El narcomenudeo empezó en la Roma, la Condesa... y ya permeó toda la CDMX

jueves, 11 de octubre de 2018 · 10:51
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- “Los centros nocturnos son idóneos para la distribución y comercio de drogas durante la vida noctámbula; la delincuencia organizada filtró los establecimientos y obligó a los dueños a permitir la entrada de los narcomenudistas a vender droga. El fenómeno empezó en las colonias Roma, Condesa, Acoxpa, Tlalpan, y hoy lo vemos en Polanco. En realidad, permeó toda la ciudad”, señala Ismael Rivera, presidente de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos (Anidice). Añade que el escenario cada vez es mucho más crítico: “Hoy vemos a la propia policía capitalina sembrando droga dentro de los establecimientos con la única intención de dañar a los empresarios y a los trabajadores... Nos tenemos que defender de dos tipos de delincuencia: la organizada privada, que es la de los cárteles, y la delincuencia organizada pública, que es la de la policía y los gobiernos”. Recuerda que en 2010, cuando Marcelo Ebrard era jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ignoró las denuncias de empresarios y comerciantes de la delegación Cuauhtémoc sobre la presión de los narcos para que los dejaran vender droga en sus establecimientos. Lo mismo hizo Miguel Ángel Mancera en ese cargo, denunció Rivera en una entrevista publicada por este semanario el 9 de junio de 2013. Ocho años después la situación está “peor”, asegura el empresario: “Los narcos ya no se conforman con vender droga dentro del restaurante o del bar, ahora les piden derecho de piso y en algunos negocios de la Condesa un miembro de las bandas delincuenciales está sentado en las cajas registradoras, quedándose con parte de la venta. Esto ya tiene tiempo y los empresarios no pueden denunciar porque los matan.” Comenta el caso de Ismael Contreras Garduño, quien tenía el bar La Terraza, ubicado en Oaxaca 90, colonia Roma. El 31 de diciembre de 2016 intentó sacar a tres vendedores de droga de la banda Unión Insurgentes (escisión de La Unión Tepito) porque, les dijo, estaba harto. En ese momento uno de los narcos, de entre 25 y 30 años, gritó que todos se hicieran hacia atrás y le disparó en la cabeza. El homicidio sigue impune. “Días antes mi tocayo tuvo una discusión fuerte con el entonces procurador Rodolfo Ríos Garza, quien le dijo que denunciara porque de lo contrario la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México no podía hacer nada. Allí está: no los dejó entrar y lo mataron, y si denuncia también lo matan. ¡No hay salida!” Lo peor es que el gobierno se fue en contra de los empresarios que permitieron la venta de droga dentro de sus establecimientos, les aplicó la ley de extinción de dominio y consignó a propietarios y gerentes por supuesta complicidad. Rivera enumera también los casos del Living, que estaba en Bucareli y ya desapareció, y El Tíber, en la calle de Nuevo León, en la Condesa. Sus dueños pidieron ayuda a la procuraduría local porque los narcos se habían metido a sus negocios a vender droga, pero como no denunciaron formalmente, la dependencia procedió contra ellos y les clausuró los negocios hasta que se vieron obligados a cerrar. El 17 de agosto, en el table dance Queens, ubicado en la avenida Insurgentes, en la colonia Roma, las cámaras del negocio grabaron el momento en que policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) local sembraron paquetes de cocaína. A pesar de eso, el establecimiento sigue cerrado. “Caben muchas preguntas: ¿cómo es posible que quien tiene la obligación de aplicar la ley en materia administrativa y la de sacar un reglamento no lo haya hecho, y entonces aplique la ley discrecionalmente? “¿Cómo es posible que llegue el INVEA a verificar el uso de suelo acompañado de granaderos? (El empresario) no le pagó la cuota al gobierno, lo están extorsionando o lo están sometiendo. “¿Quién ordenó sembrar la droga? ¿De dónde la sacaron? ¿Cuál era la intención de sembrarla precisamente en estos establecimientos? “En ese estado de indefensión estamos todos los empresarios. En este establecimiento los policías fueron descubiertos sembrando la droga gracias a que había videos, si no, los empleados estarían detenidos, el lugar asegurado y estarían aplicando la Ley de Extinción de Dominio.” Añade: “Ahora ninguno de los propietarios quiere decir que hay narcos en las cajas registradoras, checando las entradas, porque lo matan. Se meten a las dos o tres de la mañana, cerca de que realicen el corte, y les rasuran la venta. Si les quitan el 20% se llevan la utilidad del negocio. Y los propietarios no pueden traspasar ni vender, porque están amenazados”. Explica: “En el caso de los que rentan lugares, como yo, al aplicar la Ley de Extinción de Dominio simplemente me salgo del local, pero el que se queda con el problema es el propietario del establecimiento, cuando no debería de ser responsable”. “El gobierno más corrupto de la historia”... Para el dirigente de la Anidice, el gobierno local genera esta situación al no combatir la delincuencia: “Esto de El Betito, líder de la Unión Tepito, y las ejecuciones en Garibaldi de los integrantes de la Anti Unión fue porque (las autoridades) no pusieron atención desde 2010, cuando nosotros se lo dijimos al gobierno de Marcelo Ebrard. Quedan dos preguntas: ¿Por qué el gobierno no actúa? ¿Por qué ataca a los empresarios?” –¿Por qué dejaron crecer el problema? –se le plantea. –Esa es la pregunta. O las autoridades están coludidas con los delincuentes o tienen intereses con ellos. –¿A la Cuauhtémoc ya debió entrar la Marina, como en Tláhuac? –Sí. Con lo que está sucediendo tiene que entrar a Tepito, Garibaldi, la Zona Rosa, la Roma, la Condesa, a todos los focos rojos, porque sabemos que pueden llegar a ametrallar a la gente que está en esos lugares. En Tláhuac, el operativo de la Marina dio certeza a los empresarios mientras tuvo presencia en las calles; ahora que no está, las cosas deben de estar en las circunstancias de antes, porque allí siguen los mototaxis, el problema no se acabó. Estos grupos están permeando toda la ciudad. Reitera que si un empresario denuncia a un narcomenudista sí acude la policía y lo detiene, pero a los dos días está de vuelta y vende droga en el mismo lugar. “El procurador y el jefe de Gobierno actual no tienen ningún interés en dialogar con nosotros. El exjefe de la delegación Cuauhtémoc Ricardo Monreal no hizo absolutamente nada. Ahora lo vemos como presidente del Senado y no habla de estos temas, cuando conoce perfectamente la problemática. Lo mismo Andrés Manuel López Obrador, que fue jefe de Gobierno”. Rivera entregó a la próxima jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el proyecto de regulación de la vida nocturna que elaboraron varios empresarios y señala que el último delegado de la Cuauhtémoc (ahora alcaldía), Rodolfo González, tuvo la buena intención de solicitar el apoyo de las fuerzas federales porque no le quedó otra. –Raymundo Collins, jefe de la SSP capitalina, afirmó que la Condesa ya estaba libre de narcomenudistas. –Allí están. Constatarlo es tan sencillo como ir a comprar droga a la Condesa, a las famosas tienditas, sitios de taxis, módulos de valet parking… y no es que quieran, porque llegan los narcos y les dicen: toma 30 paquetes y me regresas dinero. Someten a los valet, a los sitios de taxis para convertirlos en puntos de venta. Yo dudo que esté erradicado pues el consumo sigue y la prueba es que se siguen matando por el control. –¿Y en cuanto a los giros negros? –Siguen igual o peor, porque el giro negro no cuenta con documentos legales para funcionar y opera en contubernio de la autoridad.

Comentarios