Munal

Vuelve Germán Cueto al Munal

Con 70 obras de Germán Cueto (1893-1975) provenientes de la muestra del Museo Federico Silva de San Luis Potosí, el Museo Nacional de Arte (Munal) conmemorará en mayo cuatro décadas.
sábado, 19 de marzo de 2022 · 14:18

Con 70 obras provenientes de la muestra del Museo Federico Silva de San Luis Potosí, el Museo Nacional de Arte (Munal) conmemorará en mayo cuatro décadas. La exposición estará centrada en la experimentación y el conocimiento de la escultura de vanguardia de este artista multidisciplinario perteneciente al estridentismo, movimiento que a la vez cumple cien años. Los especialistas del Munal María Estela Duarte y David Cáliz realizan aquí una puesta al día de la producción de Cueto, necesaria para mostrarla a las nuevas generaciones.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Artista clave en el desarrollo de las vanguardias en México por sus vínculos con movimientos europeos, como el fauvismo, cubismo, futurismo y ultraísmo, Germán Cueto (1893-1975) es recordado en una exposición que llegará a la Ciudad de México en mayo, luego de haberse presentado en el Museo Federico Silva de Escultura Contemporánea de San Luis Potosí.

Titulada German Cueto: una visión vanguardista, se enmarca en dos aniversarios: Los 100 años del movimiento estridentista, encabezado por el poeta Manuel Maples Arce, y los 40 del Museo Nacional de Arte (Munal), cuyas salas albergarán 70 obras provenientes de la asociación civil Fomento Cultural del Norte Potosino y de la colección Ysabel Galán.

Para los investigadores María Estela Duarte y David Cáliz del Munal, a más de 10 años de su última exhibición en este recinto, revisar la obra de Cueto es fundamental porque permite ponerse al día a quienes ya lo conocen y difundirlo entre las nuevas generaciones, especialmente en el marco del surgimiento del estridentismo, donde él y colegas suyos, como Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas y Leopoldo Méndez, representaron a la plástica.

Historiador y curador en el recinto, ­inaugurado el 23 de julio de 1982 por el entonces presidente de la República José López Portillo, Cáliz detalla que el conjunto de obras a exhibirse está conformado principalmente por escultura, pintura, máscaras, dibujos, esmaltes y piezas de alambre.

Cueto. En pleno estridentismo.

Se pueden mencionar, entre otras, Cabeza cubista (1948), realizada con óleo sobre masonite; Máscara abstracta, temple sobre papel; las esculturas El caminante, en fierro y bronce; el bronce Napoleón de 1931; Bailarín, hecha en alambre de hierro en 1946; Cristo gótico, un bronce de 1930; Perfil de Picasso, terracota; Máscara de Hitler (circa, 1940), yeso policromado; y Boceto para la barda perimetral de Ciudad Universitaria en México, DF, 1952, en acrílico sobre cartulina, montado en cartón.

A decir del investigador, la exposición curada por el académico francés Serge Fauchereau, da cuenta de la importancia de un artista mexicano que tuvo la posibilidad de desarrollarse en Europa, en ciudades como París, sobre todo entre los años 1927 y 1932, gracias al apoyo de su prima María Gutiérrez Blanchard, “una artista española formidable”, quien lo pone en contacto con el circulo vanguardista de la época:

“Hablamos de personalidades como Juan Gris, Federico García Lorca, de la posibilidad de involucrarse con ese círculo y comprender los movimientos artísticos de vanguardia, como el ultraísmo español, el futurismo italiano, innovaciones de los estudios de las artes, sobre todo del origen en términos del arte africano y cómo éste repercute en la producción plástica de Germán Cueto, sobre todo en sus máscaras.”

La exposición permanecerá en el Munal de mayo a septiembre, y permitirá también observar la multidisciplinariedad del artista, dado que se insertó en las misiones culturales impulsadas por José Vasconcelos al término de la Revolución Mexicana, para la renovación del tejido social. En ese marco el pintor y escultor, llamado en realidad Delfín Germán Salvador Apolonio Gutiérrez Cueto y Vidal, hizo teatro guiñol y dio importancia al uso de diversos materiales como, el alambre, el yeso, la cantera blanca, el fierro, el bronce…

Cáliz considera que ello habla de la experimentación plástica a la cual se integró el artista y su capacidad de saberes para abstraer, “a partir de una visión totalmente de vanguardia, retratos de los rostros de los compañeros del movimiento estridentista”, que el pasado 31 de diciembre cumplió 100 años de haber lanzado el manifiesto escrito por Manuel Maples Arce.

Lo mismo fue en el campo de la escultura, pues aunque a decir del investigador se pueden mencionar destacados escultores, como Ignacio Asúnsolo, éste se fue hacia el clasicismo, en cambio Cueto lo hizo hacia la vanguardia:

“Por toda esta tradición de sus periplos a Europa y con ella a la integración de un mundo y una modernidad que exigían una renovación constante por todos los acontecimientos políticos, sociales y culturales en los que estaba involucrado.”

