Ante la ONU, el Papa pide 'privilegiar” a los más vulnerables con la vacuna

viernes, 25 de septiembre de 2020 · 17:54
CIUDAD DE MÉXICO (Europa Press).- El Papa Francisco defendió la importancia de promover la salud pública y permitir a todos la atención médica básica, al tiempo que manifestó la necesidad de "privilegiar" a los pobres y a los vulnerables en el acceso a una vacuna contra la enfermedad originada por el virus SARS-CoV-2. "Renuevo el llamado a los responsables políticos y al sector privado a que tomen las medidas adecuadas para garantizar el acceso a las vacunas contra el covid-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para atender a los enfermos. Y si hay que privilegiar a alguien, que ése sea el más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos", apuntó. El pontífice hizo esas declaraciones por videoconferencia, en el marco del septuagésimo quinto aniversario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una edición marcada por la pandemia, en la que los líderes mundiales se han reunido de forma telemática. El obispo de Roma volvió a analizar las consecuencias sociales y económicas de la irrupción del coronavirus al señalar que "la solidaridad no puede ser una palabra o una promesa vacía". Por ello, reclamó a la comunidad internacional esfuerzos para "terminar con las injusticias económicas", al tiempo que volvió a pedir que se "alivie" la deuda de los países en vías de desarrollo y que se supriman los paraísos fiscales. "Una nueva ética supone ser conscientes de la necesidad de que todos se comprometan a trabajar juntos para cerrar las guaridas fiscales, evitar las evasiones y el lavado de dinero que le roban a la sociedad, como también para decir a las naciones la importancia de defender la justicia y el bien común sobre los intereses de las empresas y multinacionales más poderosas", apuntó. En su discurso también precisó que los resultados del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, firmado en 2015, han evidenciado "la poca capacidad de la comunidad internacional para cumplir sus promesas". Por ello, reiteró en su deseo de evitar "toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias". El Papa también destacó la peligrosa situación en la Amazonia y sus poblaciones indígenas, y recordó que la crisis ambiental está "indisolublemente ligada" a una crisis social. De igual manera, hizo hincapié en las devastadoras consecuencias de la crisis del covid-19 en "los niños, comprendiendo los menores migrantes y refugiados no acompañados", y lamentó que la violencia contra los niños, incluido "el horrible flagelo" del abuso infantil y de la pornografía, hayan aumentado. Luego denunció que la familia es víctima de colonialismos ideológicos en muchas partes del mundo. Y después: "Es triste ver cuán simple y conveniente se ha vuelto, para algunos, negar la existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos tanto para la madre como para el niño no nacido". Por otro lado, reivindicó la contribución única de la mujer en todos los niveles, pero lamentó que muchas "quedan rezagadas" como víctimas de la esclavitud, la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes. "A ellas y a aquellas que viven separadas de sus familias, les expreso mi fraternal cercanía, a la vez que reitero una mayor decisión y compromiso en la lucha contra estas prácticas perversas que denigran no sólo a las mujeres sino a toda la humanidad, que con su silencio y no actuación efectiva se hace cómplice". Ante la Asamblea de la ONU, el máximo jerarca de la Iglesia católica arremetió contra "la carrera armamentista" que incluye las armas nucleares y continúa "desperdiciando recursos preciosos" que sería mejor utilizar en beneficio del desarrollo integral de los pueblos y para proteger el medio ambiente natural. En otro momento del discurso, el Papa denunció la sociedad donde rige "el descarte", en la que no se respeta la dignidad humana y hay "un deseo de poder y de control absolutos". Subrayó: "Digámoslo por su nombre: esto también es un atentado contra la humanidad". De igual manera, defendió el "fortalecimiento del multilateralismo" frente a las actitudes de "autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando fuera a los más pobres, los más vulnerables, los habitantes de las periferias existenciales". Los dos Pactos Mundiales sobre Refugiados y para la Migración son un camino para salir de la crisis, dijo, si bien denunció que "carecen del apoyo político necesario para tener éxito". Así, el multilateralismo fracasa porque los Estados individuales "eluden sus responsabilidades y compromisos", recalcó, e instó a la ONU a convertirse en un taller de paz "cada vez más eficaz". Para lograrlo –precisó-- se requiere que los miembros del Consejo de Seguridad, especialmente los Permanentes, actúen con mayor "unidad y determinación". En este sentido, aprobó la reciente adopción del alto al fuego global durante la presente crisis, que definió como "una medida muy noble, que exige la buena voluntad de todos para su implementación continuada". Asimismo, reiteró la importancia de "disminuir las sanciones internacionales que dificultan que los Estados brinden el apoyo adecuado a sus poblaciones". Para el Papa Francisco, la erosión del multilateralismo resulta todavía más grave "a la luz de nuevas formas de tecnología militar, como son los sistemas letales de armas autónomas (LAWS), que están alterando irreversiblemente la naturaleza de la guerra, separándola aún más de la acción humana".

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