Intelectuales cuestionan a Morena

sábado, 1 de febrero de 2020 · 10:27
Un profundo malestar aqueja al grupo cultural Observatorio Ciudadano de Coyoacán (conformado por intelectuales, escritores, pintores, escultores, directores de cine y teatro), que en un foro efectuado en el Club de Periodistas exigieron al Movimiento Regeneración Nacional –en vísperas de su Congreso– manifestarse sobre los graves problemas del país, que ha rehuido, y elevar el debate político. Proceso recogió las voces de Armando Bartra, Griselda Fuentes, Sharin Padilla, John Saxe-Fernández, Pedro Salmerón y Guillermo Zamora. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se encuentra en “crisis”, aseguran intelectuales, académicos, artistas y científicos de izquierda, quienes externan su gran preocupación porque el grupo político “no participe en los grandes debates nacionales para reconstruir el tejido social”. Contundentes, el sociólogo Armando Bartra, la antropóloga Griselda Fuentes, la química Sharin Padilla, el historiador Pedro Salmerón, el académico e investigador John Saxe-Fernández y el periodista Guillermo Zamora, entre otros, denuncian que Morena no ha efectuado “un análisis político”. Incluso, no ha hecho pronunciamiento alguno sobre la construcción del Tren Maya (que comenzará en abril próximo), el sistema educativo, la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, la Guardia Nacional, la economía del país, la situación ambiental y el área científica y cultural… Por ello, el grupo cultural Observatorio Ciudadano de Coyoacán (OCC), conformado por escritores, pintores y escultores, directores de cine y teatro, organizaron un foro el pasado 21 de enero, en el Club de Periodistas, para dialogar sobre Morena. Participaron Bartra, Fuentes, Saxe-Fernández, Padilla, Salmerón y Zamora y Enrique Semo. En tanto, en las redes sociales circuló una carta –firmada por el caricaturista Rafael Barajas Durán (El Fisgón), el antropólogo y sociólogo Héctor Díaz-Polanco, el filósofo Enrique Dussel, el antropólogo Pedro Miguel, la filóloga Blanca Montoya e igual Bartra y Salmerón, entre otros– dirigida a la base y la dirigencia de Morena, en la cual subrayan que dicha instancia “se encuentra paralizada”, y se lee: “Los gobiernos progresistas de América Latina están bajo constante asedio. Prueba de ello son el golpe de Estado en Bolivia… “Tenemos que hacer un Congreso Nacional Extraordinario (que diversos actores han convocado este 26 de enero) que nos permita renovar al partido…  En especial, necesitamos activar al Instituto Nacional de Formación Política (cuyo director es El Fisgón). Tenemos la obligación histórica de defender la democracia, profundizar la guerra contra la corrupción, impulsar las políticas sociales que beneficien directamente al pueblo, fortalecer una economía alejada de las lógicas neoliberales y las acciones de recuperación de la soberanía energética, así como contribuir al éxito de la estrategia de seguridad basada en la construcción de la paz y la superación de las causas profundas del fenómeno delictivo.” Directo, Zamora expresa a este medio que existe una intranquilidad de lo que sucede al interior de Regeneración Nacional: “Es una situación caótica, de una gravedad extrema, desde hace varios meses, y sigue pasando el tiempo. Es un entorno generado por la actitud de Yeidckol Polevnsky, actual secretaria general y presidenta en funciones de Morena, quien no se ha apegado a los estatutos e incluso ha llegado a judicializar el problema ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Se nota inmediatamente que desea quedarse con tiempos extras sin ningún aval de los estatutos o de quedarse por un tiempo indefinido en el partido.” Aclara que los miembros del OCC no todos son de Morena, pero se encuentran acongojados por el mal escenario. Por ejemplo, Bartra, exdirector del Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural Maya, no acusa a nadie: “No creo que encontrando responsables, culpables, echándonos la culpa y distinguiendo los buenos de los malos vamos a resolver los problemas de un partido que posee problemas de fondo. Se registró en 2014 y es un milagro político en la posrevolución la construcción de un partido en menos de cuatro años y ganar una elección de calle. Sucede en todo el mundo que a una agrupación política, que va de gane, lleguen militantes oportunistas, que se acercan no porque compartan su ideología, su proyecto, ¡no!, sino sólo porque iba a vencer.  “Un partido que posee gobierno, la mayoría legislativa y cuenta con un presupuesto, una asignación de recursos muy cuantiosa, sirve como trampolín para acceder a los cargos públicos y a los puestos altamente remunerados, es decir, chamba-poder, y no puede ser de otra manera. Así que primero hay mucha gente que llegó de fuera que lo vio no sólo para llegar a una alcaldía, sino para llegar a la presidencia, entonces, hay algunos que no quieren nada más una chambita, quieren la presidencia.” El profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco se extiende: “Andrés Manuel López Obrador era el personaje clave para ganar la elección. Antes las decisiones políticas fundamentales las tomaba él, era una dirección personalizada, ahora se debe pasar de una dirección colectiva, y no se ha hecho. ¡No es fácil crear una dirección colectiva!”  Recalca en entrevista: “Ahora debemos tomar las decisiones nosotros y las decisiones no pueden ser nada más: ¡Apoyemos a Andrés Manuel!, es muy fácil echarle porras. Lo que se debe efectuar es un análisis político. Discutir Por qué no crece la economía, y qué pensamos. Además, un partido que estuvo en algún momento vinculado a los movimientos sociales, ¡se desvinculó de los movimientos sociales! “Es decir, Morena debe realizar la Cuarta Transformación (4T) en la sociedad. En el gobierno lo harán bien o mal, pero a nosotros nos toca hacerlo en la sociedad, y no lo estamos cumpliendo. ¡Estamos inmovilizados! ¡Existe un pasmo! Por ejemplo, Morena debe apoyar las manifestaciones de las mujeres en defensa de su vida y sus derechos, además de ver que los grandes proyectos del sureste operen de modo tal que beneficien a las comunidades y no las dañe.” Acentúa que urge un proyecto de partido: “No puede ser el partido que fue, porque ya cambió. Ahora somos el partido en el poder.” Griselda Fuentes, quien forma parte del Foro Nacional de Militantes de Morena, subraya que “cuando las personas que ocupaban las direcciones el Movimiento, después del triunfo electoral, se fueron como servidores públicos, secretarios de Estado, en fin, el partido se quedó prácticamente sin estructura política, y eso nos empezó a preocupar precisamente desde hace un año. Por ello, nos dimos cuenta que había que reunirnos a nivel nacional”. El Congreso de Morena se llevará a cabo este 26 de enero en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca. Entonces denuncia: “Parece que Yeidckol responde a otros intereses que no son los del partido. Entonces no suelta sus recursos para que funcione adecuadamente, no convoca. En lo personal efectué una demanda contra Yeidckol por violentar mis derechos como militante. El Congreso Nacional, a celebrarse este 26, lo convoca el Consejo Nacional, y se pretende elegir al nuevo comité ejecutivo nacional.”  Sobre el Instituto Nacional de Formación Política, Bartra especifica que trabaja, aunque no se han liberado sus recursos: “Se han hecho muchas actividades. Se han publicado libros, creado videos. Existe un intenso trabajo sin un centavo”. En el área cultural menos existe un plan. Saxe-Fernández específica que igual Morena ahí no ha propuesto nada: “Hay silencio. Se debe cuidar la música, la literatura, la pintura, el teatro, en fin, porque son fundamentales para una calidad de vida de la población. En el caso del ballet contemporáneo tenemos queja de que no se han dado apoyos. El país siempre se ha distinguido por poseer destacados coreógrafos o coreógrafas. “Es importante que el partido tenga una agenda cultural en el sentido más general y más inclusivo posible.”