Agrega que Cueto tuvo una vida longeva, falleció a los 82 años, por lo cual su producción fue amplia, no sólo en escultura, sino en el teatro, la escenografía, la danza, el guiñol.

Pone énfasis en que gracias a las relaciones interinstitucionales entre los museos Federico Silva y el Munal se tendrá la posibilidad de presentar Germán Cueto: una visión vanguardista, en el antiguo Palacio de las Comunicaciones. 

El investigador, curador de la colección del siglo XX del Munal, aclara que la exposición se centra en “un artista fuera de serie”, no en el movimiento estridentista, aunque desde luego se aborda:

“Es sobre la importancia del conocimiento de las materialidades dentro de la obra de Cueto. Se tocan algunas etapas, evidentemente, pero la experimentación y el conocimiento de la escultura de vanguardia es lo que caracteriza esta muestra. No será un recorrido cronológico, sería una exposición enorme.”

En ese sentido, agrega que sobre el artista ya se han montado exposiciones más grandes curadas por Fauchereau, entre ellas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid en 2005, ese mismo año en el propio museo Federico Silva, y en París, Francia; y en octubre de 2006 en el museo de Arte Carrillo Gil a cargo de Sylvia Navarrete y Ester Echeverría.

A la pregunta acerca de la importancia de Germán Cueto en el movimiento estridentista, Cáliz responde que fue un personaje nodal. Su idea fue regresar primero al origen de las culturas primitivas o primigenias, y de ahí a la renovación; tuvo conocimientos del cubismo, la abstracción, movimientos con los cuales se relacionó a través de figuras como George Braque y Picasso, que le ayudaron a hacer una síntesis.

Ya en México, colaboró en publicaciones importantes como la revista Horizonte, que se realizaba en Xalapa, lugar al cual “se denominaba Estridentópolis”, con la idea de abarcar en un solo movimiento a artistas de diferentes disciplinas: Cueto escultor, pintor, escenógrafo, vinculado a Silvestre Revueltas en la música, a Fermín su hermano como pintor estridentista, a Tina Modotti como la fotógrafa que ilustra la revista, etcétera.

“Los grandes ideólogos en la cuestión de literatura fueron Maples Arce y Arqueles Vela, y todos los integrantes del grupo hacen reflexiones ellos mismos. No es gratuito que el maestro Cueto haga bustos de los compañeros que se encontraban en el centro estridentista.”

Menciona que el estridentismo se desarrolló a la par que el muralismo con Diego Rivera, el grupo de Los Contemporáneos o el Movimiento 30-30, en el cual participaba por ejemplo Xavier Guerrero:

“Había una cantidad de perspectivas diferentes del arte mexicano, y Cueto se convierte justo en puente de comunicación entre la vanguardia europea y la renovación de una propuesta propia del arte mexicano a través de la escultura, sin perder el toque vanguardista. Es muy interesante: los ojos de colores dentro de las máscaras, los alambres, cada una de las piezas que aparecen. Y tendremos una sección dedicada al estridentismo, en la cual hay un retrato del maestro Gabriel Fernández Ledesma sobre Germán Cueto para mostrar esta vinculación entre los artistas, que es nodal.”

Multifacético

Titular del área de Enlace de Colecciones del Munal, Estela Duarte ha seguido la trayectoria de Cueto desde hace años. Recuerda que cuando emprende su primer viaje a Europa y se interrelaciona con los poetas, escritores y artistas de las vanguardias, las entiende muy bien. Entra en contacto también con su prima Gutiérrez Blanchard, quien era muy amiga de Diego Rivera y su entonces esposa Angelina Beloff, con quien tiene una entrañable amistad.

Más tarde retornaría con su esposa Dolores y sus hijas a Europa, y se establece en París. Ahí recibe a artistas latinos. Describe la investigadora que organizaban ­reuniones donde Lola Cueto hacía de comer, iban cantantes de mariachi, eran reuniones bohemias:

“Cuando regresan venían ya con la idea de montar un teatro para niños que fuera acorde con los propósitos educativos de Vasconcelos, y dan su primera función en su departamento, en la calle de Mixcalco.”

Ahí la familia de los Cueto tenía unos predios y los rentaban, entonces tenían de vecinos a Diego Rivera y a la familia de Alva de la Canal, entre otros. Como resultado de su relación con el teatro y con sus amigos estridentistas comienza a realizar las máscaras de papel maché, que llegan a ser muy relevantes en su producción. A decir de la especialista, comenzó a hacer caricaturas con las máscaras y eran muy buscadas por la gente, luego las hace en madera.

