Música

México y su tributo al "Genio de Bonn"

Desde un monumento alado en plena Alameda Central de la Ciudad de México, el país rinde homenaje al compositor alemán Ludwig van Beethoven. Este día 16 se conmemoran dos siglos y medio de su natalicio.
miércoles, 16 de diciembre de 2020 · 19:04

Desde un monumento alado en plena Alameda Central de la Ciudad de México, el país rinde homenaje al compositor alemán, extensivo a su nombre en calles, un mercado, múltiples escuelas… Este día 16 se conmemoran dos siglos y medio de su natalicio. La escultura frente al Palacio de Bellas Artes cobija una réplica de la mascarilla de cera donde se muestra rozagante de vida, regalo de la comunidad alemana al pueblo de México en el centenario de su muerte, en 1927.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Hay una pasión por conocer cómo fueron físicamente los grandes personajes del pasado, acaso por la ausencia de fotografías. En todo caso, entre los compositores de música la representación de la imagen de Ludwig van Beethoven con saco largo, pelo entrecano y alborotado, sosteniendo una pluma de oca, es una de las más famosas…

Su rostro quedó plasmado en dos mascarillas de cera que le tomaron al autor de La Novena Sinfonía Op.125, una en vida y otra post mortem. En la Ciudad de México se encuentra la réplica de la primera en la glorieta lateral de la Alameda Central, a un costado del Palacio de Bellas Artes.

Se ubica con un monumento en bronce negro con basamento de cantera, al final del corredor Angela Peralta, regalo de la comunidad alemana a nuestra país para conmemorar el centenario del fallecimiento del llamado Genio de Bonn (1770-1827). Según detalla el Instituto Nacional de Antropología e Historia en su Mediateca, fue realizado por el escultor teutón Goldenbench y se inauguró el 17 de septiembre de 1921.

Foto: Alejandro Saldívar

En la parte superior se encuentra un ángel alado dispuesto a emprender el vuelo, y a sus pies un mortal aferrándose, posiblemente una representación inspirada en los sentimientos encontrados de Beethoven respecto a la religión; de hecho Melvin Berger, autor de Guía para las sonatas y Guía para la música de cámara, hizo referencia a ello sobre las grandes obras corales del repertorio de Beethoven relativo a la música sacra, específicamente a su Missa solemnis compuesta entre 1819 y 1823. 

En alusión a las palabras de Berger, refirió el Instituto Nacional de Bellas Artes en su programa de mano de 2017:

“Los sentimientos de Beethoven respecto a la religión eran también conflictivos. Aunque católico de nacimiento, en general no observaba las practicas de la Iglesia ni asistía con regularidad a algún templo. Sin embargo, era profundamente devoto. Cuando se preparaba para componer la Missa solemnis, escribió: ‘¡Dios por encima de todo! Porque una Providencia eterna y omnisciente guía la fortuna y el infortunio de los mortales’”.

Justo debajo del conjunto de bronce, en la cara frontal del basamento, se reproduce una réplica del molde del rostro de un Beethoven rozagante de vida, tomada unos años antes de su deceso; la otra mascarilla fue tomada apenas unas horas posteriores a su muerte –su cara da señales del desgaste y de la agonía sufrida antes de fallecer debido a una enfermedad intestinal y padecimientos del hígado–. Las piezas originales las presume el Museo de Pompas Fúnebres en Viena, Austria, junto a las de otros compositores, como Wolf­gang Amadeus Mozart, Franz Schubert y Joseph Haydn. 

El monumento en el Centro Histórico de la Ciudad de México para recordar al hijo pródigo de Bonn se acompaña también con dos jarrones de bronce estilo art nouveau sobre zócalos de piedra, realizados en el siglo XIX; y hay otros cuatro jarrones iguales sobre el perímetro norte de la Alameda, en la avenida Hidalgo.

En contraste con la suntuosidad de la escultura, no muy lejos de ahí, en la colonia Peralvillo de la misma alcaldía Cuauh­témoc, las calles ostentan nombres de músicos y compositores nacionales y extranjeros, y la calle Beethoven no podía faltar. Corre de la Calzada de los Misterios a la Calzada Vallejo.

Ahí mismo se le dedicó al autor de la popular pieza Para Elisa un mercado, famoso por sus alimentos y un bazar navideño, que este año por la pandemia también sufre estragos económicos. En su cuenta de Facebook, los propietarios del Mercado Beethoven procuran informar a sus usuarios sobre distintas eventualidades, buscan estar en constante comunicación con su público, especialmente en estos tiempos de covid-19, dado que el ancestral barrio de Peralvillo es una de las 157 colonias con mayor índice de contagios en la Ciudad de México.

Se las arreglan para trabajar, siempre invitando a acatar los temas sanitarios, y en su página de Facebook presumen:

“Es uno de los mercados que además de cargar un legado histórico en su nombre apuesta por incentivar los dotes culturales en los murales artísticos que albergan en algunos de sus muros. Entre los que más destacan son aquellos que llevan la imagen de Beethoven, Adelina Patti, Mozart y Juventino Rosas como referentes brillantes de la música clásica y la composición.”

