'Cuba es el país de las oportunidad porque hay todo por hacer”, afirma economista

viernes, 18 de marzo de 2016 · 14:40
La Habana, Cuba (apro).- Los clientes entran y salen del garaje donde Alejandro Vereda instaló su negocio de servicios informáticos. El habanero de 27 años de edad forma parte del grupo de aproximadamente 500 mil “cuentapropistas” que surgieron en la isla después de que el Partido Comunista Cubano (PCC) anunció en su congreso de 2011 las medidas de modernización de la economía. Llamado “GaraGDigital”, el negocio de Vereda ofrece servicios de impresión y escaneo de todo tipo de documentos, así como de reparación informática, pero una parte central de su establecimiento consiste en la venta de películas y series estadunidenses “piratas” que fueron descargadas de Internet fuera del país. “Las series y videos los compramos en grandes cantidades a personas de afuera, quienes hacen los paquetes. Aquí en Cuba los centros de Internet son demasiado lentos para descargar”, explica en entrevista con Apro. El joven convierte los videos en el formato deseado y los pone en la memoria de los USV que le llevan sus clientes, además de que maneja a la perfección las versiones piratas de software estadunidenses. Prácticamente todo el material del que dispone –dos computadoras fijas, una laptop, un escáner y una impresora, así como un sinnúmero de cables multi conectadores USB-- proviene de afuera. “Hay una tienda de computadora estatal, pero los precios son exorbitantes”, dice. Y subraya que debe resolver los problemas “por la izquierda”. Explica: El material viene de “los muchos socios que tengo afuera”, el papel para imprimir lo compra a veces en tiendas de rebaja, y otras veces a estudiantes que terminaron su tesis y les sobró papel. De acuerdo con Alejandro, lleva apenas seis meses “dirigiendo” este negocio y ya abrió otro. “No me quejo, me está yendo bien”, afirma. Problemas de suministro Desde hace cuatro años Roberto Caballero opera un pequeño estudio de fotografía y reparación de material informático en la calle 19. El local cuenta con todo el equipamiento necesario: dos computadoras, una cámara, una impresora y papel fotográfico, entre otros. Todo viene del extranjero. Pero, además de atender esa oficina, Caballero trabaja como taxista particular. Antes del congreso de 2011 “había muchos negocios estatales que ofrecían el mismo servicio, pero muchos de ellos han quebrado porque les falta material o se rompieron las máquinas”, dice. Y admite: “Muchas personas, incluso nosotros, lo hacían sin permiso”. Caballero no le dio importancia a las medidas de liberación de las exportaciones de software que decidió la administración de Barack Obama. Sus computadoras corren con una versión pirata de Windows y tiene programas de edición fotográfica estadunidenses desde mucho antes que el gobierno de Estados Unidos permitiera su exportación a la isla. “Siempre hemos tenido los programas sin que nos los faciliten; tengo todo el sistema operativo para trabajar y lo obtuve como se hace en todo el mundo: pirateando”. Por ahora el principal reclamo de los “cuentapropistas” es que el gobierno cubano les autorice comprar sus insumos en mercados de mayoreo para surtir sus negocios. Según Caballero, para reparar el material informático recurre todos los días al “ingenio cubano”. Por ejemplo, el pasado miércoles un cliente llegó a su negocio para ver el avance de la reparación de unas bocinas. Caballero le dijo que el problema venía del cable de alimentación y que para arreglarlo debía cortarlo a la mitad, verificar cuál mitad funcionaba y reponerla. “Si no funciona, no te puedo ayudar, no tengo cable”, le dijo al cliente. “El problema no es tanto traer las piezas sino el costo de la importación”, destaca el cuentapropista. Nueva generación En entrevista con Apro, el economista Ervenery Pérez Villanueva asevera que la nueva generación en Cuba presiona para profundizar los cambios en la estructura económica del país. “El niño que nació a partir del 1985 piensa que la salud y la educación garantizadas y gratuitas son una cosa normal, porque no ha visto el cambio. Lo único que ha visto su generación es escasez; es una generación mundial, apolítica. Los jóvenes piensan en la tableta, el celular; no leen la prensa, no ven los noticieros, pero saben mucho de artistas, software, es otro el interés. A estas personas les tienes que demostrar que el mundo es diferente, porque ahora una de sus opciones de vida es migrar”. Abundó: “Tienes que ofrecerles la oportunidad de vivir. Ahora Cuba es el país de las oportunidad porque hay todo por hacer”. El economista explica que muchos de los negocios que florecieron en Cuba, en particular en La Habana, nacieron con dólares de las remesas provenientes de los familiares que migraron a Estados Unidos. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el monto de las remesas que recibió la isla el año pasado se elevó a mil 800 millones de dólares. Sin embargo, a diferencia del fenómeno de las remesas en el resto de América Latina, donde el dinero sirve para la subsistencia de las familias, en Cuba “se mezclaron con el capital de trabajo”, afirma Pérez Villanueva. Concluye: “El salario es tan bajo en Cuba que ¿de dónde pueden sacar el dinero para abrir estos negocios? De Estados Unidos –responde–, y eso es importante porque las remesas no se utilizan para subsistir sino como una forma de inversión familiar”.

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