Aguilar Camín tergiversa el caso Acteal, acusa el Frayba

martes, 4 de diciembre de 2007 · 01:00
* El escritor sólo busca exculpar de responsabilidad a implicados, denuncia Tuxtla Gutiérrez, Chis , 3 de diciembre (apro)- El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) acusó hoy a Héctor Aguilar Camín de "tergiversar" la historia de la matanza de Acteal ocurrida el 22 de diciembre de 1997 Reprobó que el historiador difunda que se trató de un "conflicto intercomunitario" derivado de un enfrentamiento entre nueve indígenas priistas con una columna de zapatistas El Frayba recordó que, después de leer las dos entregas del historiador en la revista Nexos (358 y 359), decidió responder a los "graves y burdas distorsiones" sobre la matanza, que sólo buscan exculpar de responsabilidad a funcionarios estatales y federales que, por omisión o comisión, fueron cómplices de la barbarie cometida contra el grupo civil Las Abejas La ONG aclaró que no había participado de ese debate, sin embargo, al ubicársele como fuente de información en los controvertidos textos, decidió manifestar su postura "A la luz de estos debates entendemos que su escrito tiene un sesgo interpretativo que responde a un concierto de intereses que pretenden desvirtuar los hechos y la naturaleza misma del conflicto armado en Chiapas" A casi una década de la matanza de 45 indígenas tzotziles, señaló que ese sesgo "parte de imprecisiones y omisiones que se vuelven serias a la hora de querer dimensionar lo que ocurrió y lo que provocó la masacre de Acteal" El Centro consideró que Aguilar Camín, en su libro de próxima aparición y del que adelantó los dos primeros capítulos, "presupone un terrible enfoque discriminatorio hacia los indígenas y, al igual que la Procuraduría General de la República, pretende mostrarlos como bárbaros en la forma en que dirimen sus conflictos; la segunda implicación es que induce a pensar que el Estado, impotente, se encontraba en el medio" En el primer capítulo, observó el Frayba, se sostiene la idea de que dada la violencia zapatista y las presuntas "manos atadas" de las fuerzas de seguridad, diversos grupos se armaron de "manera espontánea" y como una forma de autodefensa En la carta firmada por la directora del Centro, Blanca I Martínez Bustos, se destaca que múltiples testimonios de las víctimas han señalado la vinculación estrecha entre esos grupos armados y la policía: "Vinculación que por cierto no era sólo de complicidad sino de subordinación" Martínez Bustos recuerda que, en la revista Proceso del 3 de enero de 1998, bajo el título "Plan del Ejército en Chiapas, desde 1994: crear bandas paramilitares, desplazar a la población, destruir las bases de apoyo del EZLN", se hizo pública la existencia de un plan elaborado por la Defensa Nacional (Sedena) El plan diseñado en octubre de 1994 por la Secretaría de la Defensa Nacional preveía que los servicios de Inteligencia militar debían organizar secretamente a ciertos sectores de la población civil; entre otros a ganaderos, pequeños propietarios e individuos caracterizados con un "alto sentido patriótico, quienes serán empleados en apoyo de nuestras operaciones" Quitarle "el agua al pez" "Por testimonios de decenas de comunidades desplazadas, se sabe que grupos (de paramilitares) compartieron la relación con la policía, ambos fueron entrenados por militares en retiro o en vacaciones; ambos desplazaron a sus opositores, incendiaron poblados enteros, imponían tareas y cuotas a la población, encarcelaban, desaparecían y asesinaban ante los ojos complacientes de las Fuerzas Armadas", apuntó el Frayba Señaló que a los paramilitares se les encomendó "quitarle el agua al pez", es decir, atacar a la población civil para aislar a los rebeldes, de acuerdo con la doctrina contrainsurgente que se describe en el Plan de Campaña Chiapas 94 En todos los casos, los ataques se cometían en contra de población civil, indefensa, aquella que no estaba afiliada al Revolucionario Institucional Pese a ello, el Centro recibió denuncias de algunos priistas que rechazaron la política paramilitar y corrieron la misma suerte que sus opositores "No, señor Aguilar Camín, la más terrible historia no es la de cómo se ?mataron entre ellos?, sino la de un régimen capaz de trazar una política deliberada de ataques sistemáticos contra la población civil, es decir, crímenes de lesa humanidad, un régimen que hasta la fecha se mantiene cómplice de esos crímenes