Relata Duarte que Cueto va experimentando con otros materiales y mezclas. Su esposa colaboró con él pues terminando de pulir las máscaras en maderas preciosas, ella las barnizaba.

En su opinión además de este trabajo, Cueto fue un gran escultor, y por ello ha tenido grandes exposiciones como las antes mencionadas. Refiere que el curador de la actual, proveniente de San Luis Potosí, especialista en escultura en metal, ha contado cómo lo conoció: En sus investigaciones vio fotografías de grupos donde aparecía con frecuencia y comenzó a preguntar quién era y por qué siempre está al lado de la gente de vanguardia, hasta que alguien le respondió que se trataba de Germán Cueto.

“Cuando vio su obra se enamoró y empezó a estudiarla y entró en contacto con la familia, con la maestra Mireya Cueto, la gran titiritera, y luego con Javier Cueto Galán, el segundo hijo de su segundo matrimonio. Y se hizo una gran exposición en Francia.”

En el catálogo de la exposición organizada por el Museo Federico Silva, Fauchereau escribe sus recuerdos y cómo desde sus primeros viajes a México fue recibido y alojado por los Maples Arce. Blanca, la esposa de Manuel, y su hija Mireya le acompañaban:

“Conversábamos largamente en el salón, bajo el impresionante cuadro del Café de nadie de Alva de la Canal, en un ambiente cálido. Todo lo que sabía sobre el estridentismo lo había aprendido en el excelente libro de Luis Mario ­Schneider que me envió ­Manuel y que me lo completó con informaciones y precisiones. A su sugerencia pocos encuentros que yo recuerdo: brevemente, con Alva poco conversador y un Germán List Arzubide muy ansioso. Lamentablemente, Cueto, de quien Manuel estaba muy apegado, había muerto hacía cinco años.”

Duarte recuerda con sentimientos disímbolos que tras la exposición en el Reina Sofía, el recinto madrileño adquirió dos obras, citadas por Fauchereau, pues él las sugirió al director Juan Manuel Bonet: “Napoleón de piedra de la época Círculo y Cuadrado y la Maqueta para el Monumento a la Revolución, que había mostrado anteriormente en Venecia”.

La investigadora señala por su parte, luego de informar que las piezas fueron vendidas por su hijo Javier:

“La maqueta no iba a prosperar en México porque no tenía una identidad revolucionaria muy fuerte, pero es preciosa. Lamentablemente, se lo digo con dolor de corazón, se quedaron en el Reina Sofía y ni modo, ¿qué le vamos a hacer?”

Luego reflexiona sobre la importancia de que Cueto esté en colecciones institucionales como las del museo español y se resigna, pues “ya la lloré”. Sobre todo le dolió la maqueta:

“Porque no era una escultura, era parte de un concepto con el cual arrancó la Escuela Mexicana de Escultura a partir del concurso para el Monumento a la Revolución. El que gana es Oliverio Martínez, pero ya estaba muy mal, tenía tuberculosis y no alcanza a cincelar, entonces como parte del acuerdo que hicieron de que quien ganara daría chamba a todos, se ponen a trabajar Ernesto Tamariz, Francisco Zúñiga, Juan Cruz Reyes, a Cueto no lo veo participando activamente pero pudo ser por ese acuerdo, como unión de escultores.”

Destaca finalmente que Cueto regresa al Munal a partir de que su directora Carmen Gaitán visitó la muestra en San Luis Potosí y quedó impactada. Su deseo, que las nuevas generaciones puedan verlo. Fomento Cultural del Norte Potosino se ha dedicado a conservar, estudiar y difundir su acervo “que consta de aproximadamente mil 300 obras, entre dibujos, pinturas, esmaltes y esculturas” (https://www.germancueto.com/):

“El Norte Potosino se ha dedicado a estudiar mucho más a Germán, a quien hay que investigar muy bien, porque todos decimos ‘es de vanguardia’, todos sabemos que hace nuevas propuestas, y hay muchas referencias de él en escultores españoles… pero el maestro dejó una gran incógnita: nunca fechó sus obras (pocas tienen fecha) y nos deja una tarea muy grande que ha ido descifrando el maestro Enrique Franco Calvo, director de Norte Potosino.”

La exposición del museo Federico Silva aún puede consultarse en un micrositio en internet (http://www.museofedericosilva.org/), donde se incluyen galerías de la obra y varios artículos: de Fauchereau, Recuerdos de Germán Cueto que no conocía, Germán Cueto: una visión vanguardista de Enrique Villa, director del recinto potosino, Germán Cueto y el cuento de nunca acabar del especialista en arte Luis Ignacio Sáinz, Germán Cueto, integridad creativa de Franco Calvo, y Germán Cueto, un ensayo de restitución del escritor e investigador Evodio Escalante. 

Reportaje publicado el 13 de marzo en la edición 2367 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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