MÉXICO, D.F., 11 de mayo (apro).- En su segundo día de actividades por Estados Unidos, el presidente Felipe Calderón lanzó nuevas críticas a autoridades de ese país, a quienes pidió coherencia en lo que respecta a su política de consumo de drogas.
    “Lo que yo sí pido es coherencia a Estados Unidos, ya que no pueden estar liberalizando y cambiando las reglas para permitir un mayor consumo de drogas, como es el caso de la mariguana, sólo porque hay 14 estados que ya liberaron totalmente su consumo y en algunos de ellos la producción”, subrayó el Ejecutivo durante su participación como orador ante el Council of the Americas.
Luego de promover su política anticrimen, Calderón consideró necesario avanzar en la cooperación bilateral para frenar la demanda de drogas, ya que el problema de la criminalidad, dijo, es compartido.
    De acuerdo con el mandatario mexicano, el precio de las drogas lo determina el mercado estadunidense, por lo que las decisiones que se tomen en México respecto de la legalización de drogas, si no se toman en Estados Unidos, apuntó, sólo dejarán consecuencias negativas.
    “Es más, México se convertiría en el paraíso de los criminales en el mundo”, dijo, luego de lo cual insistió que Estados Unidos debe discutir y decidir sobre el tema, pues “es muy injusto que yo a campesinos mexicanos los detenga por estar produciendo un cuarto de hectárea de mariguana, y aquí (en Estados Unidos) se produzca industrialmente”, puntualizó.
Según Calderón, la cooperación y comprensión mutua se ha mantenido con el gobierno de Barack Obama, “sin embargo podemos hacer todavía más cuando se trata de desmantelar las operaciones financieras de las organizaciones delincuentes en Estados Unidos y reducir la demanda de droga. Si no hay una reducción de demanda de las drogas (en este país) es imposible reducir la oferta”, apuntó.
Y si bien abordó temas económicos y de desarrollo social, con la idea de promover la inversión en México, Calderón incorporó en su discurso diversos aspectos de la guerra que su gobierno libra contra el crimen organizado, entre los que destacó la necesidad de que sus anfitriones frenen la venta de armas de asalto a los criminales.