En el fondo la más terrible historia es la de cómo los mexicanos permiten un régimen político asesino" El Frayba recordó que, desde el mediodía de la matanza, el padre Gonzalo Ituarte, vicario de paz y justicia de la diócesis, enterado de los disparos habló a las oficinas del gobernador priista Julio César Ruiz Ferro, quien se encontraba en reunión, para avisar de los hechos Y ese mismo día la antena de comunicación de la Cruz Roja en la región extrañamente se descompuso El ataque duró, de acuerdo con los testimonios de sobrevivientes y testigos, unas siete horas, "sin embargo, el gobierno no actuó para impedir o detener la masacre Ese era su papel: no actuar, dejar que pasara" Sobre los detenidos en el penal de El Amate por la matanza, el Frayba destacó hoy que la defensa de los presos, Eric Hugo Flores, denunció "inconsistencias" en el expediente: "Que los atacantes en realidad eran nueve y no 80, que los casquillos no concuerdan con las armas incautadas, que en 45 metros no caben 300 personas, que la ermita no presenta disparos, que los detenidos no dieron positivo en la prueba de radizonato, que se violaron su derechos procesales" El Frayba señaló que los detenidos fueron identificados el 25 de diciembre, tres días después de los hechos: "Evidentemente no presentaban ya restos de pólvora en las manos El día de los hechos los atacantes convenientemente se retiraron, luego de la tardía llegada del subsecretario de Gobierno Uriel Jarquín, cuya primera acción fue modificar la escena del crimen "Las armas que produjeron los casquillos encontrados --y que forman parte de las pruebas en el expediente-- siguen a la fecha guardadas en algún lugar de Los Altos; además, no todos los atacantes portaban armas de fuego, algunos llevaban machetes" Abundó en que los primeros balazos se concentraron en la ermita y aun a la fecha se pueden ver los orificios de las balas en sus paredes de madera "Los que se encontraban dentro de ella, en su mayoría mujeres y niños, algo que no se puede olvidar, salieron corriendo tratando de proteger su vida Por eso los cuerpos quedaron dispersos en diversas partes del campamento, no sólo en la ermita ni en la grieta de 45 metros en la que los depositaron los paramilitares" El Frayba abundó: "Da la impresión, señor Aguilar Camín, que de acuerdo con usted la verdad se definiría como la media entre dos versiones encontradas" La ONG incluso se adelanta a la próxima entrega del historiador quintanarroense: "Eric Hugo Flores, en quien basará usted su tercera parte y quien tiene evidentes vinculaciones a los hoy procesados, pretende relevar el testimonio de uno de los responsables materiales, hoy encarcelados: Lorenzo Pérez Vázquez, por encima de lo que dicen los sobrevivientes y testigos, al afirmar que no eran más de 80 los atacantes, sino nueve, y que no fue una masacre sino un enfrentamiento con una columna zapatista" Reviró el Frayba: "Lo cierto es que no existe evidencia que sustente esa versión, de ello son prueba los testimonios de los sobrevivientes y los muertos que puso la población civil, en particular Las Abejas" La misiva revela en que "por todo lo anterior, afirmamos que la versión de un enfrentamiento es totalmente inverosímil Además del testimonio de Lorenzo Pérez Vázquez en el expediente, se ha corrido en la región una versión parecida: que la razón de la masacre y su duración respondieron a una provocación para que los zapatistas repelieran el ataque, respuesta que finalmente no llegó al cabo de esas siete horas Esta versión y la de Lorenzo Pérez quedarán en el cajón de las especulaciones improbables" Para el organismo fundado por el obispo emérito Samuel Ruiz García, la verdad histórica de la masacre de Acteal aún está por escribirse: "La verdad jurídica está aún muy lejos de procurar justicia y extiende peligrosamente la posibilidad de que los hechos se vuelvan a repetir No hay justicia para los muertos y sobrevivientes de Acteal, y esto es una afrenta a la conciencia de la humanidad" La extensa misiva remata así: "El oficio de la pluma tiene implicaciones éticas frente a la injusticia y la desigualdad Si en algo se pretende aportar a la justicia no es tergiversando la historia contada por las víctimas, sino revisando la pésima actuación del sistema de justicia, parcial y politizado, que hacen que este país se mantenga en la sombra de la arbitrariedad y el autoritarismo"

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