Las Chivas ganaban 2-0 pero... Gignac les aguó la fiesta

viernes, 26 de mayo de 2017 · 00:07
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Las Chivas del Guadalajara realizaron un partido casi perfecto hasta el minuto 85. Llevaban una ventaja de dos goles ayudados por sendos errores del portero Nahuel Guzmán, pero faltando 300 segundos de juego el buen desempeño de los tapatíos tropezó con un par de joyas de André Gignac y el inesperado resultado se desvaneció. El partido de vuelta del próximo domingo, para definir al campeón del torneo Clausura 2017, iniciará con empate a dos goles. El equipo dirigido por Matías Almeyda dio su mejor partido del año en labores defensivas. Y su disciplinado trabajo en la zona baja se vio altamente recompensando a la ofensiva. Primero, en un centro, Nahuel rebotó su despeje de puños en un defensa y el balón le quedó cómodo a Alan Pulido para el 1-0 al minuto 22 y, segundo, cuando un tiro flojo del mismo Pulido fue rechazado al centro del área por el guardameta argentino para que Rodolfo Pizarro empujara el esférico para el impensable 2-0 cuando corría el minuto 42. Las Chivas, que hubieran firmado un empate antes de iniciar el partido, se iban al descanso con un sorpresivo 2-0. Y en casi toda la segunda parte el Guadalajara fue dueño del partido. Dominó y maniató al rival, y por momentos, hasta le puso un baile a Tigres ante unos aficionados que llenaron el estadio universitario y que no asimilaban lo que pasaba en el terreno de juego. Tigres fue inoperante 85 largos minutos. Gignac, Pizarro, Aquino, Sosa y Dueñas, por nombrar a los más destacados, parecían estar encontrándose por primera vez. No hilaban una jugada. Aunque la reacción se fue tejiendo silenciosamente con los ingresos de Jurgen Damm y Damián Álvarez, quienes empezaron a encontrar huecos por las bandas y a generar las primeras ocasiones de peligro ante unas Chivas que salían airosas del acoso, con balón dominado. Pero llegó el minuto 85 y un desborde de Álvarez por el costado izquierdo acabó en un centro raso que buscó y encontró Gignac para definir con un disparo de media vuelta pegado al poste izquierdo. Demasiado premio el 2-1. Y entonces el estado anímico cambió. Tanto, que un largo despeje de la defensa universitaria tomó desubicada a la zaga chiva y el francés, por velocidad, ganó el balón a dos contrarios y ante la salida precipitada del arquero Cota se hizo del espacio por el costado derecho del área enemiga para, casi cayéndose y con poco ángulo de disparo, cruzar su disparo que entró casi pegado al poste derecho. El estadio se convirtió en un manicomio. Era el minuto 87. En el tiempo restante, el duelo ya era otro. Tigres se quedó a nada de conseguir el tercer tanto. Las Chivas se llevaban un inmerecido empate y los universitarios un vuelve a la vida.

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