Calderón y The Royal Tour, de los "shots" a Los Pinos

martes, 29 de noviembre de 2011 · 23:09
MÉXICO, D.F. (apro).- Para darse a conocer como protagonista de una serie de televisión estadunidense, el presidente Felipe Calderón mandó habilitar una pantalla gigante en la explanada Francisco I. Madero de la residencia oficial de Los Pinos, donde esta noche se estrenó la versión para México de The Royal Tour. Rodeada por los jardines de la residencia oficial, a unos pasos del asta bandera indicativa de que ahí reside el Poder Ejecutivo federal, justo enfrente de la Oficina de la Presidencia de la República, ubicada apenas al cruzar la calle interior Molino del Rey, la explanada es el sitio de recepción de jefes de Estado y de gobierno extranjeros, lugar que enmarca la solemnidad de actos oficiales, espacio donde se prodigan respetuosos homenajes al Mártir de la Democracia. Pero esta noche, la explanada semejó un autocinema. Eso sí, un autocinema presidencial, donde convergieron el titular de Economía, Bruno Ferrari y, la de Turismo, Gloria Guevara. Hasta ahí acudieron diputados y senadores, funcionarios menores del sector y numerosos guardias del Estado Mayor Presidencial (EMP), todos atentos al sofisticado proyector dispuesto para la ocasión. En otras circunstancias, las imágenes de la investidura presidencial podrían parecer un fotomontaje de mal gusto, de no saberse que desde septiembre fueron transmitidas en Estados Unidos a través del canal VMe y de la BBC World. Ahí se observa al jefe del Estado mexicano, disfrazado de espeleólogo, de buzo y, por supuesto, también de Presidente, con banda tricolor y todo, muy solemne en su despacho de la residencia oficial. Calderón intenta convencer de que la violencia no hizo mella en la actividad turística. Su voz fluye con sus habituales quiebres --armonizada la imagen simétricamente con el audio--, se amplifica mediante un potente equipo de sonido que pretende asfixiar el estruendo del tránsito capitalino en hora pico. Asiste, muy orondo, Peter Greenberg, el veterano conductor de series televisivas especializadas en turismo de la cadena estadunidense CBS News. Es el mismo que hace unos meses, el 20 de mayo, fue parte del programa de la Cumbre Global de Viajes y Turismo, en Las Vegas, Nevada, donde Calderón Hinojosa recibió un reconocimiento por haber sido el primer mandatario de un país en firmar el Golden Book del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés). Aquella ocasión, Greenberg extrajo de Calderón una broma macabra para un país que en cinco años acumula la penosa estadística de 50 mil muertos y contando, además de desaparecidos, desplazados, torturados, heridos: “Yo vi a miles de spring breakers divirtiéndose en México, y lo que yo tengo entendido es que los únicos shots que recibieron eran de tequila, y nada pasó”, expresó el jefe del Ejecutivo federal. Shots se traduce como disparos. El anuncio de participar en series de televisión y hasta de figurar como guía de turistas en compañía de periodistas internacionales, fue adelantado por Calderón desde el 25 de enero, fecha en que, ante un complaciente acto de la Canaco-Servitur, decretó el 2011 como “Año del turismo en México”, frase que ahora está impresa en todos los documentos oficiales. En aquella ocasión, el organismo patronal puso en marcha el programa “Hablemos y actuemos bien por México”, inspirado en una declaración de Felipe Calderón de 2009, cuando dijo que “hablar mal del país parecía deporte nacional”. Nadie esperaba que, con el patrocinio de la Fundación José Cuervo, el mandatario se fuera a recorrer con sus atuendos el sitio arqueológico de Chichén Itzá, los arrecifes de Cozumel, la laguna de la Lacandonia; que remara en ríos o descendiera al Sótano de las Golondrinas en San Luis Potosí, actuando para una cadena de televisión extranjera. Pero lo hizo y el mensaje fue para reducir el miedo, no sólo por viajar a México, sino hasta por practicar deporte extremo, como observó Jenaro Villamil, en la edición 1817 de la revista Proceso: --¿Está asustado? –le pregunta Peter Greenberg a Calderón. --No –exclama el mandatario mexicano mientras desciende como deportista de alto riesgo al Sótano de las Golondrinas–, de hecho, estoy disfrutando… tengo otras tareas que son más difíciles y peligrosas en mi ejercicio como presidente –añadió Calderón. Hoy, Greenberg es optimista durante su presentación en Los Pinos. Afirma que unas 300 millones de personas en el mundo podrán ver The Royal Tour, la serie de televisión para la que Calderón grabó entre enero y febrero de este año. El 2011 ha sido marcado en la historia de la propaganda del gobierno federal por patrocinar y aun participar en series de televisión, como El equipo, en Televisa, patrocinada por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP, o La teniente, de Tv Azteca, grabada con el apoyo de la Secretaría de Marina. Si bien en el sexenio de Ernesto Zedillo la entonces titular de Turismo, Silvia Hernández, apareció en el extranjero protagonizando spots de las tarjetas American Express, nunca había aparecido ante las cámaras, en plena actuación, un presidente de México que hoy, para su premier, contó entre los invitados con el embajador estadunidense, Anthony Wayne.

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