Critica Gaviria estrategia militar de Calderón contra el narco
MÉXICO, D.F., 22 de febrero (apro).- César Gaviria Trujillo, expresidente de Colombia (1990-1994), criticó la política de militarización en la lucha contra el narcotráfico implementada por el gobierno de Felipe Calderón, ya que, a su juicio, “produce más equívocos que beneficios”.
Las declaraciones del exmandatario colombiano y exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) se dieron en el marco del encuentro “Vientos de Cambio; Política de Drogas en el Mundo”, realizado en la Ciudad de México.
Gaviria estuvo al frente del Ejecutivo colombiano durante el esplendor del cáartel de Medellín y la muerte de su capo Pablo Escobar Gaviria, en diciembre de 1993.
Enfrentar el narcotráfico con un carácter militar, continuó, tiene que ser algo “transitorio” y no permanente. “Esa no es una solución al problema”. Afirmó que el ejército, como conjunto, no está preparado para la lucha contra el narcotráfico. “Hay que hacerla con grupos de elite, con control judicial, con mucho más inteligencia humana y electrónica, y el ejército no es eso”. Punto aparte, explicó que formar un grupo especializado más reducido “facilita” su control, en aras de evitar la corrupción.
Al desatar una guerra contra el narcotráfico, hay que hacer un esfuerzo “descomunal” para no violar los derechos humanos, dijo.
“Una guerra que se vuelve militar sacrifica los derechos humanos”, lo que “deslegitima” la lucha y “en el largo plazo, es muy costoso”, insistió.
Para que la lucha contra el narcotráfico tenga “alguna posibilidad de éxito”, según Gaviria, debe enfrentarse mediante la creación de una policía federal que sea “capaz de tomar toda la responsabilidad y de tomarla para sí; y hacerlo de manera eficaz”. Habló de crear un cuerpo elite de fuerzas especiales, “entrenada para eso, que sólo haga eso y nada más”.
También habló de crear la figura de jueces “secretos” y testigos “bien protegidos”, e insistió que “hace falta más inteligencia en México”.
Aunado a la creación de una fuerza antinarcótica, sugirió una “controvertida” política que implementó su gobierno en el año 1994 como una solución de justicia: “Ofrecer a los narcotraficantes que se entreguen, confiesen sus delitos, colaboren con las autoridades, y a cambio se les da una pena que no tiene que ser de 30 o 40 años, sino de 10. La confesión tiene que ser completa, la reincidencia implicar una pena que quite todo privilegio.”
¿Cuál es la diferencia entre México y el momento más elevado del narcotráfico en Colombia? ¿Estamos cerca?, cuestionó.
Según el expresidente Gaviria, hay una similitud entre la situación que vive México con el momento más elevado del narcotráfico en su país. “Hay similitudes de lo que vivimos en los 90 y lo que hoy se vive en México”.
Continuó: “Los cárteles de la droga se sienten en capacidad de desafiar el Estado. Perturban la vida social.”
Dijo que en México se vive una “violencia indiscriminada” y apuntó: “En México he notado que casi ninguna autoridad reconoce que tiene responsabilidad en la lucha contra el narcotráfico. Todo mundo se tira la pelota.
“Para que seamos francos, la principal responsabilidad tiene que ser del gobierno nacional, porque sólo el gobierno nacional tiene la capacidad de tener la inteligencia, el entrenamiento, los instrumentos para desmantelar los carteles de ladrona. Sólo a nivel nacional se puede acceder a la colaboración internacional, comprar la tecnología y la inteligencia…”
Por su parte, el exsecretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, quien participó de la misma ponencia que Gaviria, señaló los puntos “débiles” de la tesis del presidente Calderón en cuanto al crimen organizado:
“Dice que el crimen organizado ha capturado enormes espacios del Estado mexicano: municipios, estados, secretarías de Estado, policías estatales y municipales. Si eso era cierto a finales de 2006, hoy, tres años después, debían haberse producido detenciones de una cantidad importante de funcionarios (…) ¿Dónde están los peces gordos? O no existen o no los están buscando. Tienen nombre y apellido…”, dijo.
Más adelante, señaló que en los sexenios anteriores sí se aprehendió a personajes importantes implicados con el narcotráfico, como el exgobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, y al general Jesús Gutiérrez Rebollo, en los sexenios de Vicente Fox y de Ernesto Zedillo.
Sin citarlos, Castañeda dijo que funcionarios de la embajada de Estados Unidos en México rechazan que exista un avance en la lucha contra el narcotráfico desde el ámbito financiero. “Dicen que el ámbito en el que menos se va a avanzar en el sexenio de Calderón es en el financiero”. Y lanzó: “Entran al país 30 mil millones de dólares por estupefacientes según la DEA. El equivalente del petróleo o de las remesas. Yo quiero saber qué país del mundo pediría a los compatriotas que ya no manden ese dinero (de remesas). En qué cabeza cabe que el gobierno va a pedir que no entre”.
Dijo que sólo se toman medidas “cosméticas” en la frontera y cuestionó: “Desde el punto de vista del interés nacional, ¿le conviene a México impedir que ese dinero entre? ¿Es concebible que el Estado mexicano haga un verdadero esfuerzo para impedir que ese dinero entre? Estados Unidos lo puede hacer, ¿van a hacerlo realmente?”
En cuanto a una supuesta connivencia entre el gobierno federal y el cártel del de Sinaloa, como denunció el diputado federal panista Manuel Clouthier Carrillo, dijo:
“No creo que haya un pacto tácito. Lo que me preocupa es que empieza a cundir la sospecha, empieza a cundir la creencia de que sí lo hay. En medios nacionales e internacionales”. Incluso en el Senado de la República, dijo, fue increpado el Secretario de la Defensa. “Ya son muchos sectores que están manifestando este tipo de sospecha, que es muy negativa”.