No se escucha a nadie
–Ahora, ¿quiénes son la izquierda? –se le pregunta a Bartra.  –Morena pudiera ser una convergencia de muchas izquierdas, y creo que lo es, y hay otras que no van a ser de Morena, lo cual me parece muy legítimo que no lo sean. Morena puede ser un elemento aglutinador.”  Padilla recalca que el partido “se encuentra en crisis porque no se acostumbra a que otra persona dé una opinión, ni se escucha a nadie”. Enfatiza que urgen los cambios: “Ahora existe una sociedad más activa, más participativa, más politizada, más interesada. Por ejemplo, desde el punto desde de vista de la mujer, ya puede ser más escuchada que antes. Debemos discutir ¿qué es la 4T?, ¿hacia dónde se dirige?, ¿qué deseamos? ...Todo mundo manifiesta que queremos estar mejor. Sí, ¿pero cómo?, ¿con qué argumentos? Necesitamos crear una nueva sociedad, una nueva cultura económica, una nueva cultura política, y eso hay que efectuarlo nosotros desde nuestra trinchera.” Enseguida, Bartra acentúa: “¿Queremos un partido de cuadros?, ¿un partido de masas?, debiéramos estar discutiendo eso. Un partido de masas es un partido en movimiento, que está presente en la sociedad y es capaz de moverse socialmente. “López Obrador era un líder de la izquierda en la oposición. Lo golpeaban y le arrebataban una elección y seguía en la oposición. Actualmente es el presidente de la República, y que salve a partidos de oposición, que les tienda la mano, sería un grave error. Si no podemos salir nosotros, pues mejor que no salgamos”. Ataja Padilla: “Lo grave es que en Morena existe un no irracional para efectuar un análisis político.” Detalla Bartra: “Tengo 79 años y toda mi vida he estado diciendo que no conscientemente. He sido opositor. Y desde que empecé a darme cuenta de lo que había en mi alrededor, dije no, esto no puede ser. Esta injusticia no puede ser, la pobreza extrema no puede ser, y uno aprende a resistir y a decir no porque está uno en contra del sistema, lo cual se hace un modo de vida y un modo de pensar. Eso es perfectamente legítimo. He laborado en el campo y proponía soluciones muy concretas, muy prácticas, inmediatas. De si aquí les dieran un apoyo a estos compañeros campesinos, podrían procesar su café y exportarlo, y eso sería bueno. Ofrecía soluciones de este tamaño o no porque los megaproyectos dañan a los campesinos, en fin. “Ahora debemos dar respuestas a preguntas muy grandes y yo no estaba acostumbrado a plantearme las respuestas a preguntas muy grandes y viables, no una utopía, sino ¿qué vamos a efectuar ahora con estas restricciones? Creo que no tenemos la capacidad todavía de hacerlo, nos sale más fácil decir algún tipo de no, algún tipo de crítica no constructiva. Creo que necesitamos desarrollar esa capacidad de crear propuestas constructivas o críticas constructivas,” Reitera: “Nuestro trabajo no es decir no, sino cómo decir sí. Si todos adoptáramos aptitudes de este tipo, sería una izquierda organizada para construir en la diversidad y no para resistir. Las posturas de la gente que vive en el contexto del narco te definen cómo vas a trabajar con la paz. Hay que escucharla. Al narco hay que acabarlo de otra manera, no a plomazos. Igual la paz no la vamos a construir sentados en un cubículo con un académico que manifiesta: ‘Es que en Colombia se trabajó así’, porque todo vuelve a lo mismo. No nos tocó el cardenismo, pero en ese momento la izquierda tuvo que pensar cómo construir, después se nos olvidó.” –¿Es un espejo la situación de América Latina?  –Sí. En América Latina los partidos están desfundados. En Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS) gobernó 12 años sobre la base del carisma de Evo Morales, pero se desgastó porque entre otras cosas no hay partido. Cómo es posible que en Brasil haya ganado la derecha. Es que Lula estaba en la cárcel. Lula da Silva ganaba, no su partido. El Partido de los Trabajadores tampoco sirvió, a pesar de que era el milagro, el gran partido de las izquierdas…” Por su parte, Salmerón se remonta al pasado, cuando se creó el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), un partido de izquierda: “Para llegar al poder, Lázaro Cárdenas construyó una amplia alianza. Pero para instrumentar su política progresista, necesitó el respaldo permanente y organizado del ala izquierda de esa alianza. “El eje, la punta de lanza del ala izquierda, la constituía la Confederación General de Obreros y Campesinos de México, devenida en 1936 en Confederación de Trabajadores de México (CTM)… o mejor dicho, el ala más vigorosa de la CTM constituida por los sindicatos nacionales de industria, sobre todo los petroleros, minero-metalúrgicos y electricistas. El otro pie clave fueron los sectores más radicales del movimiento campesino, heredero de la Liga Nacional Campesina, los ‘alacranes rojos’ de Durango y otros grupos vinculados al Partido Comunista. Todos ellos afines y articulados por la dirección nacional del partido.” Subraya el exdirector del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México: “Pero para ello, hubo que construir un partido (el PRM), pues al principio del gobierno las organizaciones sociales lo veían como un reducto de callistas y de políticos logreros. En junio de 1935 se logró la renuncia del presidente del Partido Nacional Revolucionario, el callista Matías Ramos, y del resto del CEN. Ocupó la presidencia Emilio Portes Gil, considerado ‘centrista’, con un secretario general de toda la confianza del presidente: Ignacio García Téllez. El partido, en su nueva concepción, tendría como misión ‘secundar la política del presidente’ (según declaración de Portes Gil), y trabajar para convertirse en organizador de masas y gestor de sus demandas. “En la concepción que el presidente tenía del partido, éste no sólo debía apoyar la política de transformación, sino ser él mismo, agente de esa transformación. Así, a lo largo del segundo semestre de 1935, el partido fue convirtiéndose en un importante apoyo de la política social del presidente. También empezó a adquirir el papel de aparato ideológico del Estado de la Revolución. Fue clave en ello que se reformara el Instituto de Estudios Sociales, Políticos y Económicos (IESPE), adjunto al CEN y puesto bajo la dirección de un brillante intelectual de izquierda, Lucio Mendieta y Núñez.” Acentúa: “El avance de la izquierda, encabezada en el CEN por García Téllez y la mano derecha del general Múgica, el coronel Ernesto Soto Reyes, así como la creciente importancia del IESPE, atemorizaron a Portes Gil, quien en 1936 empezó a combatir al ala izquierda, oponiéndose a la creciente influencia de los líderes obreros y campesinos y, sobre todo, pretendiendo imponer a candidatos derechistas a los principales puestos de elección popular (así llegaron a los gobiernos estatales personajes que serían clave para descarrilar la elección de Múgica para consolidar la de Ávila Camacho, como Maximino, de Puebla, y Alemán, de Veracruz). El resultado fue la parálisis del partido y su desprestigio ante las masas.” Rememora que la situación se resolvió en agosto de 1936, cuando la presión popular obligó a Portes Gil a renunciar y fue electo presidente del partido el licenciado Silvano Barba González, “uno de los más confiables y adictos colaboradores del presidente”. Sigue: “A los pocos días de instalada, la nueva dirección nacional dio a conocer cuáles serían sus principales líneas de trabajo en un ‘Manifiesto a las clases proletarias de México’. El Manifiesto anunciaba que el partido iniciaría una profunda transformación formal cuyo fin era ampliar la participación política de los obreros y los campesinos, y que de hecho transformaba al partido en un frente revolucionario de masas.” Finaliza: “Miguel Alemán fue el primer priísta. La izquierda fue excluida del partido y se cambió por una democracia de trabajadores por democracia y justicia social. El PRI no vienen de la Revolución, es hijo de Alemán y sus pactos con la burguesía. El PRI-AN neoliberal de hoy es hijo de Carlos Salinas de Gortari y sus pactos.”  Este reportaje se publicó el 26 de enero de 2020 en la edición 2256 de la revista Proceso

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