¿Quién vigila a la UNOPS?
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- La firma de los acuerdos de cooperación entre el gobierno de México y la Oficina de la Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) quedó ensombrecida por el escándalo de sobornos en el que ésta última se vio envuelta en Perú con la licitación de un hospital público.
El 12 de febrero de 2019, el gobierno de México firmó un Acuerdo Marco, el 14 de mayo un segundo y el más reciente el 30 de mayo con esta agencia de la ONU, la cual fue creada hace 24 años y tiene como misión ayudar a los países en vía de desarrollo en la creación de infraestructura así como asegurar transparencia y honradez en las licitaciones de bienes y servicios a todos los niveles de gobierno.
La UNOPS en México ayudaría a la nueva administración en la venta del avión presidencial, una flota de aeronaves, en la licitación del Tren Maya, la del proyecto de Istmo de Tehuantepec y en la compra de medicamentos para el sector salud.
En la solemne firma del Acuerdo Marco estuvieron presentes Juan Ramón de la Fuente representante de México ante Naciones Unidas, el Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, Grete Faremo, Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva de UNOPS y como testigo de honor el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El 14 de mayo de 2019, el canciller Marcelo Ebrard y Fabrizio Feliciani, director regional de la UNOPS para América Latina y el Caribe, firmaron dos acuerdos para brindar asistencia técnica en licitaciones públicas de la Secretaría de Relaciones Exteriores: uno para la contratación de la empresa que renovará todos los pasaportes mexicanos con un nuevo sistema y el otro, para la contratación del seguro de gastos médicos para el personal de las embajadas y consulados mexicanos en el extranjero.
Para el Tren Maya habrá por lo menos nueve licitaciones que la UNOPS ayudará a realizar según las mejores prácticas internacionales de transparencia, experiencia técnica y honestidad.
El 30 de mayo, el gobierno de México y la UNOPS firmaron un tercer acuerdo, esta vez para la venta de una flotilla de aeronaves y dicha agencia sería garante de que las millonarias transacciones estén libres de corrupción.
El 31 de mayo, 24 horas después de la firma del tercer acuerdo, los principales medios peruanos tuvieron en sus titulares la noticia de que la UNOPS había recibido sobornos (coimas) de la empresa constructora brasileña OAS; ésta logró obtener la licitación del Hospital Lorena de Cusco, Perú, con “pagos de sobornos a un operador de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, según revelaron los colaboradores eficaces N° 101 y 105- 2019 a los fiscales del Equipo Especial del caso Lava Jato del Ministerio Público” reportó el periódico La República.
Confesiones
Los enjuiciados colaboradores, confesaron que los sobornos fueron distribuidos entre el empresario prófugo Gustavo Salazar; el ex gobernador regional de Cusco, Jorge Acurio Tito y el empresario Aldo Belaunde, presunto operador de UNOPS.
“Según las pesquisas, a Belaunde le correspondía cerca de 700 mil dólares que le fueron entregados en dos partes luego de la victoria de OAS en la licitación. El dinero le hizo llegar por Leonardo Fracassi en una casa de apuestas de caballos y también le enviaron a una cuenta posiblemente en Europa”, detalló el diario La República el 31 de mayo pasado.
Precisó: “Gustavo Salazar era operador del señor Jorge Acurio, entonces presidente de la región de Cusco. Aldo Belaunde era responsable de garantizar la victoria de OAS en la licitación, según él, por su influencia en UNOPS, aunque no nos haya dicho con quiénes o de qué manera coordinaba con UNOPS, relató el colaborador 101-2019. Cabe recordar que Acurio Tito se encuentra detenido por presuntamente recibir 3 millones de dpolares como soborno a cambio de entregarle la obra de la Vía Evitamiento del Cusco a la constructora Odebrecht. La empresa brasileña viene entregando información en este caso al acogerse a la colaboración eficaz”.
En un reportaje del 2 de junio del 2019, del diario El Comercio, la periodista Graciela Villasís Rojas escribió que durante los primeros meses del 2012, Valfredo de Assis Ribeiro, por aquel entonces gerente general de OAS en el Perú, le informó a su gerente de obras Leonardo Fracassi que había asumido un compromiso con los empresarios Gustavo Salazar y Aldo Belaunde, quienes a cambio del pago de un soborno les garantizaron que la firma brasileña ganaría la licitación para la construcción del Hospital Regional Antonio Lorena del Cusco, según declararon los colaboradores eficaces N° 101 y 105- 2019 a los fiscales del equipo especial Lava Jato.
