Desaprovechada, la 'tridilosa” de Heberto Castillo

viernes, 6 de octubre de 2017 · 10:19
Invención surgida de varios factores interrelacionados: el conocimiento de la ciencia, la preparación filosófica, la conciencia social y el compromiso político, la tridilosa de Heberto Castillo –colaborador de Proceso desde su fundación– es reconocida internacionalmente, pero no se aplica en la vida cotidiana de México. Dos de los hijos del ingeniero, Heberto y Javier, ambos arquitectos (como su hermana Laura Itzel), explican el funcionamiento de esta eficaz y accesible estructura solvente para la construcción en zonas sísmicas. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El ingeniero, político y luchador social veracruzano Heberto Castillo Martínez (1928-1997) creó y apostó en la década de los sesenta por la tridilosa, estructura económica, eficiente y de resistencia comprobada en casos de sismos. Ha pasado medio siglo de su invención, 20 años del deceso de su creador –colaborador desde el inicio de Proceso–, 32 del sismo de 1985 y unos días de los movimientos que cimbraron al país los días 7 y 19 de septiembre. Por extraño que parezca, ni el gobierno ni empresa alguna aprobaron el ingenio de Castillo en su momento: “Va en contra de los intereses financieros”, le dijeron sobre la tridilosa. El sistema estructural de entrepiso tridimensional combina acero y concreto, y su versatilidad lo hacen factible para construcciones de casas, edificios, puentes peatonales y vehiculares, domos, naves industriales, y hasta astilleros flotantes. Incluso en Londres, Reino Unido, durante una conferencia en 1966, lo hicieron a un lado: “Esto no entra aquí pero ni de broma porque viola todas las normas y todos los intereses, todos”, le dijeron. El American Concrete Institute realizó en su momento un estudio al respecto, y calificó a la tridilosa como estructura lo suficientemente ligera pero resistente contra sismos que ahorra cerca del 66% en hormigón y hasta un 40% en acero. Si bien a la fecha se ha utilizado en algunas importantes edificaciones en la República mexicana –como el Hotel Misión de Morelia o Plaza Tabasco 2000 en Villahermosa–, en la Ciudad de México, zona de certeza sísmica más que de “riesgo sísmico”, fuera del World Trade Center, Plaza Cuauhtémoc, Centro Médico Siglo XXI y la Torre Chapultepec se ha reducido a algunos puentes peatonales. Explicó Castillo en 1992 para la revista Ciencias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): “Gilberto Borja (fundador de la constructora ICA), quien fue mi compañero desde la prepa, me decía: ‘mira Heberto, la idea es muy buena, pero no nos conviene’. El argumento era: ‘haces un puente que tiene la tercera parte de fierro, la séptima de concreto, está bien, lo abaratas mucho, pero como constructor no me conviene. Si me dan un puente con mucho concreto, mucho acero aunque esté en el fin del mundo, voy. Si me dan un puentecito de éstos no voy’. Ese era el argumento.” Dijo entonces: “Es un problema muy complejo, al que no veo solución. Hay puentes que tienen veinticinco años y ahí están; al edificio del Hotel de México (hoy World Trade Center), le han pegado todos los temblores desde 1966 y ahí está, la estructura está intacta, perfecta.” De acuerdo a versiones de los medios de comunicación, Castillo vendió la patente, que data de 1966, a Venezuela. Sus hijos Heberto y Javier Castillo Juárez, ambos arquitectos –y éste último presidente de la Fundación Heberto Castillo Martínez A. C.–, comentaron por separado a Proceso que dicha patente jamás se vendió. Por el contrario, aseguran, el expresidente Luis Echeverría Álvarez se la quitó a Castillo, y ahora es de dominio popular. La trascendencia Al día de hoy, cuando el Gobierno de la Ciudad de México acaba de dar a conocer un plan de acción con la delegación Álvaro Obregón y la Universidad Anáhuac para reconstruir el patrimonio perdido de personas de escasos recursos: ¿Cuál es la importancia de la tridilosa? ¿Qué medidas adoptar (autoridades y constructoras) en CDMX en la construcción de edificaciones? ¿Qué responsabilidad tienen los ciudadanos para verificar que lo que les venden en su interior sea lo que compran? Heberto hijo, profesor en la Facultad de Arquitectura de la Máxima Casa de Estudios, exdelegado de Coyoacán por el Partido de la Revolución Democrática, y DRO (Director Responsable de Obras), explicó: “Hay que partir de que si una estructura está bien hecha y se utiliza material de excelente calidad, es más segura. Todas tienen ventajas y desventajas, lo que sucede con la tridilosa es que tiene más ventajas, así de