La imagen principal del mercado es precisamente el grafitti de la imagen de Beethoven, en una de las entradas (esquina de las calles Mozart y Adelina Patti), diseño solicitado por los mismos locatarios. El artista es el grafittero Koka (Engelbert Serna), artista del género reconocido en nuestro país y en el extranjero.

La obra, comentó a Proceso, fue realizada hace tres años cuando trabajaba con el Consejo de la Comunicación, AC, con la cual ha hecho diversos grafittis como parte de un programa de rescate visual en la CDMX.

“Me pidieron que hiciera a este personaje, y la mejor referencia que encontré de él fue una imagen de internet. Es en blanco y negro y la hice en un día, usualmente para rostros en esas tonalidades tardo unas seis horas. Mide unos 2.50 por tres metros, aproximadamente. Lo que me ha llamado la atención es que después de tanto tiempo sigue tenido mucho éxito, porque al día de hoy la gente que va ahí se toma fotos con Beethoven y las suben (en Facebook) con etiquetas en el mercado, lo cual me parece muy curioso.”

Koka –con cuenta en Facebook e Instagram como @koka.mexico– trabaja a la fecha realizando arte urbano para rescate de la alcaldía Venustiano Carranza, con Senderos Seguros y la Autoridad del Centro Histórico.

Hay otras referencias de esculturas de Beethoven en el país: 

Una en la colonia Electricistas de la ciudad de Fresnillo, Zacatecas, un busto ubicado entre las calles Luis Moya y Beethoven, esta última una callecita de apenas dos cuadras que cierra o abre –según la posición del transeúnte–. El pequeño monumento está en un pedestal sobre una rotonda de apenas cuatro metros de diámetro.

Al respecto, en el blog Poematrix.com firmado con el homónimo “Vagabundo de las letras” se lee un texto dedicado a esa obra que recoje la cotidianidad de la que se rodea el busto en Fresnillo:

Hay un rostro que figura como testigo silencioso de nuestro Barrio, le pregunté sobre la historia, se quedó mudo, en silencio, no me dijo ni una sola palabra, pero pude observar en sus ojos una muchedumbre de sucesos del pasado, vi tantos viacrucis organizados por el padre Olvera, observé tantas danzas cada 4 de julio en honor a la Virgen, atestigüe el tránsito de cientos de personas en sus encomiendas, escuché cientos de misas celebradas en la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio, visualicé la infinita fe y sobre todo la esperanza de nuestra gente, el paisaje de sus ojos me lo dijo todo, y justo cuando me retiré, comencé a escuchar la Novena de Beethoven.

Otro busto del genio de Bonn se encuentra en el ex Claustro de San Agustín, hoy sede de la Universidad de Guadalajara (UdeG), que posee un Campus de Música. La bienvenida a las instalaciones la da la escultura de Beethoven, imagen que parece estar inspirada en la estampa del genio con el pelo alborotado, en cuya placa se leía la frase del compositor: “La música es una revelación más alta que la filosofía”.

La placa fue robada en 2018, según dieron cuenta los medios de comunicación del municipio de Guadalajara, Jalisco, producto de una ola de hurtos a obras y monumentos en ese año y parte de 2019. Muestra de lo anterior fue otro busto que desde principios de los noventa se encontraba en la Calle Beethoven y Avenida México, también en Guadalajara. Logró sobrevivir a las pintas y al vandalismo durante casi 30 años, pero en junio de 2019 se informó del robo total.

En el marco del 250 aniversario de Beethoven, El Colegio Nacional realizó tres magnas conferencias sobre el artista; en una de ellas, titulada Ludwig van Beethoven: la creación en el silencio, Adolfo Martínez Palomo, coordinador de la Colección Música y Medicina de esa institución, dio las señas particulares más cercanas al músico que quizá no podrán ser replicada en busto alguno o escultura, pero que con un poco de imaginación podemos visualizar:

“Beethoven era corto de estatura, con una gran cabeza y pelo grueso, intensamente negro, que rodeaba un rostro rudo, marcado por la viruela. Su frente amplia estaba delineada por cejas muy pobladas. Su constitución era recia, de hombros amplios y manos fuertes, cubiertas en los dorsos por abundante pelo, con dedos cortos y robustos. Sus movimientos eran tan torpes que constantemente tiraba o rompía cosas y tenía una marcada tendencia a tirar sobre el piano el contenido de los tinteros.”

Aunado a lo anterior baste mencionar que al menos 15 escuelas en el país –entre jardines de niños, primarias y secundarias, tanto públicas como privadas–, además de varias academias de música, esparcen su nombre inmortal por todo el país. 

Reportaje publicado en el número 2302 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 13 de diciembre de 2020.

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