La biblioteca de Alí Chumacero, todo un proyecto de vida

sábado, 28 de julio de 2018 · 22:04
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Como parte de las celebraciones por el centenario del natalicio del poeta, ensayista y editor nayarita Alí Chumacero, se llevó a cabo en la Biblioteca de México la mesa redonda Alí Chumacero. Bibliófilo para destacar su pasión por los libros y su labor como fundador de una gran biblioteca integrada por más de 46 mil libros, folletos y publicaciones periódicas. Asimismo, en la Galería Abraham Zabludovsky y el Patio de los Escritores, se inauguró la exposición bibliográfica y documental Un despertar literario: Alí Chumacero y Jorge González Durán en la revista Tierra Nueva, que reúne varios números de esa edición fundada por ambos autores y otros jóvenes literatos. A través de un comunicado, la Secretaría de Cultura dio cuenta de la mesa redonda en la cual participaron Luis Chumacero, hijo del escritor, el poeta y narrador Óscar Mata, el escritor y editor Bernardo Ruiz, y el poeta e investigador Marco Antonio Campos. Luis Chumacero destacó que la biblioteca de su padre se convirtió en un lugar de reunión e investigación por el cual transitaron diversos escritores, debido a las joyas que albergaba. Su padre comenzó a formarla cuando apenas en 1935, cuando apenas tenía 17 años y logró reunir más de 46 mil volúmenes que ahora resguarda la Biblioteca de México. Se pueden encontrar ediciones príncipe, obras del siglo XIX, ediciones raras, entre otros tesoros. Recordó que por el acervo de Chumacero pasaron escritores como Andrés Henestrosa, Carlos Fuentes y Octavio Paz, o el artista plástico Juan Soriano, pues era un lugar obligado de consulta, en el cual lo mismo había temas taurinos que una buena colección de artes plásticas. Destaca el hijo, que incluso se hicieron ahí varios libros y tesis. En ello coincidió Campos quien señaló que su casa de Gelati 36 siempre estuvo abierta para quien lo deseara pues fue “una de las personalidades más queridas del mundo literario… un poeta mayor, una gran figura que estuvo más allá de la envidia y del agravio, lleno de ocurrencias lúdicas más que de sarcasmos, decía que iba a ser inmortal y como señala en uno de sus versos ‘otros han de morir’”. Chumacero agregó que la pasión de su padre por los libros no fue mera afición, sino una verdad era profesión y por ello su biblioteca conserva su huella digital, su ADN, no muestra sólo un plan de lectura sino un proyecto de vida. Sus obras consentidas fueron La Biblia y la obra de los poetas del Siglo de Oro. Óscar Mata puso en valor que la biblioteca, a la cual llegó hace más de 45 años, contenía títulos “dificilísimos de encontrar y volúmenes muy valiosos que pocos podían tener”. Y el poeta, como buen hombre de letras, los leyó, ordenó y atesoró. Y fue además un editor de libros, pues trabajó buena parte de su vida en el Fondo de Cultura Económica. Para Bernardo Ruiz, Chumacero es una presencia determinante en la literatura. Con sus tres poemarios Páramo de sueños, Imágenes desterradas y Palabras en reposo, creó “una obra donde el ritmo del verso aborda una doble temática: la pasión del cuerpo y la soledad del alma”. La exposición permanecerá abierta hasta el 14 de septiembre próximo. La entrada es libre.

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