simple. En un sismo todos los edificios se mueven, y lejos de la columna y trabe que coloca toda la fuerza en un punto, con la tridilosa se disipa la energía en tres puntos en lugar de absorberla, es ligera pero rígida, como una membrana que se mueve uniforme. “Su importancia radica en que es una tecnología mexicana reconocida a nivel internacional que no compite con ninguna otra, que es nuestra, que la tenemos aquí y la podemos ocupar.” Sobre las medidas a adoptar, explicó el arquitecto –cuya casa-estudio en la Plaza de la Conchita en Coyoacán está levaantaada con tridilosa– que será un proceso largo, sobre todo porque se tiene que legislar y dar facilidad a quienes perdieron sus viviendas: “Pero no sólo es dar el dinero, hay que ver que se utilice de la mejor manera, de lo contrario poco servirá, se tiene que aprender de los errores.” Y repregunta: ¿La responsabilidad de los ciudadanos? “En la medida en que se exija también se puede obtener, diría que quienes quieren comprar no deben confiarse a los planos de las constructoras, soliciten certificado de uso de suelo y cotéjenlo con las ‘cartas delegacionales’, y un arquitecto puede revisar y ver que coincidan. Si no coinciden, busquen otra cosa.” Javier Castillo, quien explicó que a título personal ha estado realizando revisiones en edificaciones de la ciudad a raíz del pasado sismo, ha visto con tristeza estructuras de edificaciones que requieren demolición a pesar de no tener ni 10 años de existencia. Y por el contrario, al revisar la semana pasada el ahora Centro Cultural Telmex basado en la tridilosa, donde existieron los llamados Televiteatros, se encuentra en perfectas condiciones. También comentó sobre un proyecto que no ha tenido salida: “Trabajé durante diez años en un manual de los principios de la tridilosa que finalmente terminé y nadie ha querido publicar… dan largas. Por otra parte, el trabajo de mi padre, todos sus escritos, están ahí en la Fundación sin mayor proyección. No ha sido fácil dársela.” En su momento, el ingeniero Heberto Castillo, ingeniero civil por la Escuela de Ingenieros de la UNAM (donde luego fue profesor de 1947 a 1968), denominó la confluencia de los tres ángulos como “Principio Lenin”, debido a la repartición de las fuerzas (Proceso, 515). Para la citada revista de la UNAM llegó a decir en 1992: “¿Cómo es posible que en veinticinco años no se conozca, no se estudie? ¿Cómo es posible? No es una idea que quedó archivada, en México hay como 200 o 250 puentes con esa estructura.” Acorde al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a manera de “anécdota científica”, publicó en su página oficial que ante la incredulidad de  colaboradores de Castillo sobre su tridilosa y para demostrar su resistencia, en una ocasión mandó colocar un camión de 50 toneladas sobre el techo del Banco Agrícola Ganadero de Toluca (construido con ese material). Quienes presenciaron la hazaña le dieron la razón. Castillo Martínez también ideó “La matriz gramatical” que fue el tema de su tesis profesional, en 1959 desarrolló una teoría a la cual llamó “De variantes estructurales”, y asimismo fue autor del volumen Nueva teoría de las estructuras, un solo teorema fundamental (1966), entre otras publicaciones. Fundador del extinto Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) –antecesor del actual PRD–, el pasado 20 de mayo, a 20 años de su deceso –acontecido en realidad un 5 de abril–, se le rindió el homenaje “Heberto Castillo Martínez: Ingeniero, político, artista” en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM. Ahí se dieron cita el exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, y Cuauhtémoc Cárdenas, cofundador del PRD. El primero lo recordó como “un universitario ejemplar, un hombre polifacético y valiente como político, científico y artista”, quien a pesar de haber sido encarcelado en Lecumberri por su participación en el movimiento estudiantil de 1968 no pudo ser silenciado por sus ideales. Dijo: “Lo persiguieron, lo encarcelaron y lo difamaron, pero no pudieron con él porque tenía el valor para mantenerse siempre fiel a sus convicciones.” A manera de conclusión, Heberto Castillo Juárez dijo: “Esta ciudad está en un lago, y sigue y seguirá siendo vulnerable. Nos tocaron dos sismos fuertes en menos de 15 días, pero se trata de buscar el mayor número de previsiones. Ya nos sucedió, busquemos la manera de solicitar las mejores medidas para que no haya una tragedia como la existente.” Este texto se publicó el 1 de octubre de 2017 en la edición 2135 de la revista Proceso.

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