El reportaje de Villasís Rojas ahonda en las declaraciones de los imputados:
“Aldo Belaunde era responsable de garantizar la victoria de OAS en la licitación, según él, por su influencia en UNOPS, aunque no nos haya dicho con quiénes o de qué manera coordinaba con UNOPS”, relató el colaborador 101-2019 a los fiscales peruanos que lo interrogaron en Brasil en marzo, según El Comercio, que ahondó:
“Aldo Belaunde debería ser remunerado para garantizar que no habría problemas con OAS en la licitación. En total debería repartirse entre […] Belaunde, Mayorga, Acurio y Salazar.
Costos, mordidas y moches
Según las confesiones de los imputados en las instalaciones de la Procuraduría General, en la ciudad de Sao Paulo, OAS pagó un soborno para ganar la licitación. El contrato se adjudicó el 8 de agosto del 2012 por un costo de 197 millones 580 mil 499 soles, que al tipo de cambio actual son 52 mil 289 dólares
Según el informe de la auditoría de la Contraloría General de la República de Perú, el costo final de la obra fue de 208 millones 474 mil soles equivalentes a 62 millones 558 mil dólares; el sobreprecio de la obra (que quedó inconclusa) fue de 10 millones 894 mil dólares.
“A Aldo Belaunde (de la UNOPS) le correspondían cerca de 700 mil dólares que le fueron entregados en dos partes luego de la victoria de OAS en la licitación. La primera parte fue entregada por Leonardo Fracassi en una casa de apuestas de caballos que tenía [Belaunde] en [la avenida] Javier Prado y la segunda parte fue enviada a una cuenta, posiblemente en Europa, no estoy seguro, pero pudo ser en Italia”, reveló el mismo testigo y publicó la prensa peruana.
“Por medio de la influencia de Salazar y Mayorga, OAS obtuvo [anticipadamente] los documentos de las bases, lo que le posibilitó de manera distinta tener más tiempo para la elaboración de sus estudios”, afirmó El Comercio
Lista negra
Según un despacho de la agencia de prensa AFP del 28 de septiembre del 2013, 111 personas fueron liberadas por las autoridades brasileñas. Habían sido contratadas para laborar en la ampliación del Aeropuerto Internacional de São Paulo-Guarulhos, previo al mundial de futbol de 2014. Según la denuncia presentada al Ministerio del Trabajo, los hombres habían sido engañados en sus lugares de origen. Se les ofreció ganar por lo menos el equivalente a 500 dólares al mes; ellos pagaron de su bolsillo el viaje hasta Sao Paulo en camiones de la constructora OAS y ya en el aeropuerto, fueron sometidos a todo tipo de maltrato y no se les pagó por sus labores.
“Había trabajadores durmiendo en el suelo, no había colchones. No les daban de comer ni tenían la ropa adecuada para el trabajo ni para el invierno”, declaró Renato Bignami, coordinador del Programa de Erradicación del Trabajo Esclavo, a la agencia francesa.
OAS tuvo que indemnizar a los rescatados con el equivalente a 4 mil 500 dólares por persona y se les envió de regreso a sus pueblos, varios de ellos en comunidades indígenas.
A la OAS las autoridades le bloquearon las cuentas bancarias y al terminar la investigación, la empresa tuvo que pagar una multa equivalente a 61 mil 600 dólares; además fue puesta en la lista negra del trabajo esclavo, y vetada del financiamiento público por dos años.
OAS operaba de la misma manera que Odebrecht: tenía una oficina de sobornos que buscaba a las personas claves para comprar su lealtad; pagaba por obtener licitaciones y financiaba campañas de políticos a todos los niveles de gobierno en varios países latinoamericanos. Varios de los implicados en el caso Lava Jato- Odebrecht, también lo están los escándalos de OAS con cargos de cohecho, soborno y lavado de dinero. Cuando los funcionarios de OAS fueron alcanzados por la justicia y llevados a juicio en Perú, se acogieron al programa de reducción de condenas a cambio de información. Y fue así que los enjuiciados contaron con lujo de detalle a quién sobornaron, por cuánto y para obtener qué beneficio. Si no hubiera sido por dichas confesiones, la UNOPS seguiría libre de sospecha.
En un comunicado, dicha oficina de Servicios para Proyectos negó todas las acusaciones.
¿Después de este escándalo se puede confiar en la UNOPS que será la encargada de licitaciones multimillonarias en México?¿Quién vigilará a la UNOPS?