Pero cree también en que la cultura es el antídoto contra el “veneno” de la violencia. Y mencionó que incluso se han hecho experimentos con presos   que cambian a partir de ciertas lecturas y cierta música:

“Por supuesto sé que una metralleta puede más que muchas obras de arte, pero es contribuyendo a la humanización como podemos alcanzar la paz; mientras más humanos seamos. lo haremos. Creo profundamente en el humanismo aunque, desgraciadamente, esa violencia tiene mucho que ver con la cultura, con la bestialidad, con la barbarie.”

Acerca de su reconocimiento, dijo que tiene mucho que ver con el entorno en el cual se desarrolló y con lo que ha recibido, tanto en la Universidad como con “mis amigos, mis maestros Julio Scherer y Vicente Leñero, ya que uno es producto de todo lo que ha sido y de haber tenido la suerte de estar cerca desde un amigo que te recomienda un libro hasta lo que te da ese libro.”

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