Pese a su crecimiento y consolidación en los últimos años, o quizá gracias a ello, el boxeo femenil en México adolece de abusos por parte de empresarios y promotores acostumbrados a pagar bolsas ínfimas comparadas con las que ganan los varones. Aunque el Consejo Mundial de Boxeo ya se manifestó en cuanto a los salarios que en justicia deben merecer las peleadoras, nadie hace caso y se les paga una bicoca. En este asunto es clave el papel de las televisoras, pues a diferencia de lo que ocurre en el boxeo masculino, las pugilistas no perciben ninguna cantidad por concepto de derechos de transmisión de sus combates.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En los últimos seis años el boxeo femenil en México creció de manera exponencial: 53 peleadoras figuran en el ranking de 12 de las 16 divisiones en las que el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) las clasificó hace casi una década. Dos son campeonas mundiales.
Las peleas de mujeres ahora son estelares en las funciones. El público abarrota las arenas para ver sus combates y cada semana a través de la televisión abierta se transmiten enfrentamientos atractivos, algunos de mayor calidad que los de los hombres.
Los mismos promotores antaño renuentes a contratar mujeres para un deporte al que consideraban exclusivo de varones, descubrieron que el boxeo femenil sí es negocio. Aun así se niegan a pagar salarios equitativos. Ni siquiera lo hacen en las peleas por títulos mundiales para las cuales el CMB fijó bolsas mínimas de entre 15 mil y 35 mil dólares, según la categoría.
Mariana La Barbie Juárez ha sido boxeadora profesional desde hace 15 años. Junto con Ana María Torres y Jackie Nava, forma parte de la élite del boxeo femenil en México. Hasta ahora su mejor bolsa ha sido de 800 mil pesos. Los ganó en octubre de 2012 cuando enfrentó a la estadunidense Ava Knight por el título Diamante del CMB.
Esta cifra parece cuantiosa al comparársele con los 20 mil pesos que algunas boxeadoras siguen cobrando por pelea. Sin embargo, el promotor de aquella función se embolsó 2 millones de pesos.
“Pude haber cobrado una bolsa justa, pero no se me pagó porque mi promotor se quedó con el dinero. Muchas veces no decimos esto. No te puedo comentar quién fue porque salgo perdiendo. Supuestamente él ganaría 20% de mi percepción, pero luego comprobé todo lo que se llevó. Por eso lo dejé. En ocasiones nos llevan a pelear por cierta cantidad y aunque quede por escrito nos pagan lo que quieren. Reducen el sueldo y nosotras estamos desprotegidas”, acusa la peleadora de 33 años.
La campeona supermosca en receso, Esmeralda Moreno, cobró 100 mil por la última defensa de su título ante Maricela Quintero. Se los pagó la empresa Canelo Promotions organizadora de la pelea en copromoción con Boxeo de Gala. Esta promotora con la que trabaja casi siempre le paga unos 60 mil pesos. Esta suma se desvanece después de darle al manager 30%, 10% al promotor y de pagar impuestos.
“Antes decía que aunque me pagaran cinco pesos me subiría a boxear porque me encanta este deporte. Ahora tengo una familia –en junio se convirtió en madre– y ya no puedo darme ese lujo. Debo pelear por un mejor sueldo. Aunque se oye mal las mujeres terminamos aceptando las ofertas de los promotores porque no hay más. Si no aprovechas hay otra que sí acepta por cualquier sueldo. Nuestro trabajo es garantía de calidad y no hemos exigido que se nos pague lo justo”, lamenta.
Irma La Güerita Sánchez es la actual campeona gallo por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). El sueño de cobrar el millón de pesos que ganaría un hombre con ese estatus es sólo eso. Si bien le va se embolsa 70 mil pesos.
“Cuando me coroné me pagaron 30 mil pesos. En mi última pelea gané 70 mil y eso porque le gané a (Janeth) La Cuisilla Pérez, peleadora invicta de Canelo Promotions. Para una pelea hago una preparación de dos meses y gasto 40 mil pesos. En lugar de ganar termino pagando por boxear. Esto es un negocio y todos ganan menos el boxeador. El promotor me dice cuánto me va a dar. Si me conviene acepto y si no también, porque no me queda de otra.”
La peleadora de 32 años y tres en el boxeo de paga espera que el CMB le dé oportunidad de disputar el título de su división ante la australiana Susie Ramadan. Tiene la esperanza de negociar su contrato directamente con Reginaldo y Oswaldo Kuchle, dueños de Promociones del Pueblo, para obtener un sueldo más decoroso.
“Hace falta que todas nos juntemos para ir a hablar con José Sulaimán (presidente del CMB) y nos diga cuáles son los pagos mínimos por las peleas de campeonato”, sugiere Zulina Muñoz, campeona mundial supermosca por ese organismo.
“Sé que ya lo dijo, pero debemos comentarle que no están cumpliendo. Aunque si nos quejamos quizá los promotores se enojen y afecten nuestras carreras. Yo no estoy mal pagada. Soy la cuarta peleadora mejor pagada después de Mariana, Ana María y Jackie. En Canelo Promotions me han tratado bien. Antes estaba en Boxeo de Gala, pero me cambié porque ya no me convenía. Las mujeres buscamos obtener mejores condiciones”, expone.
