Efecto mariposa

domingo, 11 de abril de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 7 de abril (apro).- El llamado efecto mariposa, de la teoría del Caos, dice: Si una mariposa agita las alas en Pekín, puede ser la causa de que días después se produzca una tempestad en la costa oeste de Estados Unidos.

Patéticos humanos; en verdad que me tienen alelada y boquiabierta, ya que, por un lado, comprendo perfectamente a todos los que entre ustedes se sienten avergonzados e indignados y hasta entristecidos por los hechos de pederastia cometidos por tantos años por sacerdotes de la Iglesia católica en diversos países, por tantos años ocultados por las más altas jerarquías de esa misma Iglesia y apenas sacados a la luz pública en la actualidad.

Por otro lado, no me explico y por lo tanto no comprendo a los que entre ustedes se han molestado e incluso encolerizado porque esos hechos se discutan públicamente y tratan de restarles importancia e incluso los niegan diciendo que se trata de un complot.

Lo siento, esos hechos de pederastia no son pecadillos, pues fueron cometidos por individuos que se ostentaban como hombres de Dios, así considerados por sus feligreses y por tanto respetados y obedecidos por los mismos, tanto porque la misma Iglesia así lo pedía como ellos mismos lo exigían; individuos a los que se les presentó y así fueron considerados y por ello respetados y obedecidos por los creyentes, como embajadores de Cristo, encargados de la gran misión de continuar, extender y afirmar su obra; individuos que fueron investidos por la Iglesia romana del poder de instruir a sus fieles de la palabra de Dios, de la verdad, con el bautismo, de redimirlos del pecado original. Y cuando su malicia les llevara a pecar de nuevo, reconciliarlos otra vez con Dios por medio de la confesión y la penitencia, y con la extremaunción, prepararlos a bien morir para comparecer ante Dios como Él manda, todo lo cual, aparte de que ellos mismos así lo aseguran, hace que sus respectivas feligresías los vean y los tomen como los intermediarios entre el cielo y la  tierra, merecedores por ello de respeto y que se les obedezca, pues… ¿no son los transmisores de la verdadera verdad?

Esos hombres de Dios, así se sienten y se dicen ellos mismos y así los ven y los consideran sus feligreses, ¿qué han hecho? La respuesta está en los escándalos por pederastia cometidos no por uno ni dos, sino por muchos de ellos en todos los rincones del mundo donde tiene presencia y poder la Santa Iglesia romana, la que sentencia: “por sus actos los conoceréis”.

A la luz de lo precedente, pienso y creo que los que se molestan, encolerizan por el escándalo y las críticas y reclamaciones generadas por los  actos de pederastia cometidos por los hombres de Dios, o tratan de minimizarlos y hasta los niegan, están equivocados y no tienen razón por lo mismo, pues no fue en modo alguno una inconsciente mariposa la que agitó las alas, sino unos conscientes ministros de Dios los que cometieron pederastia… como lo mismo están equivocados quienes los protegieron ocultándoselos al público en general y a sus feligreses en particular.

Reflexionen: según el saber, entender y explicar de la Iglesia de Roma, no cometieron únicamente delito, hicieron algo más monstruoso: ¡pecaron! ¡Cometieron un pecado mortal!, pues llevaron a cabo una transgresión voluntaria e infame de leyes y preceptos religiosos, es decir, cometieron negativa --¡y más grave todavía si la comete un ministro del señor Dios!– por la que el hombre se opone libremente a la voluntad de Dios, con lo que rompe su relación de obediencia, respeto y amor con Él, matando así su propia vida de gracia, pues cometieron violación contra la voluntad divina, violación cometida con todos los agravantes, pues aparte de que ese pecado es de los que la Iglesia católica llama de comisión, esto es, que se cometen con el deseo, palabra y obra que prohíbe la ley de Dios, hay que añadir que lo consumaron con premeditación, alevosía y ventaja, todo lo cual hace de la pederastia cometida por un sacerdote un pecado mortal por necesidad, que lo priva de la gracia, le hace enemigo de Dios y merecedor a ser condenado a sufrir los más horrendos tormentos por toda la eternidad en el infierno.

Ustedes, patéticos humanos, dirán si los que se molestaron, se encolerizan o minimizan el escándalo generado por la pederastia de tantos hombres de Dios, o los que de plano lo niegan diciendo que se trata de un complot, repito, dirán si están o no también en pecado mortal, por contumacia, por persistir en un error letal. Y pregunto: ¿no están dando con su contumacia más alas a un pecado mortal?

Ustedes, patéticos mortales, tienen la palabra.

Sin más por el momento.

LA MARIPOSA DEL EFECTO DE…

 

cvb

--FIN DE NOTA—

 

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