La oligarquía mexicana, a cuadro

sábado, 12 de junio de 2010 · 01:00

Al lanzar su Iniciativa México, los barones del dinero y la oligarquía aprovechan la falta de liderazgo del gobierno calderonista y la debilidad del Estado mexicano para incidir en la opinión pública y erigirse en actores con influencia política. La campaña auspiciada por el duopolio Televisa-TV Azteca, consorcios cuya moralidad ha quedado en duda en etapas cruciales de la vida pública, se llena la boca de México cuando dice exaltar los “valores nacionales” y promover una “nueva mentalidad” entre los mexicanos.

MÉXICO, D.F., 12 de junio (Proceso).- En perfecta sincronía con los tiempos de transmisión y venta del Mundial de Futbol Sudáfrica 2010, en vísperas de las elecciones estatales del 4 de julio y días antes de que la SCT le otorgara a Televisa y a sus socios de Megacable y Telefónica la licitación de la fibra óptica, el lunes 7 –antiguo Día de la Libertad de Prensa– fue lanzada la Iniciativa México: una suerte de celebración de los propietarios de los grandes medios que asumieron el papel de impulsores de los “nuevos líderes naturales” con miras al 2012.

Todo el poder de la televisión se ha utilizado para impulsar esta especie de Teletón con tintes políticos que elegirá “proyectos sociales destacados”. El método de votación, vía televisiva, es parecido al que se utilizó en el reality show conocido como Big Brother.

El despliegue publicitario para promover la iniciativa no tiene precedente; tampoco el “encadenamiento voluntario” de los medios electrónicos que difunden los discursos –similares a los de una campaña política– de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego.

El pretexto, desde el origen de la idea, fue festejar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución mexicanas. Así lo expresó Azcárraga Jean el pasado 12 de enero, cuando fue entrevistado en Canal 2 para anunciar las tres iniciativas con que su empresa conmemoraría esas gestas.

Sin embargo, durante el último mes, Iniciativa México se convirtió en un referéndum a favor de la televisora más grande del país, cuestionada por su oposición a la reforma de la ley de medios y por la manera en que el gobierno le ha otorgado las licitaciones más importantes de telefonía móvil y fibra óptica.

Extracto del reportaje que se publica en la edición 1754 de la revista Proceso, ya en circulación.

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