Abusos
La otra campeona mundial mexicana Ibeth Zamora se quedó esperando los dólares que el CMB estipuló como pago por su título en la categoría minimosca. “Yo no he cobrado eso, pero mi manejador Gabriel Cordero ya está buscando mejores sueldos. Lo justo es que mínimo me paguen 500 mil pesos. Hasta subí de división para tener el campeonato y debería ganar más por eso”, apunta.
El pasado 3 de marzo, Zamora, indígena oriunda de San Cristóbal Huichochitlán, una comunidad otomí en el Estado de México, viajó a Japón donde derrotó por decisión dividida a Naoko Shibata.
“Fui a pelear prácticamente gratis. Fijaron un sueldo y no me dieron ni la mitad. Acepté la pelea porque sabía que podía ganar y se me abrirían las puertas. Fui campeona de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo) en Panamá (en 2009) y me pagaron muchísimo mejor las defensas que hice. Soy la primera mexicana en ganar dos títulos fuera de México”, enfatiza.
La pugilista no reveló el monto de su bolsa. “No quiero comprarme problemas con el promotor”. Tampoco mencionó el nombre de quien la timó, pero todos saben que el empresario fue Fausto García, de Boxeo de Gala. Ahora es una peleadora más de Canelo Promotions.
“Ellos han sido respetuosos y me están dando proyección. Hasta hace poco los medios de comunicación me ignoraban, aunque ya sabían de mí. Después de ganar un título del CMB ya me toman en cuenta. Me hacían a un lado porque no me dejo manejar al antojo de los promotores. Cuando no se me hace justo el pago, no peleo.
Por su parte, Esmeralda Moreno explica que algunos de los argumentos esgrimidos por los promotores para no pagar lo justo es que en el boxeo femenil los rounds duran dos minutos y no tres como en los combates de hombres. Además, las peleas de eliminatoria o de título mundial son a 10 asaltos y no a 12.
“Los empresarios arguyen que las mujeres no llevamos a las arenas la misma cantidad de gente que los hombres y no generamos un buen ingreso para la taquilla. También dicen que no tenemos patrocinios. Son sólo pretextos, pues los promotores se malacostumbraron a pagarnos poquito. Es necesario quitarles eso de la cabeza porque trabajamos al parejo de los hombres. Estamos dando buen espectáculo y hemos demostrado que la gente sí va a ver las peleas de mujeres, a veces más que las de muchos hombres”, expone Mariana.
Zulina Muñoz dice que en unas 15 ocasiones sus peleas han sido estelares en las funciones, y todas se han transmitido por televisión abierta. “Las televisoras ya piden de cajón una pelea de mujeres. Antes los propios promotores decían que las chavas nos fuéramos a lavar trastes, pero ahora la gente pide boxeo femenil. Ya se dieron cuenta que sí les dejamos dinero porque hay rating en la televisión y las arenas se llenan. Si no los beneficiáramos no me explico por qué nos ponen a la cabeza de las carteleras”, comenta.
El titular del CMB expone: “Me voy a meter de lleno a este tema. Una campeona mundial lleva gente a la arena. Las peleas de mujeres ya no son rellenos como antes. A los aficionados les gusta el boxeo femenil. El box de mujeres es un éxito, ¿cuándo se iban a imaginar, nadie, nunca, que una pelea de mujeres sería estelar? El boxeo femenil es una realidad”.
El éxito de una boxeadora profesional depende de dos factores: una promotora interesada en apoyar su carrera y apariciones en la televisión. La Güerita Sánchez ha sido policía federal durante casi 12 años. En la actualidad está adscrita a la Subsecretaría de Fomento Deportivo de la Comisión Nacional de Seguridad encabezada por Manuel Mondragón y Kalb. No se supo nada de ella como boxeadora hasta que se coronó campeona mundial por la AMB. Era una desconocida. Todos se preguntaban de dónde había salido.
Ser campeona absoluta de los pesos mosca le tomó a Zulina Muñoz ocho años como profesional y 45 peleas. Hoy su marca es de 50 triunfos (37 por nocaut), un empate y una derrota contra la alemana Alessia Graf. “Yo sentí que le gané pero los jueces vieron lo contrario. Peleé en Alemania y la verdad me robaron el triunfo. Las cosas malas del boxeo de hombres sí las heredan las mujeres, pero las buenas, como las bolsas, no”, se queja la deportista de 26 años.
Glamur
El éxito de algunas boxeadoras depende de qué tanto estén dispuestas a mostrar su cuerpo, afirma Esmeralda Moreno:
“Por ejemplo, Mariana tiene mucha proyección pero para mi gusto es equivocado porque somos deportistas no modelos, actrices, conductoras o edecanes. La proyección de Paola Espinosa es de atleta, no sale en telenovelas ni anda enseñando. Se le reconoce por atleta, no por bonita. Televisa agarra a Mariana, la infla y terminas viéndola noqueada, entonces no era tan buena. Irma más tarda en perder un campeonato que su promotor en conseguirle otra pelea de título y otra vez a ser campeona. A mí no me gusta ir a conferencias de prensa y enseñar de más, salir en revistas (para caballeros). Que es necesario para que la gente te conozca y salgas en la tele, pues sí, pero no es lo que yo busco.”
–¿Te han propuesto enseñar más?
–Sí, como el consejo del promotor: ‘¿Por qué no te pones algo más pequeño para el pesaje?’. Desde el principio me negué a manejar esa imagen. Quiero que la gente me vea por mi calidad. Enseñar sí abre puertas. No sé qué tan bueno sea que la afición vaya a una arena a verte los calzones o las piernas. Claro que eso despierta el morbo. Hay muchos conocedores que van por la calidad de las boxeadoras, pero otros van a ver a la que salió en la revista o en la tele.
Mariana reconoce que su imagen de mujer coqueta le ha traído beneficios; sin embargo, aclara que no ha caído en la vulgaridad ni le ha hecho daño a nadie. También dice que sólo le rinde cuentas a Dios porque es cristiana. Invertir en ropa bonita, aparecer en público maquillada y peinada para demostrar que las boxeadoras no son grotescas ni tienen facciones varoniles dio pie a que le apodaran La Barbie. También le abrió la posibilidad de ser comentarista de Televisa y que revista Playboy le diera un contrato para ser una de sus conejitas.
En 2002 se marchó a California. Ahí siguió boxeando algunos años y decidió retirarse para ser mamá. Del boxeo ya no esperaba nada. A mediados de 2008, cuando su hija tenía unos ocho meses, se separó de su pareja. Le tocó criar sola a la niña. No tenía ni para los pañales. Volvió a pelear. Su primer combate fue por el campeonato nacional. Cobró 19 mil pesos y eso porque le rogó al promotor que le diera más de los 12 mil ofrecidos.
“Eso pasó hace cuatro años y eso que ya traía un muy buen cartel de respaldo. Sabía boxear, no estar de mesera o detrás de un mostrador. Me había salido de la escuela. Mi hija aprendió a caminar en el gimnasio porque me la tenía que llevar. Yo viví esos momentos de cobrar casi nada, cuando la gente me decía: ‘Marianita debes ahorrar’. Me daba un coraje. ¡Qué voy a ahorrar si no me daba ni para vivir! Ahora ya tengo patrocinios, mi sueldo es intacto y ya sólo le pago al mánager.
“Debe decírsele a don José que el sueldo mínimo hay que multiplicarlo. Gracias a mi trabajo tengo a Telmex como patrocinador y me da una beca desde hace cinco años, cuando no tenía ni para pasajes. Herbalife me apoya, ADX me da mi atuendo, el Metro de la Ciudad de México, pero jamás he cobrado dinero porque mis peleas salen en la televisión.”
En el ranking mundial del CMB hay 360 peleadoras de 60 países. Las 53 mexicanas representan 14.7% del total de esas pugilistas. Hace apenas seis años eran 243 peleadoras de 47 países, de las cuales sólo nueve eran mexicanas, es decir, 3.7% (Proceso 1580).
La lista de la boxeadoras mexicanas clasificadas en 12 de las 16 divisiones desde peso pesado hasta átomo es la siguiente: peso pesado, Berenice Cubillas (3); mediano, Denise Castro (9); súper welter, Carmen García (11); súper ligero, Silvia Jiménez (19); ligero, Cynthia Muñoz (16) y Silvia Jiménez (18); pluma, Marisol Reyes (34); súper gallo, Magali Rodríguez (14), Laura Serrano (18), María Elena Villalobos (20) y Rocío Castillo (30).
En peso gallo, Irma García (1 y campeona de la Asociación Mundial de Boxeo), Yazmín Rivas (2 y campeona de la Federación Internacional de Boxeo), Janeth Pérez (4) y Jessica Villafranca (22); supermosca, Zulina Muñoz (campeona mundial), Mariana Juárez (2), Dorely Valente (8), Judith Rodríguez (13), Kenia Enríquez (20), Guadalupe Martínez (21), Vanessa Santiago (28) e Isabel Millán (30).
En mosca, Arely Muciño (3), Yessina Gómez (7), Joselyn Arroyo (9), Maricela Quintero (10), Arely Valente (12), Susana Vázquez (20), Diana González, Kareli López (27) y Perla Hernández (31). Minimosca, Ibeth Zamora (campeona), Esmeralda Moreno (campeona en receso), Jessica Chávez (1 y campeona plata), Jessica Nery (2 y campeona juvenil), Irma Sánchez (5), Anabel Ortíz (9), Tania Cosme (12), Maribel Ramírez (20) y Suri Tapia (22).
Peso paja, Katia Gutiérrez (2 y campeona mundial de la Federación Internacional de Boxeo), Anahí Torres (4 y campeona juvenil), Victoria Argueta (7 y campeona plata), Jasseth Noriega (9), Nancy Franco (12), Mayela Pérez (14) y Yesenia Martínez (18), y en peso átomo, Ivonne Rosas (1 y campeona plata), Nora Cardoza (6), Ana Arrazola (7), Sol Treviño (17) y María del Refugio Jiménez (19).